Familiares antes de comenzar el MIR 2025 en las facultades de todo el país.
El nerviosismo y la tensión del examen
MIR se percibe esencialmente en el interior de las aulas. Sin embargo, a las afueras,
familiares y amigos brindan ánimo y apoyo a los aspirantes que demuestran el trabajo realizado los últimos meses en los folios de
la prueba. Algunos provienen de familias de larga trayectoria sanitaria, otros presencian cómo sus hijos
recorren un camino todavía intransitado. Pese a que los de dentro son los protagonistas, fuera también lo viven con ellos, sobre todo padres y madres que también hicieron el examen MIR y conocen de primera mano el reto mayúsculo al que se presentan:
"Aunque ahora es más fácil elegir plaza, el examen sigue siendo la etapa más difícil a la que se van a enfrentar", recuerda Carmen, especialista en Cardiología, y que hizo la misma prueba que su hija ha hecho hace exactamente 25 años.
“La he visto serena y muy responsable estos últimos meses. Lo más importante es la organización, tener un método de estudio y cómo plantear los días para obtener los mejores resultados posibles en la prueba”, comenta una madre a la entrada del examen en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense. Junto a ella se encuentra su marido.
Ambos pasaron por el mismo proceso por el que está pasando su hija hace no tanto tiempo.
“
Los dos hicimos el MIR en nuestro momento y escogimos la especialidad de Pediatría. La hemos visto bastante concentrada, creemos que ha sabido gestionar bien el estrés y, cuando concluya el examen, tiene un
abanico de opciones razonablemente amplio lo cual es bueno para su futuro y no cerrarse puertas”, asegura. A lo largo de los meses y los diferentes momentos clave de la preparación, la hija de los pediatras ha recibido los consejos de sus padres, asegurando que el punto determinante del
MIR siempre es
“poner toda la carne en el asador”.
"La clave y el punto determinante del MIR siempre es poner toda la carne en el asador"
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“Lo han sufrido ellos, pero también nosotros. Al principio del proceso se llevaba con naturalidad, pero los últimos meses desde luego el estrés y la tensión han sido unos miembros más de la familia”, comentaban dos padres a las puertas de la Facultad de Derecho de la
Universidad Complutense de Madrid. No acudían solos a la gran cita,
amigos y la hermana de su hija también estaban presentes disfrazados de médicos, el sueño por el que peleaba en el interior de alguna de las aulas del edificio educativo.
El esfuerzo que supone el examen MIR
“Lo hemos pasado mal por ella. Ver todo el esfuerzo sabiendo que se juega todo a una carta es
muy angustioso, pero desde luego lo que queda en el cuerpo es un enorme sentimiento de orgullo.
No venimos de familia médica con lo que todo este camino sin duda ha sido un acontecimiento”, relatan bajo el frío del invierno madrileño. “Se acostaba muy tarde estudiando y se levantaba muy pronto para seguir haciéndolo”.
"Ver todo el esfuerzo sabiendo que se juega todo a una carta es muy angustioso, pero en el cuerpo sólo queda un enorme sentimiento de orgullo"
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El futuro es incierto y las opciones donde pueden deparar los aspirantes es algo de lo que los presentes en las afueras de las facultades son conscientes. La mayoría enfocaban sus oraciones para que la prueba saliese lo mejor posible. “No sé si tiene claro qué especialidad quiere hacer, pero lo importante es que haga un
buen examen para
tener el abanico de opciones lo más grande posible. Una vez hecho eso, hay que pensarlo con calma y ver qué quiere (y puede) hacer”, resalta otro de los padres que ecogió Oncología cuando recorrio el mismo camino que su hijo.
Elegir plaza MIR, un reto mayúsculo
Otros, sin embargo, tienen más claro
el destino en el que su hijo le gustaría acabar. “
Dermatología es lo que siempre ha querido hacer, es cierto que normalmente es de las especialidades que requieren mejores resultados en este tipo de pruebas, pero
confiamos en el trabajo y esfuerzo que ha desempeñado a lo largo de estos meses”, explica una de las madres de otros de los aspirantes que se encontraba en el interior de las aulas.
"Son personas a las que hay que admirar por el esfuerzo y a todo lo que han tenido que renunciar por cumplir su sueño"
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La mayor parte de los amigos y familiares esperaban a sus seres queridos que estaban en ese momento examinándose con
aire de festividad. Pese a ello, eran conscientes de que
todo dependería de los ánimos con el que los aspirantes salieran de la prueba. “Saldrá a cenar con unos amigos y después dependerá de la energía que le quede, pero vaya,
la noche es joven”, comentaba con humor una de las madres de algún futuro residente.
“Lo sufrimos con ellos,
sabemos del esfuerzo que han llevado a cabo a lo largo de los meses y a todo a lo que han renunciado por intentar alcanzar su sueño. Son chavales que hay que admirar que se dejan todo para llegar hoy lo más preparados posible. No sé cómo será el
examen, ni si saldrá contenta de la prueba, pero
hoy está demostrando mucho”, concluía otro de los familiares en la fecha más señalada de la formación médica de todo el país.
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