Dos alumnos de una de las facultades con más plazas del Grado señalan las consecuencias que implica este déficit

 Ana Serantes y Miguel Doval, alumnos del Grado de Medicina en la USC analizan la falta de profesores en la carrera y cómo afecta a su formación.
Ana Serantes y Miguel Doval, alumnos del Grado de Medicina en la USC.


27 dic. 2024 5:15H
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La escasez de profesores en los distintos grados de Medicina es una realidad que se acentúa en aquellas grandes facultades donde el número de alumnos no para de crecer. Esto lleva a una mayor dificultad para mantener la calidad formativa que requieren estos estudiantes y futuros médicos, y Redacción Médica se ha adentrado en el Grado de Medicina que cuenta con mayor número de plazas de nuevo ingreso, el de la Universidad de Santiago de Compostela.

Ana Serantes Otero, estudiante de 5º curso de Medicina, asegura que la falta de profesores, sumado al aumento de alumnos en el Grado "afecta negativamente a la formación académica". Debido a esto, recuerda que una buena parte de los seminarios -clases en las que se aplican los conceptos más teóricos a la práctica- que tuvo a lo largo de la carrera tuvieron que ser impartidos "de la misma forma que las clases expositivas" y eso dificulta mucho el aprendizaje de habilidades prácticas básicas. "Es muy desmotivador que, después de tantos años estudiando, no podamos disfrutar de clases más dinámicas en el que el alumnado tengamos un papel más activo", confiesa..

Sobre si ha notado una sobrecarga en los profesores o falta de recursos en las clases, reconoce que diferentes docentes han llegado a impartirle clases "después de 24 horas de guardia y sin haber dormido". Otros, coordinan o participan en un total de más de cinco materias de diferentes titulaciones, al mismo tiempo que ejercen su profesión en el hospital y realizan, a su vez, labores de investigación.

"Faltan docentes para cubrir todas las titulaciones con la suficiente calidad que se merece, ya que muchos están sobrecargados de trabajo. La forma más común en la que se manifiesta es en la impartición de clases menos dinámicas, en las que el papel del alumno es meramente oyente, lo que perjudica a nuestra formación como futuros profesionales sanitarios", asegura.

Asímismo, Ana añade que el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y el Hospital Provincial de Conxo "están saturados de estudiantes". Lo ideal sería que cada estudiante tuviese asignado un adjunto como tutor o tutora de prácticas, pero entre la cantidad de estudiantes y residentes que hay en el hospital "es imposible": "Muchas veces cada adjunto tiene asignados dos o más estudiantes y un residente, lo que entorpece el aprendizaje de diferentes técnicas y que el docente pueda dar explicaciones detalladas y personalizadas a los alumnos".


"Con los estudiantes debería ponerse en marcha lo mismo que sucede con la Medicina personalizada, adaptar los recursos a las habilidades que necesiten para su práctica clínica del futuro"



Miguel Doval Sequeiros, alumno de 6º curso de Medicina en la USC, hace balance de todo su Grado de Medicina y señala a este diario que sí ha notado una sobrecarga en los profesores o falta de recursos en las clases: "Como en todo, hay personas sobre las que recaen más responsabilidades y al final la dedicación académica e investigadora, sumada casi siempre a la práctica clínica habitual de la Medicina puede, como es lógico, acabar sobrecargando a cualquiera".

No obstante, señala que la USC ha demostrado a lo largo de los años que, "aunque tenga cosas que mejorar, como todas las facultades", ha formado y forma a "excelentes profesionales que han tenido éxito tanto a nivel académico como laboral: "A pesar de los problemas que por supuesto debemos corregir, consigue formar muy bien al alumno para enfrentarse a los retos que tiene por delante como puede ser el examen MIR a más corto plazo o su práctica profesional más adelante".


Medidas frente a la escasez de profesores en Medicina


La falta de suficientes docentes para la cantidad de alumnos hace que la preparación académica sea escasa especialmente en habilidades prácticas. Esto provoca que tras la carrera cada persona tenga que invertir muchos recursos, tiempo y dinero en cursos de formación extracurricular. Frente a esto, Ana expone unas medidas que mejorarían la situación actual, como aumentar la cantidad de docentes y reducir el número de alumnos por clase.

"En Medicina hoy en día existe una práctica emergente denominada Medicina personalizada o Medicina de precisión, que consiste en estudiar el perfil de cada paciente para ajustar medidas de tratamiento y prevención a sus necesidades. Con los estudiantes debería hacerse lo mismo, adaptar los recursos a aquellas habilidades que necesiten para ejercer su práctica clínica en un futuro. En este sentido, la Administración debería proporcionar más recursos como el aumento de plazas MIR, mejorar la calidad de los contratos y aumentar la cantidad de docentes", concluye.

Miguel añade que es importante "ser críticos y objetivos con los problemas a los que se enfrenta la facultad" y tratarlos desde diferentes puntos de vista y conseguir así una visión "más global" de los mismos, ya que cree que no hay una solución "fácil" que "arregle de la noche a la mañana las cosas".

"Sería importante aumentar y facilitar a los profesores la compatibilidad docente y asistencial para poder aprovechar mejor los grandes recursos que dispone nuestra comunidad, de forma que estos profesores tengan más facilidades para acceder a más plazas con una mayor vinculación con la universidad sin sacrificar horas de descanso para conseguir llegar a todo. Además, la facultad de Medicina de Santiago de Compostela cuenta con una gran suerte que es la elevada participación y preocupación estudiantil que considero fundamental para conseguir un equilibrio donde ambas partes consigan los mejores resultados", apunta.

Para ello, se debe evitar la saturación y dar más facilidades para que "más médicos estén ilusionados por la docencia e investigación", fomentando y ayudando a, como indica Miguel, la realización de la tesis doctoral de médicos más jóvenes para entrar en contacto con el mundo académico antes, facilitando el acceso y la estabilización dentro de la universidad y el propio sistema público.


Hay vocación docente en Medicina, pero "no es viable"


Miguel concluye que "no es que haya pocos profesionales con vocación docente" dispuestos a enseñar a los alumnos que participan en la vida universitaria, como profesores asociados; sino que "es difícil" para los médicos conseguir plazas de profesor titular o contratado doctor, que son las que "soportan un mayor peso en la docencia".

"Hay mucha gente en el mundo de la Medicina con ese espíritu docente pero no es viable, muchas veces, por los crecientes requisitos para la acreditación, que cada vez es más complicada, y la elevada carga asistencial que hay en en Galicia, haciendo complicado compaginar los dos mundos. El resultado es que, aunque se consigue una buena docencia gracias al esfuerzo de muchos profesionales, acaba resultando un tanto caótico para el estudiante", ha apostillado.

Aunque considera que no afecta tanto a la calidad, sí que dificulta la interactividad y la posibilidad de tener horas de clase en grupos más reducidos en los que tratar temas prácticos, más allá de la propia teoría. "Es cierto que en el nuevo plan de estudios ya se contempla una asignatura enfocada a resolver este problema de las clases interactivas y formar mejor a los alumnos en temas prácticos", añade.
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