Lucía de Luis Cid, presidenta de la Asociación Estatal de Estudiantes de Enfermería (AEEE).
El
estudiantado de Enfermería tiene 'nueva voz' que los representa.
Lucía de Luis Cid es la presidenta actual de la Asociación Estatal de Estudiantes de Enfermería (AEEE) y esta alumna de la Universidad de Vigo tiene una línea de actuación clara para que los estudiantes del Grado "sientan que su voz cuenta".
¿Entre sus retos principales? La
salud mental del estudiantado, el
fortalecimiento del liderazgo y la representación y un
énfasis especial en las prácticas clínicas, de tal modo que la AEEE pide a Sanidad la creación de un plan nacional que mejore las mismas.
"Es imprescindible que la estructura y organización de un sistema sanitario esté en buenas condiciones para que las prácticas sean de calidad. Es decir, no se puede pretender una buena formación si no hay suficientes recursos materiales ni humanos.
No podemos aspirar a ser los mejores cuidadores si no somos cuidados en nuestra formación.
La calidad de nuestras prácticas no debe ser una excepción, sino un estándar que inspire confianza y excelencia en nuestro futuro como profesionales, por lo que propondría la
creación de un plan nacional de mejora de prácticas con estándares mínimos garantizados por el Ministerio de Sanidad", ha señalado a
Redacción Médica en esta entrevista.
¿En qué punto llega a la presidencia de la AEEE y cuál es la situación actual que enfrenta el estudiantado de Enfermería?
Llego a la presidencia de la AEEE después de un recorrido que me ha transformado tanto a nivel personal como profesional. He tenido la oportunidad de conocer de cerca las diferentes necesidades de nuestra asociación y del estudiantado al desempeñar roles como Coordinadora de Zona 1, Coordinadora de la Comisión de Profesión y Vicepresidenta. Estos tres años de trabajo me han permitido entender lo que representa la AEEE: una plataforma de cambio, aprendizaje y unidad para todo el estudiantado de Enfermería. Quiero agradecer profundamente a las anteriores presidentas, Pili y Paula, quienes dejaron un legado extraordinario. Su trabajo y dedicación son mi inspiración para seguir avanzando en un momento clave para nuestra profesión.
Recientemente, se han aprobado dos posicionamientos: sobre la distribución de los rotatorios de prácticas de Enfermería Familiar y Comunitaria en el Grado en Enfermería (realizado conjuntamente con la Asociación de Enfermería Comunitaria, AEC), y otro sobre la situación del Sistema Andaluz de Salud.
Uno de los proyectos clave que hemos impulsado es la redacción de un
posicionamiento sobre prescripción enfermera, lo que demuestra que las estudiantes podemos participar en debates fundamentales para nuestra profesión. Asimismo, estamos trabajando en la redacción de un posicionamiento sobre la reforma de la normativa europea que regulará el Grado en Enfermería a nivel europeo.
Cabe destacar que hemos publicado un Comunicado ante la crisis ocasionada por la DANA, en el cual consideramos fundamental abordar la situación del estudiantado de Enfermería en este contexto. Asimismo, estamos trabajando en la elaboración de un Libro Blanco sobre Prácticas Externas del Grado en Enfermería, el cual se presenta como un documento para abordar las necesidades y los desafíos de la formación práctica en el ámbito de la Enfermería en España.
Sobre la estructura del Grado de Enfermería, ¿qué principales problemáticas enfrenta y en qué focos clave pretende centrarse desde la AEEE?
Hoy, nos enfrentamos a retos como la mejora de las prácticas clínicas, la defensa de la modalidad presencial del grado, y la necesidad de cuidar la salud mental del estudiantado. Estamos en un punto crucial para fortalecer la voz del estudiantado de Enfermería y para impulsar un cambio real desde las aulas y las prácticas.
Desde la AEEE, mi prioridad es trabajar en tres focos clave:
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Calidad de las prácticas clínicas: impulsar una mejor supervisión, recursos suficientes y la creación de estándares mínimos a nivel nacional.
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Salud mental del estudiantado: promover talleres de gestión emocional, mejorar el acceso a servicios psicológicos y visibilizar la importancia de cuidarnos como profesionales en formación.
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Fortalecimiento del liderazgo y la representación: asegurar que las voces de las estudiantes se escuchen en la toma de decisiones sobre la formación y el sistema sanitario.
Mi objetivo es que cada estudiante de Enfermería en España sienta que su voz cuenta y que juntas podemos construir una profesión más fuerte y respetada.
