María Jesús Méndez con su hija Áurea.
El
3 de septiembre del 2022 un grupo de
estudiantes de Medicina de la Universidad
Alfonso X El Sabio comenzaban su
quinto año de carrera. Como es habitual en estas fechas, los nervios, las risas y los abrazos por los reencuentros daban ‘vida’ a una de las aulas que acogía a la futura generación de médicos, pero, extrañamente, uno de los pupitres
se encontraba vacío. Era el de
María Jesús Méndez, quien nunca había faltado al primer día de clase por nada en el mundo, pero esa ocasión era especial, ya que se encontraba viviendo
el día más feliz de su vida: estaba
dando a luz a su hija Áurea.
Un año y medio después, esta
estudiante de sexto de Medicina, emocionada, recuerda el
cambio organizativo “tan importante” que supuso este acontecimiento en su vida. “La carrera siempre ha sido una prioridad para mí. Pero claro, ahora entraba en juega la nueva personita que venía y que
necesitaba de mis cuidados”, se ha sincerado a
Redacción Médica.
Méndez se quedó
embarazada de Áurea durante su cuarto año de Grado.
No fue algo buscado, “pero tampoco evitado”. De hecho, años atrás ella estaba segura de “no querer ser madre”, pero ese “instinto innato” por la
maternidad ‘llamó a su puerta’ a los 33 años.
“Yo ya tenía una edad y, viendo que ningún año iba a ser bueno porque todavía me queda hacer el
examen MIR y luego la residencia, pues pensamos que
nunca iba a ser el momento ideal y dimos el paso”, ha explicado.
Tras conocer la noticia, esta estudiante sintió “muchísimo vértigo”, pero a su vez una
inmensa alegría. “Más de la que me esperaba, ya que yo nunca había querido ser madre”, reconoce. Durante el embarazo en ningún momento se sintió sola, sus padres le apoyaron y una de las piezas más importantes durante todo el proceso
fue su pareja, de la que solo tiene palabras bonitas cuando se refiere a él. “Estuvo conmigo en todo momento, fue increíble”, ha insistido.
María Jesús Méndez con su pareja e hija.
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¿Cómo afecta a una estudiante de Medicina quedarse embarazada?
Si ya de por sí estudiar
Medicina es difícil, estar embarazada durante este periplo académico puede dificultarlo todo mucho más. La
principal complicación que tuvo durante la gestación fue
a nivel psicológico, debido a las preocupaciones que le aparecían como madre. “Cuando recibí la noticia me encontraba estudiando la asignatura de
Obstetricia, donde aprendes, entre otras cosas, todo lo malo que le puede pasar a un recién nacido”, ha recordado.
Pero esa no fue la única dificultad, cuanto más crecía el feto, más
se resentía a nivel físico. “Estás más cansada y tienes el sueño fragmentado. Recuerdo que me ponía a estudiar y, de repente,
me quedaba dormida y me despertaba a las 21 horas, perdiendo el día entero. También, en clase, me costaba
entrar en el pupitre”, ha subrayado.
María Jesús Méndez dando el pecho a su hija mientras estudia Medicina.
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Cuando sus
compañeros de clase se enteraron del embarazo, no pudieron contener su felicidad. Se portaron “muy bien” con ella y le pasaban los apuntes y anotaciones que necesitara. “Además, las chicas, no como yo, normalmente quieren tener hijos, y mi situación les hacía mucha ilusión”, ha recordado. Incluso, hubo un día le hicieron una ecografía en el hospital para que pudiesen ver el feto.
Nacimiento de Áurea
Tras el nacimiento de Áurea, la felicidad inundó la vida de esta estudiante, pero también se
incrementaron sus preocupaciones. Durante los primeros meses, Méndez estuvo rotando de prácticas por
Pediatría y los
casos graves que veía en pacientes los extrapolaba a su vida personal y a la posibilidad de que les pudiese ocurrir a su hija, llegando incluso a pedir un día marcharse del centro porque la niña presentaba unos
síntomas parecidos a una patología que había visto en un paciente.
Aún así, los profesores, tanto en la universidad como durante las prácticas, le tendieron una mano en todo lo que necesitaba. “
Tenían empatía, pero tampoco he sentido un trato demasiado especial. Sí que es cierto que el día que pedí marcharme del hospital, al día siguiente se preocuparon por mí y me ofrecieron contactar con una pediatra para hablarle del tema”, ha afirmado.
Los compañeros de Medicina de María Jesús Méndez en una ecografía para ver el feto.
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Abandonar la Medicina para cuidar de su hija
A pesar de todas las adversidades que Méndez ha tenido que pasar como madre y estudiante, “
jamás” ha pensado en
abandonar la carrera. Ella es una de las personas que, verdaderamente, sienten
vocación por la Medicina. Desde bien pequeña sabía que quería convertirse en una
gran médica para poder
ayudar a las personas y, además, le
encantaba la ciencia, por lo que dedicarse a esa profesión era la “combinación perfecta”.
Pero por circunstancias de la vida, a veces los sueños no son posibles alcanzarlos y Méndez no pudo entrar a Medicina una vez terminó
Bachillerato. A pesar de esa ‘zancadilla’ que le puso la vida, no se derrumbó y redirigió su carrera hacía la
Química, que era su “segunda opción”. Con la carrera terminada y la
crisis de 2012 impidiendo a las nuevas generaciones de químicos encontrar trabajo, volvió a intentar acceder a Medicina, pero no lo logró, y comenzó la carrera de Bioquímica.
María Jesús durante sus prácticas en Medicina, meses después del parto.
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Vocación por la Medicina
“Tras acabar ese Grado estuve trabajando en un hospital como investigadora. Me gustaba, pero, a la vez, no me hacía sentir bien porque
veía a los médicos y me recordaba aquello que no había conseguido. Me hacía daño, por lo que decidí cambiar de trabajo y empecé como química en el
Canal de Isabel II donde estuve varios años hasta que probé suerte en la Universidad Alfonso X El Sabio y acabé entrando en la carrera de mis sueños”, ha relatado.
El futuro que le depara a Méndez es incierto, pero de lo que está segura es que, una vez
acabe el MIR, entre en la residencia y su hija sea más mayor, quiere
compaginar su faceta de médica con la investigación. “Yo soy química y bioquímica. Me gusta mucho la ciencia y la investigación y, aunque de momento lo tengo que pasar a un segundo plano, me gustaría mucho también dedicarme a ello”, ha concluido.
María Jesús junto a Áurea dando un paseo por el campus de su universidad.
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