Sara Rodríguez, estudiante de 2º de Enfermería en la Universidad de Málaga
Tener una
vocación clara y no contemplar ningún plan B puede ser, en ocasiones, un arma de doble filo. Así es como se sintió Sara Rodríguez al terminar Bachillerato con una decisión inamovible en mente: estudiar
Enfermería. Ella misma asegura que "no era muy buena estudiante", ya que sus notas no solían incluir sobresalientes. Cuando se presentó por primera vez a
selectividad, obtuvo una media de ocho y, por tanto,
no pudo acceder a dicha titulación de Ciencias de la Salud.
En ese momento, ella misma recuerda que "no sabía qué hacer", ya que "no tenía una segunda opción que no fuera estudiar una carrera", explica. Rellenó su solicitud incluso con Grados ajenos a la sanidad como Ingeniería o
Arquitectura, pero se arrepintió al instante. Fue entonces cuando empezó a contemplar las
formaciones de Grado Superior. "Descubrí el Grado de Rayos pero no quedaban plazas, así que me matriculé en
Higiene Bucodental haciendo prácticas a la vez que estudiaba", sostiene.
Nota de corte para entrar a Enfermería
Tras finalizar esta titulación y volver a presentarse a selectividad -en las convocatorias de junio y septiembre respectivamente- volvió a quedarse 'fuera' del cupo enfermero y comenzó a trabajar como higienista en la clínica en la que hizo sus
prácticas de
Formación Profesional.
Un año después llegó el momento que tanto esperaba,
repitió la prueba de acceso a la universidad y
pudo acceder a Enfermería, aunque en la otra punta de España. "Saqué un 10 en una de las específicas y más de un 9 en la otra, pensaba que me daría la nota para Málaga pero
entré en Galicia", explica. Igualmente no dudó ni un segundo en hacer las maletas, alquilar un piso y mover toda su vida a
Santiago de Compostela, donde se matriculó.
Pero a veces el destino llama a la puerta sin avisar. La misma noche que Sara se mudó, el 2 de septiembre, se publicaron las listas finales de la Universidad de Málaga y obtuvo plaza en su titulación deseada y en su ciudad natal. "Me quedé en
shock pensando qué hacer con mi vida, pero
deshice toda la mudanza y me quedé en Málaga", sostiene.
Pros y contras de estudiar Enfermería
Dos años después, Sara no duda al afirmar que
tomó la decisión correcta al entrar a Enfermería. No obstante, el primer año de titulación no cumplió sus expectativas en algunos aspectos. "Se me hizo más pesado, más lento, porque
esperas la carrera mucho más práctica y 1º es una
toma de contacto con asignaturas más generales", sostiene.
De hecho, advierte a quienes se matriculen en dicho curso de que si tienen dudas
sobre su vocación, "
puede ser que te plantees dejarlo" en esta etapa. Sin embargo, el segundo año está siendo completamente distinto para ella. Acaba de comenzar sus
prácticas de Enfermería en un centro de salud.
Uno de sus mayores
miedos antes de comenzar esta andadura, nacía del hecho de iniciarla varios años después de lo 'establecido'. Su sorpresa ha sido, sin embargo, que
muchos de sus compañeros están en la misma situación o han tenido vivencias parecidas. "Estoy feliz de haber luchado por lo que quería, se pueden hacer mil cosas antes de empezar una carrera", concluye.
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