Muchos estudiantes de Enfermería mencionan que la formación práctica no siempre cumple con las expectativas debido a la falta de recursos o supervisión. ¿Qué medidas propondría para mejorar esta parte fundamental del Grado y qué carencias tiene?
Es imprescindible que la estructura y organización de un sistema sanitario esté en buenas condiciones para que las prácticas sean de calidad. Es decir, no se puede pretender una buena formación si no hay suficientes recursos materiales ni humanos. No podemos aspirar a ser los mejores cuidadores si no somos cuidados en nuestra formación. La calidad de nuestras prácticas no debe ser una excepción, sino un estándar que inspire confianza y excelencia en nuestro futuro como profesionales. Propondría la creación de un plan nacional de mejora de prácticas con estándares mínimos garantizados por el Ministerio de Sanidad.
"Es incomprensible que no existan especialidades como Críticos y Urgencias"
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En los últimos años, se ha hablado mucho sobre la escasez de plazas en el examen EIR en comparación con la demanda. ¿Cuál es la posición de la Asociación respecto a este tema y qué soluciones plantean? ¿Apoyan el desarrollo de nuevas especialidades?
Desde la Asociación Estatal de Estudiantes de Enfermería defendemos
la especialización. Consideramos que, bien planteada, es el futuro de la Enfermería. No obstante, no lo será mientras el número de plazas y de especialidades ofertadas sean insuficientes. Dado lo escasas que son las especialidades existentes, resulta más sencillo enumerar las que hay actualmente que las que faltan. Es incomprensible que no se haya desarrollado la especialidad de Cuidados Médico-Quirúrgicos o que no existan especialidades como Críticos y Urgencias. Insisto, todas las que faltan son fundamentales. La solución es aumentar la oferta de especialidades y luego, que en todas las comunidades autónomas haya bolsas específicas para que las mismas se tengan verdaderamente en cuenta.
El Grado en Enfermería tiene como objetivo final formar a enfermeras generalistas, un término que a veces se percibe con una connotación negativa. Sin embargo, esta versatilidad es precisamente lo que ha permitido que el sistema sanitario funcione hasta ahora, ya que las enfermeras se han adaptado a las diversas necesidades de los servicios en los que han trabajado a lo largo de su trayectoria profesional. En el futuro, si se crean nuevas especialidades, probablemente no será viable incorporarlas todas como materias específicas dentro del grado. No obstante, es fundamental que el estudiantado reciba una base sólida sobre los conocimientos básicos de cada especialidad y que tenga acceso a información clara sobre las distintas salidas profesionales, tanto a través del EIR como de otras opciones.
¿Cree que el Grado de Enfermería debería incorporar nuevas asignaturas o puntos clave? ¿Cuáles?
Los planes de estudios varían entre universidades, lo que dificulta ofrecer una respuesta uniforme a esta cuestión. Lo que se incluye en una puede faltar en otra, y viceversa. Más allá de estas diferencias, es fundamental explorar e incorporar el concepto de la transversalidad y el desarrollo de habilidades blandas (soft skills). A lo largo del grado, deberían abordarse temas esenciales como el liderazgo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, la enfermería basada en la evidencia y la investigación.
Un aspecto clave es garantizar que la mayoría de las materias sean impartidas por enfermeras, para asegurar que los contenidos se transmitan desde la perspectiva de nuestra profesión y con un enfoque centrado en los cuidados. Cabe recordar que las enfermeras, desde hace tiempo, pueden ser también doctoras, investigadoras y docentes. El Grado en Enfermería es mucho más que una formación académica, es el pilar que forjará a las líderes que transformarán el cuidado de la salud. Por eso, mejorar cada aspecto de nuestra formación es no solo una responsabilidad, sino un compromiso con nuestra sociedad.
Como presidenta de la AEEE, ¿cómo planea fomentar el liderazgo joven dentro de la profesión? ¿Qué proyectos o iniciativas tiene en mente para apoyar a los futuros enfermeros?
Creo firmemente que lo esencial es que la Enfermería se empodere, que sea plenamente consciente de su potencial y de que su voz tiene un impacto real. En este sentido, la AEEE, como máximo órgano de representación estudiantil, trabaja por los derechos del estudiantado y de la profesión enfermera. Organizamos nuestro trabajo en comisiones temáticas, abiertas a cualquier estudiante de enfermería que quiera participar. Actualmente, estas comisiones son: Posicionamientos, Profesión, Comunicación y Diseño.
