Cristina Ibáñez, estudiante de Medicina.
No hay duda de que la perseverancia de
Cristina Ibáñez por conseguir su objetivo de
convertirse en médica es digna de contar. A pesar de tener una vocación prácticamente innata sobre esta profesión, su camino por que se hiciese realidad no ha sido fácil, y ha tenido que
superar grandes adversidades que la ponían a prueba para que errara en su objetivo. Pero la dedicación y la constancia dan sus resultados y, tras
presentarse 11 veces a la EBAU, por fin, puede decir que lo ha conseguido: es estudiante de Medicina de tercer año en la universidad con la que soñaba.
Desde bien pequeña Ibáñez siempre ha querido dedicarse a la Medicina. Esta vocación la respalda la foto que tiene enmarcada de cuando tenía cinco años y vestía una bata blanca. En su cuello se encontraba el fonendo y en sus pequeñas manos un
kit médico de juguete con el que su imaginación volaba y creía que estaba en el quirófano curando a los pacientes.
Pero no fue hasta los 11 años cuando esa idea de convertirse en médica se confirmó. Y es que esta actual estudiante de Medicina atravesó una época “muy complicada” cuando le detectaros lo que
los facultativos creían que era un tumor en los ovarios, aunque, por suerte,
solo se quedó en un susto. “Yo veía en ese momento como los médicos me querían ayudar. Aunque sabía que me iban a operar, estaba muy atenta a todo lo que hacían en el quirófano y me gustó mucho la experiencia de verles trabajar en primera persona.
Esa fue mi confirmación.”, ha explicado a
Redacción Médica.
Cristina Ibáñez con cinco años.
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Pasados los años, cuando empezó cuarto de la E.S.O, había un profesor que en clase
la trataba fatal. “Se le iba la olla”, recuerda. El trato era tremendamente despectivo y, aunque consiguió superar su asignatura, volvió a tenerle como docente en segundo de bachillerato, donde
le hizo la vida insoportable y la dejaba en ridículo delante de la clase. “En esos momentos quería entrar a una FP porque la nota no me daba para Medicina y buscaba sacar mejor puntuación ahí para, posteriormente, solo hacer las optativas. Pero este profesor, por dos asignaturas,
me hizo repetir el curso”, ha lamentado.
"Los profesores me decían que no valía para Medicina"
Este profesor consiguió minar mucho la moral de Ibáñez. Según afirma, le hacía comentarios constantes relacionados con que
no valía para ser médica y que lo mejor que podía hacer era qu
e abandonase el instituto. Y no solo él, otros docentes también se unieron a esa cruzada por evitar que esta futura médica llegase a su meta. “Recuerdo en un examen que me quedé bloqueada por la situación de angustia que me producía, y
se acercó para decirme que dejase los estudios, que no iba a llegar a nada”, ha subrayado.
Aun así, Ibáñez se armó de valor y consiguió terminar bachillerato. Al concluirlo,
hizo dos veces la EBAU, pero no consiguió la nota suficiente y entró a la
FP de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. Durante el primer año, también
volvió a hacer dos veces la selectividad y, en segundo,
otras dos; pero sin la nota que quería para su destino.
Hacer 11 veces la EBAU para Medicina
Esta estudiante terminó la FP con
varias matrículas de honor y, aun así, también tuvo otro profesor que intentaba desviar su objetivo de hacer Medicina. “Yo estaba muy agobiada en un examen porque la nota de esa prueba me bajaría la media para luego la EBAU, y me dijo que mejor pensara en otra cosa porque
él no me veía siendo médica. Ese día salí de allí con un ataque de ansiedad y cerca de desmayarme”, ha lamentado.
Durante toda su vida, Ibáñez siempre
ha escuchado la frase “no puedes”. Pero convencida con sus objetivos y viendo que la nota de selectividad no le daba para entrar en la facultad que quería, en la Universidad Complutense de Madrid, entró en
Enfermería. “No quería irme fuera a convertirme en facultativa por problemas familiares”, ha subrayado.
"Durante toda mi vida siempre he escuchado la frase de que no puedo conseguirlo"
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Entrar a Enfermería para convalidar asignaturas
Pero ella no quería ser enfermera, y reconoce a este periódico que
solo entró en el Grado para que le convalidaran asignaturas y no perder un año. “
Solo hice el primer cuatrimestre. No quería estar parada”, ha explicado.
Tras terminar estos primeros tres meses,
hizo de nuevo dos veces la EBAU y ahí le dio la nota para
entrar en Medicina, pero en una universidad de Barcelona y no quiso posponer más su futuro. Hizo la maleta desde Madrid y se marchó a Cataluña. “Esa época ha sido todo un reto.
La mayoría de clases eran en catalán y algunos exámenes se me han complicado por el idioma, pero lo he afrontado todo con bastante optimismo. Pero al final conseguí llegar hasta tercero. De hecho, el idioma me gusta, no tengo un nivel de conversación óptimo, pero llegó un momento donde entendía todas las clases. Ya me he hecho a él”, ha indicado.
Hacer 4 veces más la EBAU para Medicina
Aún así, ella seguía con la ‘espinita’ clavada de no hacer Medicina en la universidad que realmente quería, así que
volvió a presentarse cuatro veces más a la EBAU hasta que, por fin,
ha obtenido la nota necesaria y ha conseguido que trasladaran su expediente a la Universidad Autónoma de Madrid, donde en pocos días volverá a empezar tercero. “En Barcelona me convalidaron primero de Enfermería e iba medio curso adelantada. Iba a pasar a cuarto, aunque me quedaban algunas asignaturas de tercero. Pero eso en Madrid no se puede, y tendré que volver a hacer tercer curso”, ha explicado.
Con parte de su objetivo ya logrado,
actualmente Ibáñez está feliz. Eso sí, antes de concluir con la entrevista ha querido lanzar un mensaje para aquellos estudiantes que se encuentren en una situación similar a la suya. “Es muy frustrante que, al final, hay gente que tiene suerte, además de haber trabajado, y que consiguen entrar de primeras a la carrera. Pero no a todo el mundo le ocurre, y quiero que sepan que por eso
no van a ser peores médicos o mejores estudiantes. Si de verdad quieren lograrlo, que sigan luchando porque al final todo se consigue”, ha terminado.
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