Medicina y Farmacia encuentran el aula perfecta para sacar mejores notas

El enfoque flipped classroom o de aula invertida es una opción de enseñanza que podría tener muchos beneficios para estudiar Medicina o Farmacia. Y es que un estudio realizado en la universidad húngara de Semmelweis ha concluido que se trata de un enfoque que mejora la retención de conocimientos específicos, por ejemplo, en Farmacología, tanto a corto como a largo plazo.

De hecho, la investigación subraya que los propios estudiantes prefieren este modelo al tradicional. Aun así, la carga de trabajo debido a otras obligaciones educativas y la resistencia del profesorado pueden plantear retos importantes en la implantación de estos métodos de enseñanza alternativos, por lo que habría que ajustarlos adecuadamente.

Inversión de la docencia tradicional en Medicina

Concretamente, este enfoque se basa en la inversión de la docencia tradicional, es decir, los estudiantes deben prepararse la clase utilizando material 'en línea', en lugar de escuchar el material pasivamente durante los seminarios. Además, es un método que sitúa el proceso de aprendizaje activo en la propia aula, donde trabajan activamente en diferentes tareas.

Su aplicación mejoró los resultados de los alumnos, por lo general. Aun así, es verdad que se puntualiza que no se evaluó el impacto del aula invertida por separado para los estudiantes con diferentes niveles de rendimiento, por lo que "los beneficios potenciales podrían haberse pasado por alto".

El estudio, según los cinco profesionales que lo han llevado a cabo, demuestra que la flipped classroom tiene un efecto positivo en el compromiso de los estudiantes, que lo aceptaron positivamente. Sin embargo, los profesores "fueron más bien dispares".

En total, participaron 161 estudiantes de Medicina y 10 profesores. Se impartieron cuatro seminarios y, a continuación, se evaluó el rendimiento académico mediante pruebas de elección múltiple inmediatamente y, dos semanas después, de la clase invertida. Por otra parte, se realizó una evaluación de seguimiento seis meses después de las dos sesiones iniciales.

Además, se evaluaron las percepciones de alumnos y profesores mediante dos cuestionarios después de la práctica y al final del curso. Según sus respuestas, los estudiantes percibieron positivamente el enfoque, destacando sus aspectos interactivos y de incitación a la reflexión. Pero señalaron como motivo de preocupación importante la lentitud de la preparación.

Valoración positiva entre estudiantes y profesorado

Por su parte, los profesores también lo valoraron positivamente, sobre todo su interactividad y su potencial para aumentar la eficacia de la enseñanza. Curiosamente, los docentes con más experiencia se mostraron menos receptivos y sus percepciones del aula invertida fueron menos favorables en comparación con las de sus compañeros más jóvenes.

En cuanto a resultados, la investigación muestra que la clase invertida aumentó la retención de conocimientos después de dos semanas en todos los temas. De hecho, incluso demostró mayor eficacia tras seis meses. Un hallazgo que coincide con el hecho de que todos los estudiantes aprobaron con éxito el examen de Farmacología 1 dos meses antes de la prueba a largo plazo, lo que sugiere "que la mayoría de los estudiantes dedicaron tiempo al aprendizaje activo de los temas específicos".

Respecto al temario, el curso objetivo de estudio era Farmacología, una asignatura distribuida en dos semestres, para estudiantes de Medicina de tercer año. El enfoque que se siguió se centraba en la base teórica de la Farmacología, las indicaciones, los efectos secundarios y otras características clave esenciales para la futura práctica clínica.

Por todo ello, la investigación apunta a que el aula invertida es beneficiosa para el compromiso de los estudiantes, ya que puede aumentar el rendimiento en general. Aunque puede enfrentarse a numerosos retos, entre los que destaca la sobrecarga de trabajo, tanto para el profesor como para el alumno.