El conocimiento infinito que requieren algunas especialidades provoca que sus residencias sean complicadas.
Después de haber superado el
examen MIR, los futuros
médicos internos residentes deberán afrontar un nuevo reto como es el de
elegir una plaza y con ello, su devenir formativo a corto plazo. Del total de
46 especialidades MIR que se ofrecen en España, algunas han ido ganando
dificultad con el paso de los años, llegando a convertirse en las más
complejas para el residente a la hora de formarse.
Este escenario ha acabado erigiendo a las
ramas quirúrgicas como las más complicadas. Esta condición, sin embargo, no desanima a los aspirantes a la hora de situar este conjunto de especialidades entre sus preferencias convocatoria tras convocatoria.
Gemma Ortiz, coordinadora del Grupo de Trabajo de Formación de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI), también señala un nivel alto de dificultad en
Medicina Intensiva, Psiquiatría, Medicina Interna y Medicina de Familia.
"Aunque la
complicación en el fondo es exigida por uno mismo, existen especialidades que se preparan bastante más a la hora de afrontarlas durante la carrera que no otras, especialmente las que demandan más
curva de aprendizaje quirúrgico, secuencias de intubación o
accesos venosos”, ha matizado en
Redacción Médica.
Conocimiento "infinito" y pacientes complejos
En cualquier caso, Ortiz considera que las residencias más complejas que los médicos pueden afrontar son las de
cualquier especialidad quirúrgica, debido a que “tienen una curva de aprendizaje que no se adquiere previamente durante la carrera de Medicina y hay que volver a estudiar toda la
base de anatomía desde un principio”.
Otra residencia que la facultativa considera compleja, pero desde un enfoque completamente distinto, es la de
Medicina Interna: “La curva de aprendizaje está bastante asumida en la carrera de Medicina, pero existe un
conocimiento "infinito". Esta constante necesidad de que nada es ajeno al internista también en cierto modo implica toda esta
complicación durante la residencia MIR”.
Residencias con dificultad: Abstractas y pacientes complejos
Para Ortiz, ser residente en
Psiquiatría o Medicina Preventiva también puede resultar un reto, dada la naturaleza "abstracta" de ambas ramas: “Se trata de especialidades en las que, de entrada, un MIR se plantea si realmente tiene vocación por ellas. Es muy difícil llegar a aplicar un conocimiento demasiado teórico a una cosa que pasa a ser práctica al día a día”.
La facultativa, señala, de igual modo,
un plus de dificultad en aquellas especialidades que exigen al residente tratar
pacientes complejos y diversos, como ocurre en
Medicina Familiar y Comunitaria: “Uno llega a tratar de todo y los residentes aprenden absolutamente de forma transversal debido al gran número de perfiles de pacientes distintos dentro de la sociedad. En este saco, evidentemente también entraría la
Medicina Interna”.
Residencias MIR con plus de estudio para ponerse al día
En cualquier caso, todas las especialidades incluidas en la lista de Ortiz exigen al facultativo en formación
horas extra de estudio para aprender a manejarse en el día a día: “No se trata tanto de una relación con la dificultad o la complejidad, sino más bien en aspirar a una excelencia médica. Entonces, cuando la propia exigencia u complejidad de los pacientes
pida al residente un esfuerzo, esto seguramente le obligue a retarse a ir un poco más allá”.
No obstante, la internista espera que los futuros residentes no tengan únicamente en cuenta la dificultad de cada especialidad el día de la
elección de plaza MIR . "Elijan lo que elijan los residentes, que lo hagan con la seguridad de que eso es lo que les va a hacer felices ya que, delante de cualquier adversidad, seguro que la especialidad se vuelve mucho más llana si realmente están haciendo lo que les gusta”.
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