En muchas ocasiones, los lapsus verbales son la causa de las peticiones raras.
Hay quien confunde la farmacia con el bolsillo de Doraemon o con el genio de la lámpara, es decir, con un
lugar mágico donde cualquier cosa que pidas o necesites se hace
realidad. Fe de ello dan numerosos farmacéuticos con los que ha contactado
Redacción Médica y que aseguran que en una farmacia, la gente pide de todo.
Dinero, plantas para rendir sexualmente y anticonceptivos intravenosos, entre las peticiones más raras
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Manuel Pérez, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, le llegaron a pedir ser
testigo de la firma de una herencia por parte de dos clientes habituales, aunque en este caso, la petición le alegró. "Eran dos personas habituales de la farmacia. El día que me pidieron que fuese el testigo de la herencia que iban a firmar me lo tomé con mucha ilusión. E
ste oficio tiene una cara humana muy potente", explica.
No obstante, no siempre las peticiones han sido tan placenteras. "En una ocasión, un cliente
me pidió una aguja para coser", asegura Pérez. Por lo menos no le ocurrió como a
Adrián González Villeta, farmacéutico madrileño, al que le preguntaron "
si se podía cargar el bono de transporte" en su farmacia.
"No es el único caso extraño. También me han pedido recargar la
tarjeta del móvil,
gafas de bucear o
artilugios de playa. Y eso que estamos en Madrid", cuenta. De hecho, hubo una vez que un cliente le pidió veneno: "Entro un señor
preguntando si teníamos veneno. Le respondí que como no se refiera a matamosquistos, poco veneno teníamos. Resulta que lo que quería era un
veneno para ratas".
Por pedir, a Isidro le han pedido hasta "
dinero". Pero no solo eso, también "
pilas,
plantas para rendir sexualmente y
anticonceptivos intravenosos, que en España no se comercian".
Lapsus verbales
En otras ocasiones, los farmacéuticos reciben extrañas peticiones, pero por culpa de lapsus verbales.
Juan Pedro Vaquero, farmacéutico de Sevilla, ha sido testigo de muchos casos así y ha hecho una recopilación de los mismos. Su experiencia demuestra que para ser un buen farmacéutico
también hay que saber de idiomas:
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Aceite de alfombra/aceite de moqueta: aceite de rosa mosqueta.
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Colutorio: locutorio.
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Amoxicilina volcánica: amoxicilina clavulánico.
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Gotas humeantes: gotas humectantes.
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Pastillas de neopreno: ibuprofeno.
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Algo para triciclos: algo para los triglicéridos.
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Crema de Miguel: voltaren en gel.
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