Al pisar por primera vez un hospital como
estudiante de Medicina en prácticas pueden ocurrir dos cosas completamente diferentes: que el alumno en cuestión se sienta incluido y arropado en el
servicio hospitalario o que, por el contrario, se encuentre con un
ambiente hostil que no le incluye en el equipo y le hace, incluso, 's
entirse como una planta'. Hay quienes, durante los sucesivos años de la carrera y las
rotaciones en diferentes áreas, viven ambos escenarios con el
impacto en lo personal y profesional que supone cada uno de ellos.
Es el caso de
Nerea Calatayud, estudiante de 4º de Medicina y creadora de contenido en redes sociales. Su peor recuerdo se remonta al año pasado, es decir, el primer curso en el que como estudiante tenía que cursar
prácticas hospitalarias. Al no haber tratado hasta ese momento con pacientes ni haber visto de cerca el
día a día de la práctica clínica, recuerda afrontar los primeros días "con miedo y desconociemiento" ante una vivencia completamente nueva. "A ese miedo, se sumaba recibir comentarios y gestos de desprecio o
desinterés por parte de ciertos profesionales", recuerda, algo que marcó negativamente tanto su propia experiencia como la de sus compañeros. "Nos llevaba a
sentirnos insuficientes, que
no éramos válidos para esta profesión e incluso que noteníamos los conocimientos suficientes para ello".
De manera individual, Calatayud cree que esas sensaciones eran el resultado de varios factores que confluyeron de forma simultánea: "En mi caso, ese sentimiento se debía a una
suma de mi miedo e inseguridad, y el sentirme en cierto sentido
ignorada por quien en ese momento debía enseñarme o como mínimo, integrarme", sostiene. Como ejemplo, recuerda situaciones que posteriormente ha comentado con otros
médicos adjuntos en servicios en los que se ha formado después y que "no llegan a comprender", como el
desinterés de algunos sanitarios que ni siquiera preguntaban el nombre de los
estudiantes de prácticas ni les saludaban al entrar en consulta. También recuerda que en algunas situaciones no podía ni siquiera ser espectadora y que recibía, incluso "miradas de desprecio y superioridad", añade.
Calatayud sostiene que los
MIR son los que más se preocupan por los alumnos de prácticas, ya que "pueden llegar a empatizar más" con una situación que han vivido recientemente. No obstante, la
alumna de Medicina también recalca que ha observado que estos comportamientos
no entienden de profesión o edad: "Esos gestos los he podido recibir tanto por parte de un residente, como un médico, como otro
profesional sanitario".
Todas estas dinámicas han condicionado de manera negativa la
formación como médica de Calatayud en varios aspectos. En primer lugar a nivel personal, ya que durante los meses de prácticas
las inseguridades y los complejos han condicionado su manera de verse a sí misma y con su oficio:" He llegado a sentirme insuficiente, menos inteligente que otros compañeros, incluso una
carga o un estorbo para ciertos profesionales", explica. También cree que ha repercutido en sus aspiraciones laborales, puesto que la experiencia en determinados servicios ha hecho que sienta "
desinterés frenta a ciertas especialidades y asignaturas" que quizá no hubiera experimentado "si hubiese recibido una mejor atención", relata.
"He llegado a sentirme insuficiente, menos inteligente que otros compañeros, incluso una carga o estorbo para ciertos profesionales"
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Posteriormente, ha hecho más prácticas de Medicina en las que asegura que ha vivido mejores experiencias. La diferencia está a su parecer, en
los propios profesionales sanitarios con los que se convive en cada ocasión. "Depende mucho de la persona, pues siempre
hay médicos que te integran, se preocupan porque te sientas cómoda y aprendas", asegura. De hecho, ella misma ha visto como por este mismo motivo, la experiencia "puede variar mucho incluso de un día para otro" en función de personal con el que hagas los rotativos, concluye.
¿Qué debería cambiar de las prácticas de Medicina?
En lo relativo a a la universidad, esta alumna notificó a su facultad de las desavenencias vividas durante esta etapa formativa en el formulario que debe cumplimentar al terminarla, que cuenta con un apartado de quejas y sugerencias. "Es una gran iniciativa para que
los estudiantes comentemos estas situaciones, y yo personalmente
he podido notificarlo cuando lo he sentido", sostiene. Insiste, por tanto, en que los cambios necesarios en las prácticas de Medicina no deben partir del sistema, sino de los propios servicios sanitarios.
Concretamente, a la hora de integrar a los estudiantes y mostrarles todo lo que deben saber: "No pedimos que nos dejen hacer pruebas, no pedimos que nos dejen operar, ni pasar consulta.
Nos conformamos con recibir un mínimo de atención, que nos hagan sentir lo que realmente somos,
un compañero más", defiende.