Participar en la AEEE es una experiencia profundamente enriquecedora. No solo amplías tu perspectiva sobre lo que significa ser enfermera, sino que también aprendes sobre temas que no suelen abordarse en el plan de estudios. Además, conoces a personas de distintos lugares, lo que te permite entender diferentes realidades y formas de trabajar. El liderazgo no se impone, se construye. Nuestra generación tiene el poder de redefinir la Enfermería, y en la AEEE trabajamos para que cada estudiante descubra su potencial como líder.
La digitalización está transformando la atención sanitaria. ¿Cómo ve la adaptación de la formación en enfermería a las nuevas tecnologías, como la telemedicina o la inteligencia artificial?
La era digital ya está aquí, y la formación en Enfermería tiene que adaptarse para enseñar el uso de estas tecnologías de manera adecuada y responsable. Es fundamental que los planes de estudio incluyan conceptos como la Inteligencia Artificial y las Nuevas Tecnologías, no solo aplicados a la simulación clínica, sino como herramientas que las enfermeras puedan usar en su práctica diaria. Estas competencias deben formar parte de la preparación profesional para estar listas ante un sistema sanitario que cambia constantemente.
La tecnología no reemplaza el cuidado, pero puede potenciarlo. Las enfermeras del futuro serán capaces de combinar el conocimiento humano con el avance digital, ofreciendo cuidados más precisos, personalizados y seguros. Este equilibrio entre la empatía y la innovación marcará la diferencia en el sistema sanitario, transformando la relación con los pacientes y optimizando los resultados en salud. En definitiva, el futuro de la Enfermería está en saber combinar humanidad y tecnología, utilizando los avances digitales como aliados para ofrecer cuidados más precisos, efectivos y centrados en las personas.
"Debería existir una red de apoyo para estudiantes que no logran gestionar situaciones emocionales complejas durante las prácticas"
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La carga académica y la exigencia emocional del grado en Enfermería pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los estudiantes. ¿Qué recursos o estrategias cree que deberían implementarse para apoyarlos?
La clave está en la prevención. No podemos esperar a que
el estudiantado desarrolle problemas de salud mental para que, en ese momento, solicite ayuda en el gabinete psicopedagógico de su universidad. Digo “solicite” porque, además de la dificultad que implica dar ese paso, las listas de espera suelen ser larguísimas. A esto se suma que dichos servicios suelen tener un horario limitado y estar centralizados en la universidad, mientras que el estudiantado de Enfermería pasa gran parte de su tiempo en prácticas fuera del campus y durante el horario de atención.
Desde el momento en el que entramos al grado, es fundamental informar al estudiantado sobre los recursos disponibles, ya que dos tercios de la comunidad universitaria los desconocen. Además, materias como Psicología deberían abordar la salud mental no solo desde la perspectiva del cuidado al paciente, sino también desde la gestión emocional propia, una habilidad esencial en nuestra profesión. De esta forma, propongo incorporar talleres obligatorios de manejo emocional desde el primer curso y facilitar el acceso a apoyo psicológico descentralizado.
Del mismo modo, así como existe un protocolo claro para accidentes de riesgo biológico, debería haber una red de apoyo para estudiantes que no logran gestionar situaciones emocionales complejas durante las prácticas. Enfrentar por primera vez casos de final de vida, cuidados paliativos, situaciones sociales difíciles y otras experiencias impactantes puede ser extremadamente abrumador. Estudiar Enfermería no es solo aprender a cuidar de los demás, sino también aprender a cuidarse a uno mismo.
En un sistema sanitario cada vez más colaborativo, ¿cómo pueden los estudiantes de Enfermería prepararse mejor para trabajar en equipos multidisciplinares junto a médicos, fisioterapeutas y otros profesionales de la salud? ¿En qué punto se encuentran estos estudiantes junto con los de Medicina?
El ámbito en el cual los profesionales sanitarios mejor aprenden a trabajar en equipo es en la práctica, donde entienden que cada uno aporta una perspectiva única y que, al unirlas, se obtiene una visión más completa. Esto solo es posible si, primero, se respeta a cada profesión y, segundo, se entiende que ninguna es más o menos importante que otra. Aunque en el ámbito clínico todavía se observan estructuras jerárquicas,
es alentador ver que la multidisciplinariedad está ganando terreno. Sin embargo, creo que los equipos multidisciplinares no deberían ser el objetivo final, ya que suelen trabajar en paralelo, con poca interacción real. El verdadero reto y la meta deben ser los equipos interdisciplinares, donde los profesionales no solo colaboren, sino que combinen sus enfoques y trabajen de manera integrada, aportando juntos lo mejor de cada disciplina para lograr un cuidado más completo y efectivo.
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