El Vall d'Hebrón iniciará un ensayo clínico para confeccionar fármacos 3D entre la población pediátrica.
Si la invención de la
imprenta moderna revolucionó la
difusión del saber en Europa, el
Hospital Vall d’Hebrón iniciará en dos semanas un rompedor
ensayo clínico para confeccionar
medicamentos para niños y niñas con una
impresora 3D. Se trata de un hito jamás visto en
Europa hasta la fecha, y su principal objetivo es lograr
personalizar fármacos para aumentar su seguridad y mejorar la adherencia al tratamiento.
Una de los principales artífices de este novedoso proyecto es
Maria Josep Cabañas, jefa de la
Sección de Farmacia del
Hospital Infantil y
Hospital de la Mujer de Vall d’Hebron. A través de la confección de un programa informático para
realizar fórmulas magistrales de fármacos, Cabañas afirma en
Redacción Médica que “se analizó la posibilidad de que estos medicamentos, fabricados por una impresora 3D, pudieran aumentar la
tolerancia y la
aceptación en relación a las
fórmulas tradicionales, preparadas de forma líquida”.
El hospital catalán ya cuenta con toda la
tecnología necesaria para iniciar el ensayo clínico, por lo que la especialista valora que en dos semanas se podrá dar el pistoletazo de salida: “En total participarán
30 pacientes pediátricos y la duración de la investigación será de
seis meses de tratamiento. Los tres primeros meses se dará la
fórmula estándar del fármaco, y en los siguientes la creada por la
impresión 3D. Una vez finalizado, se comparará la eficacia y tolerancia entre las dos fórmulas. Por ahora, se trata de un estudio en el que no participan más hospitales”.
"Una vez finalice el ensayo, se comprobará la eficacia y tolerancia entre las dos fórmulas"
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Abrir la puerta a esta tecnología a través de un ensayo clínico ha permitido dar un gran salto de
calidad dentro de la
Pediatría, y la especialista recuerda que “es el primer ensayo clínico de Europa para la confección de medicamentos fabricados por una impresora 3D en esta
especialidad”.
Fármacos 3D también para adultos a futuro
La principal ventaja que se busca conseguir con esta investigación es la confección de medicamentos de forma
personalizada. “Las
dosis se calculan en función del
peso del paciente, por lo que cada uno de ellos tendrá su propio imprimido según sus características, con la cantidad justa que necesita. Además, también se podrá personalizar el
color, el
sabor y el
olor del fármaco. Se consigue seguridad, ya que no se manipulará un
fármaco de forma líquida, se asegura el
volumen exacto que se debe tomar y se mejora la
adherencia al tratamiento”.
Si finalmente se demuestra
la eficacia de los fármacos 3D entre la población pediátrica, la especialista valora la creación de medicamentos impresos también para los
adultos: “No queremos que su aplicabilidad se reduzca al paciente pediátrico. Puede llegar a ser útil en situaciones de
pacientes polimedicados o crónicos, que toman una medicación diaria. Por otra parte, buscamos diseñar un plan para que el número de
fórmulas farmacéuticas que se debe tomar un paciente sea menor. Todos aquellos pacientes que tengan problemas en la deglución se verán beneficiados, ya que se confeccionarán fórmulas farmacéuticas masticables, y se podrá clasificar su administración por vía oral”.
"Buscamos diseñar un plan para que el número de fórmulas farmacéuticas que se debe tomar un paciente sea menor"
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Existe una gran esperanza dentro del Vall d’Hebrón ante este ensayo pionero, y personalizar las dosis de los pacientes puede ser la
primera pieza a la hora de lograr un mejor tratamiento de los pacientes. Una vez más, la
tecnología al servicio de la sanidad vuelve a ser determinante para lograr hitos hasta ahora inimaginables.
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