La falta de compañerismo en Medicina: "Hay que saber a quién acercarse"

Estudiar Medicina es más que sacar muy buenas notas para conseguir entrar en el grado o continuar con estas buenas calificaciones a lo largo de seis años para luego alcanzar la especialidad soñada. El ambiente en clase y el compañerismo también forman parte de esta receta que determinará la experiencia de aprendizaje de estos futuros médicos. Un estudio publicado recientemente pone sobre la mesa cuándo empieza a empeorar estos factores. Pero, ¿cómo lo viven, a pie de pupitre, los propios estudiantes? Redacción Médica habla con dos de ellos para conocer su opinión, con la particularidad de que ambas también han estudiado - o empezado a estudiar- otros grados. Una se muestra más optimista que la otra, quien asegura que hay que saber "a quién arrimarse".

Débora Herrera, estudiante de tercero, defiende que cuenta con compañerismo con ciertas personas, pero no en general. "Hay mucha competitividad, hay que saber a quién acercarse. Creo que debe ser una lucha con uno mismo para superarse y no con el compañero ni tampoco jugar sucio con él. Se dan casos, hay que saber donde no ir", asegura.

Su compañera Irene Piñatel defiende una postura más positiva, pues considera que depende de los grupos. "Cada grupo está separado del resto y en ocasiones en ciertas asignaturas no hay comunicación, lo que hace que sí que se note esa falta de compañerismo", explica. Aun así, sostiene que no hay mal ambiente entre ellos.

Estas dos futuras facultativas estudiaron previamente otros grados. Herrera hizo Enfermería, una profesión que compagina actualmente con estudiar Medicina; mientras que Piñatel comenzó Ciencia y Tecnología de los Alimentos y terminó el grado de Dietética. Ambas coinciden en que la competitividad era menor, aunque siempre con matices.

"No digo que no la hubiera, porque siempre hay alguna persona o algún grupo, pero no recuerdo esa competitividad, hay más compañerismo", afirma la enfermera. Piñatel recuerda que ese comportamiento también se limitaba a ciertas personas.

Los motivos que hay detrás de esta competitividad son varios y en la mayoría de los casos no se relaciona con el comportamiento de los propios estudiantes. "Considero que está muy inducida por el profesorado y por como está planteado el plan de estudios", resume Piñatel. Sobre el primer punto, detalla que en la Universidad de Cádiz no hay ninguna comisión de apuntes y que los profesores no suelen mandarlos en su mayoría y esto hace que cada uno tenga que coger los apuntes, lo que puede "reforzar" esa competitividad. Además, considera que ese ambiente  es generado en ocasiones por los propios docentes, pues publican las notas con nombre y apellidos, por ejemplo.

En este punto, Herrera explica que conforme se acerca el MIR se notará más la presión. "No es lo mismo que lo que tenemos en el curso, que es solo en nuestra facultad. Con la oposición hay una competitividad establecida en general", sostiene. Además, conforme se acerca la fecha, la estabilidad es más compleja de mantener, según comenta.

Cambio en la percepción favorable del entorno en Medicina

Los resultados del análisis mencionado muestran  cinco razones por las que la percepción del entorno en Medicina empeora. La primera es que los estudiantes de tercer y cuarto curso fueron expuestos a materias clínicas, por lo que fueron enviados al hospital para un periodo de prueba; como consecuencia, tuvieron menos tiempo de interacción con sus compañeros de clase.

Además, conforme pasan los cursos, el plan de estudios es más complicado y a partir de la segunda mitad del grado se enfrentan a la presión de pedir el título superior a través del examen de ingreso de posgrado.

Este estudio fue llevado a cabo en China; algunas de sus universidades han introducido la investigación científica en la carrera, por lo que se suma a esta lista de ingredientes por la que disminuye la percepción favorable del entorno.