Imagen durante una operación.
A pesar de que la donación de órganos tiende a tener una
opinión positiva en la sociedad, la tasa de alumnos que se inscriben para hacerlo en Eslovenia sigue manteniéndose baja y los cuerpos donados con fines de enseñanza o investigación
no son los óptimos para llevar a cabo los procesos necesarios en la profesión.
La
disección anatómica de los cuerpos donados son un
punto clave y esencial dentro de la formación para médicos. Sin embargo, esta piedra angular educativa ha sido ‘trastocada’ debido a la evolución y ética de la sociedad. En un estudio llevado a cabo en la
Universidad de Ljubljana se pusieron en práctica un total de 28 preguntas para discernir las diferentes posiciones de los estudiantes eslovenos ante la
donación de órganos o el cuerpo entero tras el fallecimiento. Ante este análisis, se tuvieron en cuenta a
más de 1.500 alumnos, descubrieron que la religión y la finalización del curso de anatomía eran factores decisivos a la hora de responder las incógnitas.
Los estudiantes tenían una edad media de
20 años y el 77,5 por ciento estaba matriculado en los primeros tres años de sus respectivos grados. La mayoría eran mujeres (79,6 por ciento) y estudiaban medicina (48,1 por ciento). La mayoría se identificaron como católicos (50,7 por ciento), seguidos de los que se identificaron como ateos o agnósticos (40,1 por ciento).
La religión y la anatomía, los factores decisivos
Por un lado, los
estudiantes católicos mostraron más reticencias y los resultados fueron estadísticamente más bajos que en las personas agnósticas y ateas muestreadas. Además, el 33,1 por ciento de los encuestados ofrecerían sus propios cuerpos post mortem para el fin de investigación y enseñanza. Sin embargo,
la cifra sufre un ligero descenso a la hora de ofrecer el de un familiar (26,3 por ciento), un amigo (27,9 por ciento) y un desconocido (31,8 por ciento).
Junto a las condiciones religiosas que mostraban los eslovenos, el otro factor clave que desvela el estudio es la finalización del curso de anatomía, cuyos porcentajes eran
significativamente mayores en la donación de órganos, pero sorprendentemente menor en la donación de cuerpos debido a las dudas que les generaban el
“tratamiento de los cuerpos donados”.
Aquellos que han finalizado el curso de anatomía son más propensos a la donación de órganos, pero menos a la de cuerpos
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Se ha de tener en cuenta que ambos apartados son
gestos de elevado altruismo y que la decisión de ceder órganos o cuerpos reside en una voluntad muy personal. Sin embargo, no hay que olvidarse que, para la formación de profesionales sanitarios, el estudio y avance médico
son pilares claves para una correcta progresión. Pese a que el conocimiento de donar era muy extendido en todas las personas que participaron en el estudio,
tan solo el 6,5 por ciento estaba dado de alta en el Slovenia Transplant, institución encargada en que, en caso de fallecer, el cuerpo u órganos sean donados. Además, la mayoría
desconocían que tan solo se puede elegir una de las opciones, pues excluye la otra vía.
La
donación de cuerpos y órganos sigue siendo a día de hoy una
asignatura pendiente dentro de los grados de Medicina, como es el caso de Eslovenia, y su utilidad es imprescindible a la hora de adquirir conocimientos básicos de anatomía o el correcto análisis corporal a la hora de ejercer diferentes tratamientos. Desde este estudio reclaman
“integrar la educación sobre el final de la vida, las perspectivas humanísticas y las ceremonias conmemorativas de los donantes en los programas de estudios de medicina para fomentar la confianza, la conciencia ética y la defensa de la donación”.
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