Redacción. Valencia
El nuevo modelo de Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) planteado por el Ministerio de Sanidad hace escasas semanas ha centrado el Simposio celebrado en Alicante, en el marco del V Congreso de la Sociedad Valenciana de Farmacia Hospitalaria. Bajo el título Informes de Posicionamiento Terapéutico, desafíos y oportunidades en gestión de la Farmacia Hospitalaria Oncológica, diversos expertos han debatido sobre el futuro que esta nueva herramienta plantea tanto a profesionales sanitarios como a pacientes e industria de la mano de Boehringer Ingelheim.
José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, Bartomeu Massuti, jefe de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Alicante; Salvador Peiró, director del área de Investigación en servicios de salud del Centro Superior de Investigación Salud Pública (CSISP); Andrés Navarro, jefe del servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General de Elche, Alicia Gil, directora de Acceso al Mercado y HEOR de Boehringer Ingelheim. |
Los profesionales coinciden en que la elaboración de los IPT abre un abanico de dudas para las que todavía no existen respuestas por parte de la Administración, como por ejemplo la composición definitiva del Grupo de Coordinación de Posicionamiento Terapéutico. Hasta el momento únicamente se conoce que habrá miembros de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, de la dirección General de Cartera Básica de Servicios y Farmacia, y de las diferentes comunidades autónomas de manera rotatoria. En la misma línea, el ajustado plazo que propone el nuevo modelo (3 meses desde la respuesta positiva de la Agencia Europea de Medicamentos) también plantea interrogantes, teniendo en cuenta el gran número de actores implicados.
En este sentido, los expertos destacan la necesidad de tener suficiente representación de clínicos especialistas en dicho organismo y de que ésta sirva para garantizar la equidad en el acceso a los tratamientos oncológicos para todos los pacientes, independientemente del centro hospitalario y la comunidad autónoma de procedencia. Asimismo, opinan que es fundamental una representación equilibrada del resto de actores (farmacéuticos hospitalarios, industria, economistas de la salud, administración...) en los comités y grupos de coordinación para lograr la armonización de los criterios y la máxima eficiencia.
IPT, un desafío y una oportunidad
Apuntando al título de la sesión, los presentes valoran el nuevo IPT como un gran desafío en un escenario complicado como el español, donde hay diferencias significativas entre comunidades autónomas y entre hospitales de un mismo territorio. Aun así, los profesionales del sector destacan que también supone una magnífica oportunidad para trabajar en un proyecto común basado en la transparencia, que sea predecible y riguroso, y que aúne a todos los agentes implicados.
El nuevo IPT contará con la participación de las comunidades autónomas y ayudará a unificar los criterios terapéuticos existentes. Además, el modelo está planteado para reducir los retrasos actuales en las decisiones de precio y financiación, algo que los profesionales han valorado positivamente ya que permitiría a los pacientes disponer a tiempo de fármacos de valor añadido en áreas como la oncología.
José Luis Poveda, presidente de la SEFH y moderador del Simposio, recuerda la posición de la Sociedad ante el nuevo modelo propuesto por el Ministerio de Sanidad, que divide en dos fases separadas la evaluación terapéutica del fármaco y su viabilidad económica: “el informe de evaluación que defendemos y que realizamos desde hace más de ocho años en el grupo GENESIS, comporta un claro posicionamiento terapéutico que sólo puede decidirse cuando se conocen las alternativas, el coste-efectividad del nuevo fármaco y el impacto presupuestario que la inclusión del medicamento tendría sobre el departamento de salud de las CCAA o del Estado”. Según el presidente de la SEFH, “el hecho de obviar éstas variables económicas crea dudas e incertidumbres a clínicos y gestores en la toma de decisiones”.
La medida de la efectividad en términos de resultados en salud
El debate también ha puesto sobre la mesa el gran reto que supone la creación de un registro único de pacientes que permita monitorizar y medir resultados en términos no solo clínicos, sino de coste y de efectividad, y que ayude a valorar la aportación real y relativa de cada tratamiento. Los expertos han manifestado la necesidad de trabajar en la generación de registros de pacientes, sobre todo en aquellos fármacos sujetos a una gran incertidumbre sobre su efectividad o seguridad (como pueden ser algunos medicamentos oncológicos). Asimismo, los profesionales han tratado la importancia de definir los costes asumibles (calculados mediante variables económicas, de calidad de vida, etc.) para que los comités y grupos que participen en la redacción de los IPT cuenten con una referencia.