José Manuel Ortega.
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Eduardo Ortega / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Tras su paso por el Hospital de La Paz en Madrid, José Manuel Ortega acabó recalando en el Grupo HM Hospitales, donde es jefe del Departamento de Farmacia Hospitalaria. En entrevista concedida a Redacción Médica con motivo del lanzamiento de una guía farmacoterapéutica, que tiene como fin servir como herramienta de trabajo a todos los profesionales sanitarios del conglomerado, indica que no hay muchas diferencias en gestionar el medicamento en un sistema público a hacerlo en uno privado, dado que el objetivo tiene que ser el mismo: elegir el mejor producto para el paciente.
Asimismo, afirma que en HM no existen los retrasos que puede haber en la sanidad pública en el acceso a innovaciones ni restricciones en su uso, siempre y cuando esté justificado.
¿Qué objetivos buscaba HM Hospitales a la hora de elaborar su guía farmacoterapéutica?
Los objetivos iniciales eran plasmar unas líneas de trabajo y todas las decisiones de la comisión de farmacia para todos los hospitales del grupo en el que trabajamos, de modo que tuviera una línea de actuación reflejada en la guía.
¿Busca servir a todos los profesionales sanitarios del grupo, no solo a los farmacéuticos?
Exacto. Hemos ideado esta guía como herramienta de trabajo, tanto asistencial como docente. Somos un grupo universitario concertado con la Universidad San Pablo CEU, y esta guía es para todos los profesionales saniotarios: médicos, farmacéuticos, enfermeras y también para todos los estudiantes, tanto de la facultad de Farmacia como de la de Medicina.
¿Cómo se adapta el contenido a todos estos perfiles?
Todos los componentes de la comisión de Farmacia, desde médicos hasta farmacéuticos y enfermeras, hemos contemplado y consensuado qué necesidades precisábamos todos para tener una herramienta de trabajo. Se han incluido procedimientos de trabajo del grupo, estudios y utilización de medicamentos, modo de selección de medicamentos en la comisión de farmacia, y después un conjunto de tablas y anexos de los medicamentos seleccionados, de tal modo que sirvan a la hora de prescribir, administrar y validar tratamientos.
Llama la cuestión el que se aborde en la guía la limitación de uso de los medicamentos.
Tenemos un programa de equivalentes terapéuticos y luego otro de usos limitados de medicamentos. Parece un poco restrictivo, pero es posicionar el fármaco en las condiciones ideales de uso. Nosotros hemos considerado que hay algún medicamento en alguna indicación terapéutica en la que hay alguna alternativa más racional o adecuada, y algunos medicamentos están destinados para ser utilizados solo en esas indicaciones que hemos calificado como limitadas.
Por ejemplo, en el último estudio de utilización de medicamentos que hicimos, de albumina, un hemoderivado, hemos limitado el uso del producto a las indicaciones aprobadas, porque es frecuente que no se use de forma adecuada a las indicaciones.
Esta protocolización también se aborda en alimentos.
Esto viene de una charla que dimos de interacciones de medicamentos con alimentos y xenobióticos en colaboración con el CEU.En la guía no se tratan solo las interacciones de medicamentos con medicamentos, sino también con alimentos. Podemos seleccionar los mejores medicamentos en las mejores condiciones si prescindimos de un cualquier producto que impida su absorción o el efecto deseado.
¿Cree que este tipo de ideas, el de la protocolización del uso a escala general, se debería llevar a cabo en el Sistema Nacional de Salud o en las autonomías?
Yo creo que sí. Somos un grupo hospitalario privado, y todas las decisiones y protocolos que tenemos están para que sean de aplicación inmediata en todos los hospitales. Eso es lo deseable.
¿Por qué cree que no se hace así en el sistema público?
Buena pregunta. No sé si la respuesta será tan buena. Lo ideal sería que todo estuviera jerarquizado y se hicieran protocolos de uso. Ya lo hay de los nuevos anticoagulantes orales, para que así el sistema sanitario no tenga ninguna incidencia. Creo que eso que se ha hecho en este caso sería lo deseable para todos los medicamentos. Luego, a partir de esos protocolos de uso, en cada hospital se podría tener alguna aplicación o modificación sobre las condiciones reales de empleo en cada hospital.
¿Existen diferencias entre la gestión de un servicio de farmacia hospitalaria privado y de uno público?
Yo también he trabajado en la sanidad pública. Soy de la idea, básicamente, de que hay que hacer las cosas bien, estés en la pública o en la privada. Hay que gestionarlo de la mejor manera posible. No hay muchas diferencias entre gestionar un sistema público o privado, y la realidad es que si ve las funciones que tiene nuestro servicio de farmacia no hay diferencia entre público o privado.
