Los futuros MIR quieren cada vez más especialidades con calidad de vida

La elección de la especialidad acostumbra a ir determinada por factores como las preferencias temáticas del alumno, las materias que mejor se le dan durante el grado o el hospital en el que realizar la residencia. Sin embargo, cada vez más estudiantes se plantean los beneficios que les dará una disciplina concreta en aspectos como el tiempo libre, el entorno laboral o el salario, así como la probabilidad de padecer ansiedad o depresión a raíz de la rutina laboral derivada de esta. Es decir, valoran la calidad de vida que les ofrece cada rama sanitaria. Una variable cada vez más apreciada por los futuros facultativos, según un artículo científico elaborado por investigadores de varias universidades de Arabia Saudí y Pakistán.

Para ello, los autores realizaron un estudio de exploración de tipo cualitativo en diferentes facultades de Medicina de Arabia Saudí. Así, entrevistaron a 42 alumnos -18 hombres y 24 mujeres-, cuyas respuestas fueron grabadas en audio para su posterior escucha, transcripción y debate. En concreto, contestaron 21 preguntas sobre sus preferencias de elección de especialidad, pero también sobre el impacto de la pandemia de coronavirus en la disciplina escogida.

La recopilación de las respuestas reveló que la amplia mayoría de los estudiantes eligió especialidades clínicas, mientras que solo dos optaron por ramas que no tienen nada que ver con este grupo. Su decisión se analizó a través de cinco variables principalmente: los beneficios financieros -sueldo-, la especificidad de género -estereotipos y expectativas culturales, falta de representación...-, las características de la rama sanitaria, factores motivacionales -expectativas familiares, demanda del número de especialistas...- y el impacto del Covid-19, tanto en el aprendizaje como en la selección.

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"Las horas de trabajo o el entorno laboral afectaron a la hora de escoger especialidad en los alumnos seleccionados"

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En concreto, las principales preocupaciones de los estudiantes fueron las horas de trabajo, el entorno laboral, la interacción con los pacientes, el aprendizaje durante las sesiones prácticas, la demanda de profesionales y la tasa de aceptación en el programa de residencia. Asimismo, también destacaron los estereotipos de género, las expectativas culturales y la falta de representación femenina -en el caso de las mujeres- en ciertas disciplinas.

Respecto al efecto del coronavirus, pese a que este afectó negativamente a la exposición clínica del alumnado, ninguno reveló que la crisis sanitaria les hubiera desalentado a la hora de adherirse a una especialidad. Es más, esta fase por la que pasó el conjunto de la humanidad llegó a motivarles para ser mejores facultativos.

La importancia de elegir una determinada especialidad para estructurar la Sanidad

Los parámetros tratados por este estudio se pueden extrapolar a las necesidades del propio sistema sanitario nacional. Y es que darles respuesta puede servir para su fortalecimiento, al atraer a un mayor porcentaje de facultativos a los hospitales y centros de salud del país en cuestión.

En este sentido, Arabia Saudí cuenta con un importante volumen de alumnos de Medicina en facultates de otros países, lo que puede ser contraproducente, ya que tienen la posibilidad de restar en el país en el que llevan a cabo sus estudios. Una situación perjudicial para un enclave en el que hay escasez de facultativos en algunos servicios y regiones.

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"Conocer la idiosincrasia del proceso de elección de los alumnos de Medicina puede fortalecer el sistema sanitario de un determinado país"

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Los autores han señalado en el estudio que contar con un mayor número de programas formativos, referentes femeninos y de minorías o unos horarios más flexibles son fundamentales para la retención de talento en todas las ramas médicas. Acabar con el malestar existente en la profesión es pieza clave para que los facultativos no presenten dudas a la hora de escoger la especialidad deseada.