María Escorihuela, especialista en Medicina de Familia, desarrolla las ventajas de trabajar en la España vaciada

Ventajas de trabajar en el mundo rural para atraer a los MIR: "Tienes vida"
María Escorihuela, especialista en Medicina de Familia.


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La falta de sanitarios en el entorno rural apunta a ser una de las asignaturas pendientes de los próximos años en toda Europa. La gentrificación de las grandes ciudades y el interés profesional de los MIR y especialistas para trabajar y formarse en los mayores hospitales hacen que el mundo rural se encuentre con escasez de efectivos y necesidad de atraer a nuevos profesionales a sus instalaciones.

En este sentido, una de las claves para mejorar ante esta situación se basa en atraer a nuevos MIR a lo que se conoce como la España vaciada. La historia de María Escorihuela comienza como la de tantos otros, formándose por medio urbano para presentarse al MIR. “Elegí formarme en el mismo centro de salud donde, siendo estudiante, había pasado un mes de prácticas junto a un médico de Familia excepcional.  Fueron él y su forma de ejercer la profesión, junto al ejemplo de mi madre que también es médica de Familia en el medio rural quienes me hicieron plantear la Medicina de Familia como una posibilidad real para mí”, relata a Redacción Médica.


Comienzos y rechazo a lo ubrano 


Sus comienzos dentro del arte de la Salud comenzaron entre asfalto y edificios, además, las interminables agendas le hacían trabajar a destajo en una consulta diferente cada día, con una terrible sensación de inseguridad, con miedo a equivocarse en la vorágine de pacientes y papeleo, y volviendo a su hogar siempre tarde y agotada. Un desgaste permanente en el que resultaba complicado poder llegar a ver la luz al final del túnel.

Escorihuela siempre supo que abriría la puerta del mundo rural; un mundo totalmente diferente en el que siempre residió su corazón. “Entonces apenas conocía las condiciones del mundo rural, pero sabía que allí podía encontrar un lugar donde la Medicina de la que me había enamorado aún resistiera este hastío en el que se encuentra la Atención Primaria”, confiesa. 

En el mundo urbano, María padecía un desgaste permanente en el que resultaba complicado poder llegar a ver la luz al final del túnel



Una vez que se quedó embarazada, el dilema se plantó en el camino. Entre las cartas que tenía, se planteaba repetir el MIR para elegir una especialidad que fuera más amable con ella, cambiar absolutamente el rumbo y dedicarse a la ilustración o apostar todo al verde y darle la última oportunidad a la Medicina de Familia en el mundo rural. Decidió la última, aquella que hizo que volviera a enamorarse de su profesión como en aquellas prácticas.


Pros y contras del mundo rural


“El medio rural ofrece, por sus características demográficas y humanas, cupos más reducidos, aunque con mayor dispersión. Esto permite que se produzca la ventaja que más valoramos los profesionales: el tiempo”, desarrolla Escorihuela para reflejar las ventajas de su nueva vida. “Por lo general, se dispone del tiempo necesario para cada paciente, se adapta y se autogestiona incluso la propia agenda, y quedan espacios para las consultas programadas, la formación, las actividades comunitarias, la atención a domicilio…”.

Pese a las ventajas que supone el entorno rural, también reconoce que es cierto uno de los temores más extendidos dentro de los MIR: la escasez de recursos. “La dotación de materiales y recursos al mundo rural es muchas veces insuficiente, y suele responder a la distribución en favor del medio urbano.  La equidad pasa por dotar a todos los equipos de los mismos recursos, aunque la dispersión de nuestros pueblos puede hacer que la accesibilidad varíeHasta el consultorio más pequeño y recóndito merece un profesional excelente con herramientas suficientes para atender a sus pacientes”, señala poniendo el foco en lo que siempre se enseña en todos los manuales; que el paciente es lo primero.

"Hasta el consultorio más pequeño merece un profesional excelente con herramientas suficientes para atender a sus pacientes"



Además, la médica de Familia apunta a que la equidad debería ser uno de los puntos fundamentales a la hora de dotar de recursos al mundo rural. “Para garantizar la calidad de la asistencia en el medio rural nuestros gestores deberían perseguir la equidad, (misma dotación de recursos a los pacientes del medio rural y urbano) siendo conscientes de que la accesibilidad no puede ser la misma.  Es un terreno por conquistar y debemos seguir reivindicando la inversión tanto material como en recursos humanos y, ante todo, una distribución justa”, explica a este periódico.


Formación y el aislamiento rural


A lo hora de la capacidad formativa, Escorihuela reconoce que es menor a la de las grandes urbes, pero también señala la otra cara de la moneda. “Dispongo de más tiempo para mi formación ahora que cuando trabajaba en el medio urbano, y es más sencillo sustituir mi consulta para acudir a cursos, congresos o reuniones donde trabajo ahora”, destaca ensalzando el tiempo como un elemento igualmente imprescindible para poder desarrollar el conocimiento y las capacidades. Además, la especialista también apunta a que, gracias a las redes sociales y nuevas tecnologías, es más fácil estar al día de los avances sanitarios que se suceden en el mundo.

Por otro lado, María reconoce que la conciliación laboral es más factible en el mundo rural, pese a que igualmente haya zonas con mucha saturación, en general el entorno es más flexible. “Lo más habitual es una jornada laboral más amable, un ritmo de consulta más pausado, un horario que casi siempre puede cumplirse y, si es necesario, flexibilizarse.  Las guardias suelen ser más tranquilas”, advierte la médica de Familia, además, a nivel personal afirma que “al terminar la consulta o al salir de guardia el cansancio es menor” y en su caso “vuelve a casa y puede disfrutar de su hija, su pareja, sus amigos y la familia, que es lo que más valora en su tiempo de descanso”.

Respecto al aislamiento al que muchos aspirantes al MIR pueden temer, María asegura que hay más opciones. “Trabajar en el pueblo no siempre es sinónimo de vivir en él.  La opción por la que muchos de nosotros optamos es vivir en la ciudad más próxima al lugar de trabajo y desplazarnos diariamente en coche.  Es una opción a considerar sobre todo para los médicos jóvenes”, reflexiona.

"Trabajar en el pueblo no siempre es sinónimo de vivir en él. La opción por la que muchos de nosotros optamos es vivir en la ciudad más próxima al lugar de trabajo y desplazarnos en coche"



Por otro lado, afirma que “aunque cuenta con su compañera de Enfermería durante unas horas, la mayor parte de la mañana se encuentra sola en el consultorio a unos 15 minutos en coche del centro de salud”.  “El aislamiento y la soledad de la consulta es uno de los cambios más importantes respecto al medio urbano.  El propio equipo debe fomentar los puntos de encuentro presenciales o virtuales con frecuencia tanto para la formación como para la coordinación de los profesionales”, concluye. 

En el mundo rural son esenciales las sociedades científicas, los grupos de trabajo y comités dedicados específicamente a la medicina rural.  “Es fundamental promover estos grupos como fuente de información para residentes y médicos, lugar de referencia para los profesionales que se desarrollan en el medio rural y difusión para todos los compañeros del medio urbano, y la promoción de líneas de investigación en entornos rurales”, apunta como elemento clave para que el campo pueda tener la alternativa que necesita para su subsistencia.
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