Soy un poco contundente al decirlo, pero la gestión tiene que ser la misma. Tienes que escoger el mejor medicamento porque al paciente hay que ofrecerle la mejor alternativa disponible en el mercado. Después tiene sus características, claro. Los reales decretos varios sobre la sostenibilidad del gasto sanitario no nos afectan. Por tanto, en la privada tenemos un inconveniente a la hora de adquirir los medicamentos: hay un momento en el que en las negociaciones no puedes apretar más. En la pública puedes adquirir los medicamentos con un porcentaje de descuento que a nosotros no nos beneficia. Pero el fin último, que es el uso racional del medicamento, es uno en cuya línea todos trabajamos.
¿Trabaja con sus propios planes de racionalización HM Hospitales?
Sí, pero prácticamente son los mismos que los del sistema público. Los criterios de selección son los mismos, medicina basada en la evidencia, en la eficacia… En cuestión de costes, habría diferencia, porque no nos beneficiamos de los porcentajes de descuento del sistema público, pero a la hora de abordar el uso racional del medicamento hacemos lo mismo. Trabajamos en la privada pero todos nos hemos formado como residentes en la pública y tenemos las mismas herramientas para utilizar.
Pero en el sistema público varias voces se han alzado para denunciar la falta de acceso a innovaciones…
Efectivamente. Pero nosotros somos un grupo privado que apuesta por la asistencia, la docencia y la investigación. En uno de nuestros hospitales tenemos un centro de investigación de ensayos clínicos de fase I, en el que tenemos 30 ensayos activos. Y fases II y III, tenemos otros 85. Nosotros apostamos por la investigación.
Estos medicamentos que después se van a poner en el mercado los vamos a poner a disposición de nuestros clientes y pacientes. En HM no hay esa restricción o retraso que puede haber en la sanidad pública.
¿Cree que este concepto sobre la investigación clínica distingue a HM del resto de la sanidad privada?
Somos un poco particulares, efectivamente. Apostamos por la investigación y cada vez hay más hospitales privados que apuestan por los ensayos clínicos. Pero además no hay retraso en el acceso a las innovaciones, siempre que se justifique adecuadamente. Primero tiene que estar justificado el uso, y luego posicionarlo terapéuticamente y emplearlo adecuadamente.
¿Qué opina sobre los informes de posicionamiento terapéutico (IPT)?
Tampoco es una novedad tan novedosa, por decirlo de algún modo. Siempre, y desde hace algunos años, se hace un empleo del medicamento condicionado para una parte de la población y con un protocolo de uso.
En los IPT no se incluye la evaluación económica, se hace después. ¿Cómo se aborda esta cuestión en la sanidad privada?
Se hace después porque cuando se fija el precio es cuando se calcula el impacto presupuestario, por eso no va inicialmente. En la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) hay varios grupos de trabajo, entre ellos Génesis, que hace unos informes de evaluación de medicamentos exhaustivos y perfectos. Nosotros podemos hacer los nuestros, pero no serían diferentes a los de Génesis, exceptuando la parte dedicada al informe farmacoeconómico. Ese sí lo haríamos diferente, y eso sería porque en el precio de adquisición tenemos el hándicap de que es más caro que en la sanidad pública.
¿Emplean entonces las evaluaciones del Grupo Génesis para valorar los medicamentos?
Si está hecho ya, sí. Si no, lo hacemos nosotros. Pero los informes de Génesis son difíciles de mejorar.
¿Cree que se cuenta con los profesionales de la sanidad privada en la elaboración de los IPT?
Creo que la privada, en este sentido, no está aparte de la pública, pero somos menos, hay menos personal para más trabajo. Se podría contar con nosotros perfectamente y sí se hace, pero es tal la cantidad de trabajo que tenemos que a lo mejor no recurren a nosotros.
Pero hay peticiones…
Sí, sí.
José Manuel Ortega, jefe del departamento de Farmacia Hospitalaria de HM Hospitales, y Eduardo Ortega, periodista de Redacción Médica.
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Cuando un medicamento sale al mercado privado, mientras el Ministerio de Sanidad decide si lo financia y a qué precio, ¿es tan grande la diferencia de precio como se ha llegado a rumorear?
Yo solo conozco un caso, y el precio que puso el laboratorio fue al final el que se aprobó.
¿Echa de menos algo de sus tiempos de FIR?
Yo creo que en el fondo sigo siendo un FIR. A mí me gustó mucho la docencia, así cuando llegan los estudiantes, me solidarizo con ellos, me siento uno más. A la hora de participar con ellos, está bien reciclarse y seguir formándose.
La SEFH va a participar en la marcha contra la troncalidad. ¿Qué opina como profesional?
Estoy de acuerdo con la opinión mostrada por la SEFH y con Poveda.
¿Echa de menos algo de sus tiempos en la sanidad pública?
A veces sí. Pero bueno, también echo de menos otras cosas. Estoy muy en contacto con mis compañeros de la pública, vamos a cursos y congresos comunes…
Echo de menos a los compañeros, pero la asistencia es la misma. Tenemos como fin último al paciente, se puede hacer perfectamente tanto desde la pública como desde la privada.
Vea aquí la entrevista completa a José Manuel Ortega.
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