Cálculo de la nota del examen MIR: pasos para estimar el número de orden

El examen MIR 2025 ya es historia. Ahora, los candidatos aguardan a conocer la nota de la prueba de Formación Sanitaria Especializada (FSE), que les dará acceso a una de las 9.007 plazas MIR ofertadas en la convocatoria de este año -las vacantes se pueden consultar en el buscador de Redacción Médica-. Según los tiempos fijados por el Ministerio de Sanidad, las calificaciones provisionales se darán a conocer a finales de febrero, mientras que las definitivas serán publicadas las últimas semanas de marzo, al finalizar el periodo de revisión. Un calendario que se traduce en más de una veintena de días de espera. Sin embargo, el aspirante puede salir de la incertidumbre con el cálculo de la puntuación de su ejercicio. Al menos, de una parte.

Para ello, el estudiante debe emplear su hoja de respuestas y el documento con las soluciones correctas, difundido el lunes 27 de enero. Primero, se han de comparar ambos documentos y corregir el ejercicio. Después, se aplicarán los criterios de corrección del MIR: cada pregunta acertada vale tres puntos, las falladas restan uno y las no contestadas se cuentan como 0. La cifra resultante es la valoración particular del examen.

Eso sí, se recomienda esperar a la publicación de las impugnaciones. Los candidatos pueden enviar sus quejas ante preguntas mal formuladas o de respuesta ambigua hasta el día 30 de enero a las 23:59. La anulación de determinadas cuestiones y la inclusión de las de reserva puede alterar el resultado de la cuenta.

Tras realizar los cálculos con las preguntas anuladas ya confirmadas, el número obtenido da muchas pistas sobre la posición que ocupará el candidato en el listado de adjudicación de plazas. Sin embargo, este no es exacto. Y es que la puntuación final de la prueba surge de un paso más. Se debe multiplicar por 90 la valoración particular del examen y dividir el resultado por la media del 10 por ciento de los mejores ejercicios del año. Entonces, se tendrá la calificación real.

Inclusión del expediente para la nota del MIR

Hay que recordar que el resultado final del MIR no depende únicamente del examen. La calificación se obtiene de la nota del ejercicio que llevaron a cabo el 25 de enero y la valoración de los méritos académicos. La primera cuenta un 90 por ciento, mientras que la segunda, el 10 por ciento restante.

De esta forma, el alumno tendrá que conocer el valor dado a su expediente para definir con mayor certeza la puntuación en el MIR. Para ello, la nota de cada asignatura del grado se pondera de la siguiente manera: un aprobado -del 5,0 al 6,9- se interpreta como un punto, un notable -7,0 a 8.9-, dos; un sobresaliente -del 9,0 al 10-, tres, y una matrícula de honor, cuatro. Esta relación es fundamental para hacer el cálculo.

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"El resultado final del MIR no depende únicamente del examen, sino también del expediente académico del aspirante"

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La media de la trayectoria académica se realiza con la suma de todos los créditos obtenidos multiplicados cada uno de ellos por las ponderaciones correspondientes a la calificación de la materia. A continuación, se divide dicha cifra por el número de créditos conseguidos. De ahí, la valoración particular del expediente.

No obstante, como sucede con el examen, el resultado de la operación matemática no es el definitivo. Y es que se tiene que multiplicar por 10 y dividirlo por la media aritmética del 10 por ciento de los máximos baremos de la convocatoria. Entonces, se tendrá la puntuación final de este apartado.

Tranquilidad a la hora de calcular

En estos momentos, el candidato puede obtener una calificación aproximada, pero sin el efecto que tendrán en ella los resultados de los egresados de Medicina que hayan alcanzado los mejores resultados. Así, se entrevé complicado fijar que cuantía de los 90 puntos procedentes del examen y cual de los 10 del expediente se ha conseguido. Por ello, todavía es complicado determinar las opciones existentes de alcanzar la especialidad deseada.

Motivo por el que las academias de preparación abogan por tan solo corregir las preguntas y olvidarse de la prueba -salvo estar interesado en impugnar alguna de ellas-. Y es que la búsqueda de la nota puede tornarse en obsesión y afectar a la salud mental del candidato. En ocasiones, la incertidumbre es una compañera más fiable que la certeza.