La presidenta de CNDE, Inmaculada García.
Enfermería es una profesión en transformación constante. Su rutina laboral padece las alteraciones provocadas por las innovaciones tecnológicas o los cambios legislativos, presentes de forma permanente en el desarrollo de este gremio sanitario. Un ritmo trepidante que contagia también a la formación. Las facultades son las diseñadoras de la profesional del futuro, mientras que el grado es el patrón ideado para que estas garanticen una asistencia de calidad al paciente. Por ello,
el plan de estudios no ralentiza su evolución, sino que se impulsa hacia los adentros del siglo XXI. Un momento marcado por el envejecimiento de la población, la mayor incidencia de patologías crónicas y de salud mental o el impacto de la Inteligencia Artificial (IA). Un panorama para el que se
preparan las instituciones académicas españolas.
La
Confederación Nacional de Decanos de Enfermería (CNDE) ya trabaja en las nuevas habilidades que debe adquirir la profesión y por ende los estudios que ofertan. Precisamente, sus miembros se reunieron el 26 de noviembre en Toledo para tratar la necesidad de un
reajuste de las competencias contempladas en la Orden CIN 134/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habilitan para el ejercicio de la profesión de Enfermero. "Durante una sesión de tres horas y media pasamos por los distintos contenidos temáticos qué deberían tener las enfermeras en el futuro", ha indicado la presidenta de la alianza y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada, Inmaculada García, a
Redacción Médica.
Entre estos, la tecnología. La profesional tiene que acostumbrarse a trabajar con
las herramientas que aparecen para facilitar su rutina. Una vorágine técnica en la que destaca la
IA. Este instrumento puede aligerar las tareas administrativas, mejorar la capacidad de diagnóstico o permitir el monitoreo en remoto. "Su incorporación es una ayuda en su trabajo", ha destacado García. Motivo por el que su introducción en los programas de estudios universitarios es casi una necesidad.
"La incorporación de la IA es una ayuda en el trabajo enfermero"
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La llegada de la IA al grado conllevaría un proceso formativo por parte del profesorado, además de un cambio en el currículo de las alumnas. Sin embargo, para ello, se tiene que incorporar la competencia de la IA en el Orden MIN. A partir de ahí, cada facultad puede desarrollarla como considere, ya sea
a través de una nueva asignatura o la inclusión del uso de esta herramienta en el temario de materias ya creadas. Eso sí, en caso de no conseguir modificar las capacidades a instruir en la carrera, las facultades pueden añadir contenido sobre esta técnica gracias al punto 'Nuevas Tecnologías', que forma parte del actual texto normativo.
Competencias unidas a la profesión
No obstante, la IA no es la única competencia que se pretende añadir al grado en Enfermería. García ha revelado que sería importante incorporar
la humanización del cuidado,
la investigación -aspecto en proceso de desarrollo-, la cronicidad patológica o
una mención directa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dado los efectos que tiene en la salud de los pacientes circunstancias como el cambio climático. Asimismo, habría que profundizar en determinadas especialidades -por ejemplo, Trabajo-, a la vez que en áreas como Cuidados Paliativos o Atención Primaria. "Estaría bien en incidir en estas materias, aunque no es fácil, ya que tan solo tenemos 240 créditos", ha puntualizado García.
Una lista de capacidades que se ve afectada por el propio avance de la profesión. Así, el organismo principal del grado enfermero aboga por
impulsar la formación en Farmacología -existente ya en los estudios- para seguir el desarrollo de
la indicación enfermera, que ya cuenta con diez guías distintas para medicamentos sujetos a prescripción facultativa. "Es necesario que las estudiantes cuenten con los conocimientos adecuados para poder indicar", ha apuntado la presidenta de CNDE. "Hay que tener en cuenta que es la enfermera la que está 24 horas con el paciente, por lo que debe saber cómo explicarle el uso de un fármaco y la razón por la que se le da", ha agregado, además de remarcar que los conocimientos farmacéuticos son clave para fomentar una mejorar calidad de vida.
"Es necesario que las estudiantes cuenten con los conocimientos adecuados para poder indicar"
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Además, la alianza universitaria enfermera también presta atención a los principales males que pueden afectar al paciente del futuro, lo que debería traducirse en competencias específicas. Por ejemplo,
las enfermedades crónicas, debido al envejecimiento progresivo de la población española. También patologías como
la depresión o la ansiedad, cuya incidencia no deja de aumentar en la actualidad. "Tenemos que incorporar la salud mental y trabajar en la no estigmatización de la persona que las sufre", ha afirmado García.
A su vez, la máxima representante del CNDE ha destacado que el cónclave mencionó también la necesidad de reforzar
las habilidades comunicativas de las egresadas, pese a la existencia de asignaturas, como Psicología, donde se fomenta el diálogo con el paciente. "Esta es la base de la
relación terapéutica entre persona atendida y profesional sanitario. La estudiante debe ser capaz de establecer lazos de confianza con el enfermo. Solo así se puede llegar a una buena atención", ha explicado.
Muchas de estas capacidades se encuentran con las fijadas en el Marco de Competencias para la Cobertura Sanitaria Universal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
Directiva Europea para los requisitos mínimos de formación para las profesiones de enfermero responsable de cuidados generales, odontólogo y farmacéutico. En esta última -cuyo cumplimiento es obligatorio en España-, se incluyen aspectos tecnológicos, pero también de Farmacología, Administración o Derecho.
Importancia del desarrollo de las especialidades y el grupo A1
Más allá de las competencias aplicadas al grado, los decanos y decanas de Enfermería apoyan también
el desarrollo de las siete disciplinas EIR aprobadas en España: Salud Mental, Geriátrica, Obstétrico-Matrona, Familiar y Comunitaria, Pediátrica, Trabajo y Médico-Quirúrgica. Una serie de ramas que, pese a contar con casi dos décadas de existencia,
todavía no se han implementado de forma completa en buena parte de las comunidades autónomas.
"El Sistema Nacional de Salud (SNS) todavía no es capaz de utilizar todo el potencial formativo de las especialidades", ha lamentado García. Además, ha añadido que no solo
no valora lo suficiente a la profesional especialista, sino tampoco a la que tiene un máster o un doctorado. "Hay que aprovechar el talento enfermero y darle oportunidades. Sino tendremos a sanitarias frustradas, porque ven que después de tanto estudiar no han podido poner al servicio de la ciudadanía todo lo que han aprendido", ha aseverado.
"Hay que aprovechar el talento enfermero y darle oportunidades"
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También se considera fundamental en el ámbito enfermero
el ascenso al grupo A1, donde se encuentran médicos, farmacéuticos y psicólogos. Un salto que traería mejores condiciones salariales y acceso a puestos directivos en hospitales. Tal vez también cambios en la formación. Modificaciones para las que estarían preparadas las facultades. "Nosotros recibiremos esto con los brazos abiertos y lo incorporaremos a nuestra docencia lo antes posible", ha remarcado García. A la espera el resultado de la negociación entre el Ministerio de Sanidad y el Consejo General de Enfermería, mesa en la que también se sienta la CNDE, entre otros. "Todo lo que sea brindar a la ciudadanía las competencias de las enfermeras siempre será bienvenido", ha sentenciado.
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