Las
guardias, turnos nocturnos y sus consecuencias son uno de los temas más reivindicados por parte de los sanitarios, que consideran que las largas jornadas de trabajo pueden ser peligrosas tanto para ellos como para su desempeño con los pacientes.
Esta situación no se limita solo a las famosas guardias de 24 horas de los médicos, sino que, también tiene una versión enfermera en forma de
un doblaje de turnos (noche-mañana, tarde-noche). A veces esta práctica se lleva a cabo por necesidades asistenciales y otras, de manera voluntaria. En todo caso,
desde Satse explican a
Redacción Médica que se trata de algo "excepcional" y sin normativizar que, no obstante, se encuentra fuera de la legalidad.
"En caso de producirse
suele ser por una situación 'sobrevenida', es decir, no planificada", subrayan, detallando que se trata de casos en los que, por ejemplo, no se puede contar con el personal de mañana de manera imprevista y la Dirección del centro opta por pedir a la profesional de Enfermería que
ha realizado el turno de noche que se quede para cubrir la mañana.
Preguntados al respecto de posibles normativas o convenios específicos que regulen esta clase de prácticas, sostienen que no tienen constancia de que haya algo así, ya que
los casos en los que ocurre son "marginales".
"Hay quien dobla de manera voluntaria pese a estar prohibido"
Sin embargo, en el ámbito profesional no es complicado encontrar denuncias de enfermeras que hablan de cómo algunas compañeras
escogen realizar este doblaje por algún interés personal, ya sea económico o de días libres.
"No es tan común hacerlo de manera voluntaria como por necesidades asistenciales, pero
hay quien lo hace pese a estar prohibido para acabar la jornada laboral lo antes posible, tener más días libres o economizar desplazamientos", especifica un profesional de Enfermería.
Asimismo, reconoce que
es algo que no se acepta bien dentro del gremio "teniendo en cuenta que su desempeño se va a ver afectado". Esto se debe a que, tras tantas horas de trabajo, el nivel de atención y la capacidad de reacción de los profesionales se ve mermada.
Además, esta práctica
contraviene el Estatuto de los Trabajadores que señala que, entre el final de una jornada laboral y hasta el inicio de la siguiente, tiene que haber un descanso de, por lo menos, 12 horas. A pesar de su ilegalidad, el enfermero afirma que "nadie está libre de recurrir a esa práctica". Por su parte, Satse mantiene que "no les consta" que esto ocurra, aunque no pueden asegurarlo.
Desde el sindicato denuncian que el problema “de fondo” es que
no hay personal suficiente en las plantillas enfermeras. Si lo hubiera, en caso de una incidencia como esta, habría personal disponible para acudir y trabajar ese turno, en vez de recurrir a la persona que ha trabajado por la noche. Por ello,
insisten en la necesidad de garantizar una plantilla suficiente en los centros para atender de la mejor manera a los ciudadanos.
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