Alumnos durante una clase de Medicina.
La
concentración de los estudiantes de Medicina en clase es crucial para adquirir los conocimientos necesarios y convertirse en los mejores facultativos. No obstante, la dificultad que entraña alguna materia, su extensión o densidad puede llevar a que estos alumnos pierdan el hilo de lo que el profesor está explicando, aumentando la
desconcentración y el desinterés en el aula. Para evitar que esto ocurra, es imprescindible que el docente, como 'director de orquesta' en cada clase de Medicina, sepa medir el ambiente del aula y poder
recurrir a diversas técnicas para recuperar el ánimo y el interés en la explicación. ¿Las claves?
Participación activa por parte de los estudiantes, un
volumen adecuado en la voz y una
elección minuciosa de las pausas.
Estos tres 'trucos' los revela un
reciente estudio que recoge la revista de investigación BMC Medical Education, en relación a los factores que influyen en la
concentración de las aulas de estudiantes de Medicina. Mediante una evaluación basada en tecnología de reconocimiento facial y de la voz en un grupo de 80 alumnos, que midieron su concentración durante cinco horas, llevaron a una serie de recomendaciones para los profesores.
En primer lugar,
la clase debe ser dinámica, con preguntas frecuentes y ajustes en el volumen para mantener la atención y con pausas cada cierto tiempo para ayudar a "recargar" la concentración de los estudiantes. Estas técnicas ayudarían a mantener un
ambiente de aprendizaje activo y concentrado en el aula.
"Para los estudiantes de Medicina, la
atención en clases basadas en la memorización es fundamental. Las clases tradicionales suelen ser efectivas para transmitir información, aunque
el aprendizaje pasivo puede llevar a una pérdida de atención", reconoce el estudio. A pesar de que una de las mejores herramientas puede ser la modificación de las clases hacia un modelo más centrado en la comprensión e interacción,
en Medicina es necesario contar con formación y explicaciones teóricas. Por ello, el estudio sugiere que los docentes "pueden ajustar sus características lingüísticas" para atraer la atención de los estudiantes.
Cómo no aburrir a alumnos de Medicina
¿Cómo se pueden adoptar estas técnicas y emplearlas adecuadamente en clase de Medicina? Para
mejorar la concentración de los estudiantes en clase, la investigación sugiere varias estrategias basadas en el análisis de las características lingüísticas del docente. La primera de ellas,
ajustar el volumen de la voz. Mantener un volumen "adecuado y constante", o "aumentar ligeramente" el volumen, puede captar mejor la atención de los estudiantes. De este modo, durante la explicación teórica,
el docente puede resaltar con su voz los puntos más importantes y romper la monotonía, manteniendo a los estudiantes más atentos.
Para
utilizar preguntas de manera estratégica, el profesor de Medicina debe tener en cuenta cómo hacerlo de manera efectiva. El uso frecuente de preguntas fomenta la interacción y el pensamiento activo, lo cual eleva la concentración. Alternar la exposición de contenido con preguntas
invita a los alumnos a ser más participativos, de modo que estos se sientan "incluidos" en la clase y se revitalice su atención.
Otra de las técnicas consiste en
dividir el tiempo de exposición en segmentos. La concentración de los estudiantes tiende a disminuir cada 10 o 15 minutos. Para solucionarlo, los profesores pueden estructurar la clase en 'segmentos cortos', incorporando pausas, ejercicios prácticos, o discusiones breves después de estos periodos para
"resetear" la atención y prevenir la pérdida de concentración.
Por último, se debe
minimizar la velocidad de habla y las pausas largas. Aunque estos factores no mostraron una relación directa con la concentración, mantener una velocidad de habla moderada y evitar pausas extensas contribuye a que los estudiantes sigan el ritmo de la clase sin perder el hilo, especialmente en contenidos densos.
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