Redacción. Madrid
Jesús Gómez, presidente de Sefac.
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Un trabajo promovido por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) ha revelado que la intervención del farmacéutico logra evitar más de un 5 por ciento de los problemas que puede suponer el uso del ácido acetilsalicílico, la popular aspirina de Bayer, que generalmente suelen estar provocados por la interacción con otros medicamentos, por contraindicación o por alteración de pruebas analíticas.
En el trabajo han participado veinticuatro farmacéuticos comunitarios de dieciocho farmacias de distintas comunidades autónomas, que durante un año registraron un total de 3.355 solicitudes de este medicamento, siempre en dosis de 500 miligramos.
De este modo, vieron que en el 5,4 por ciento de las veces en las que el paciente solicitó un medicamento de estas características, el farmacéutico comunitario tuvo que intervenir para evaluar si existía alguna condición fisiológica, medicamentosa o patológica que pudiera hacer inadecuado su uso.
De estos casos, en los que se evitó un problema relacionado con la medicación (incluidas reacciones adversas), un 26 por ciento estuvo relacionado con la interacción con otros medicamentos, un 24 por ciento con patologías en las que el uso de este fármaco está contraindicado, otro 24 por ciento con la alteración de pruebas analíticas y un 20 por ciento con el tiempo de duración del tratamiento.
En cuanto a patologías contraindicadas para el uso del ácido acetilsalicílico, destaca la hipertensión arterial (55 por ciento de los casos registrados de patologías) y el asma (16 por ciento) por la gravedad de las reacciones adversas que se pueden producir.
Interacciones con AINE y diuréticos
En el caso de interacciones farmacológicas las más comunes son las que ocurren con otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), en un 41 por ciento de los casos de interacciones, seguidas por las producidas con los diuréticos (28 por ciento), de menor proporción pero de mayor importancia por la gravedad de las reacciones adversas a la medicación (RAM) que producen.
Algunas de las RAM que pueden producirse por un uso inadecuado de estos medicamentos van desde una hemorragia mal controlada hasta un broncoespasmo en pacientes con asma que tienen una reacción a estos fármacos, pasando por úlceras gratroduodenales o síndrome de Reyé en menores de 16 años, así como inhibición de la medicación antihipertensiva con lo que no se consigue el control adecuado de la tensión arterial.
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