Aroa López, la voz sanitaria en el homenaje a las víctimas del coronavirus, concede una entrevista a Redacción Médica

Covid-19 | "La responsabilidad de una enfermera supervisora pesa muchísimo"
Aroa López.


28 ago. 2020 19:15H
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Cuando a Aroa López le propusieron dar voz a todos sus compañeros en el homenaje nacional a las víctimas de la pandemia de coronavirus Covid-19, no lo dudó un instante. Para ella, es "brutal" que una enfermera haya sido la encargada de "representar a toda la profesión sanitaria". "Es un orgullo porque la enfermera está 24 horas, 365 días al año, al pie de la cama del paciente", destaca López, enfermera desde hace 17 años en el Servicio de Urgencias del Vall d'Hebrón y, desde hace tres, supervisora en el mismo. 

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López recuerda la llegada de los primeros pacientes Covid al hospital desde la incertidumbre. Ella y sus compañeros se esmeraban en cambiar los circuitos y establecer protocolos mientras los casos se incrementaban a un ritmo espectacular.  "Poco a poco, el hospital iba cambiando por todas las unidades de hospitalización, las UCI se iban llenando y se tenían que habilitar más camas", recuerda la enfermera, que califica de "espectacular la rápida remodelación que sufrió el hospital del área general". 

López fue consciente de la gravedad de la situación cuando todas las zonas de Urgencias se empezaron a llenar y hubo que habilitar nuevas salas para tratar a las personas con síntomas compatibles con el nuevo coronavirus. "Ves que el espacio se queda libre, vas sacando material y lo vas habilitando para tratar a los pacientes Covid. Te impresiona porque ves que esa zona también se convierte en zona Covid", relata López, que vivió los peores momentos finales de marzo.

Por aquel entonces, recuerda, sólo podía desear que no llegaran más pacientes porque las Urgencias estaban llenas. "Algunos eran muy mayores, tenían mucho miedo y llegaban al hospital muy asustados. La gente joven también, pero los mayores especialmente", resalta la enfermera, impresionada especialmente por este colectivo. 

"Te decían que no querían morir solos"


"Te decían que no querían morir solos, ellos eran conscientes de la situación que se estaba viviendo fuera. Estaban orientados y sabían lo que pasaba", recuerda con crudeza la sanitaria del Val d'Hebrón, quien subraya que todos los pacientes que llegaban al hospital en esas fechas eran "sospecha de Covid". 


"Se me han quedado varios pacientes grabados en la memoria"


"Nos preguntábamos dónde estaban los pacientes cardiológicos o neurológicos porque todo era sospecha de Covid", rememora López, que no se olvida de los pacientes que atendió esos extenuantes días. "Cuando una persona mayor te dice que no quiere morir sola porque no pueden entrar sus familiares, por el riesgo epidemiológico que había, se te rompe el alma", admite a Redacción Médica.

Sin embargo, durante aquellos días frenéticos, López apenas era consciente de lo que estaba viviendo. "No tenías tiempo de pararte a pensar, los profesionales que hemos estado con el Covid nos hemos dado cuenta de la situación una vez ha empezado a disminuir la curva, es ahí cuando tomas conciencia", reflexiona la enfermera. "En el día a día estabas con la adrenalina a tope, pensando en atender pacientes con la mayor seguridad y calidad posible. No ha sido hasta que ha bajado la curva cuando hemos sido conscientes de la realidad, de que teníamos todas las Urgencias dedicadas al Covid", añade.

El papel de una supervisora 


López, en su papel como supervisora, ha sido la encargada de que los profesionales del hospital "tuvieran toda la información de los circuitos que se iban estableciendo" o los equipos de protección individual (EPI) que necesitaban. "Nosotros, la verdad, no hemos tenido falta de EPI", narra la enfermera a este medio, explicando que su uso se iba adaptando a los nuevos protocolos. "Los que están en primera línea tienen que estar bien cuidados", resalta la sanitaria.

"Yo soy supervisora pero estaba al pie del cañón, al lado de los profesionales para lo que pudieran necesitar", reivindica Lopez, que añade: "Aunque sí hacía tareas de despacho, participando en la mecánica del día; estaba la mayor parte de la jornada en las unidades y se me han quedado varios pacientes grabados en la memoria". 

Por la mañana, cuando estaba en el despacho con la otra supervisora, era el momento de analizar la situación y las cifras de ingresos y UCI. "Te dabas cuenta a primera hora de cómo estaba la situación y te preguntabas cómo afrontar el día, eran momentos de desahogo", confiesa López, que recuerda las duras jornadas compartidas con su compañera. 

Su faceta de supervisora, explica, supone la "gestión de todo lo que conlleva la asistencia a un paciente; y que los profesionales tengan los recursos y la información para poder atenderlos de la mejor manera posible". Esa "responsabilidad", resalta, "pesa muchísimo". Más aún en plena pandemia sanitaria.

Miedo y emoción al salir del hospital


Aroa López confiesa haberse sentido "impresionada, sobre todos los primeros días, al salir al balcón y ver cómo la gente aplaudía". Esa "emoción" también la sentía cuando, "a las puertas del hospital, los coches de la policía activaban las sirenas y aplaudían". "Es de agradecer que durante los momentos de confinamiento, la sociedad haya demostrado su apoyo al trabajo que se hacía", considera la enfermera, que ha contado con el apoyo de los suyos en estos difíciles meses.

"Mi familia estaba ahí, escuchando", rememora la enfermera, blanco de las dudas generadas esos días. "Me preguntaban cómo había ido el día con la esperanza de que les dijera que había bajado un poco la intensidad, pero se mantenía la situación mal", recuerda con pena.

Uno de los momentos más complicados era el de llegar a casa y tener que rehuir a sus hijos. "Tenía que irme directa a la ducha y decirles: no me toquéis", recuerda López. "A ver cómo le dices a tu hijo de siete años que no te abreace, es muy duro", confiesa. Ahora, sus pequeños "están totalmente concienciados de lo que es el coronavirus, lo han entendido bastante bien", se enorgullece su madre, que les ha enseñado la importancia de una correcta higiene de manos o la distancia física. 

Segunda ola


Dadas las cifras de nuevos contagios y hospitalizaciones de las últimas semanas, es imposible no recordar la situación de marzo o abril. "Tenemos miedo a que se vuelva a producir, hay profesionales que están muy tocados y ya te lo dicen: no me ha dado tiempo a digerir todo lo que hemos vivido y recuperarme anímica y fisicamente", tras lada la enfermera, que admite: "Ha habido semanas en las que solo hemos tenido sospechas de Covid. Cuando ves que empiezan a salir los positivos solo piensas que, por favor, no se repita".

"Yo espero que algo tan brutal como lo que vivimos, no se repita, era algo excepcional, un hospital entero tratando Covid", recuerda la enfermera, que cree que las cifras de los pasados meses "hablan por sí solas".

La voz sanitaria del homenaje


La alegría de ser escogida como la voz de los profesionales sanitarios en el homenaje dio paso a la responsabilidad de redactar un buen discurso que expresase lo vivido en el hospital, algo que no le resultó complicado. "Me salió tal cual, hice un primer borrador y pregunté a mis compañeros qué ideas meterían y cuadraban con lo que yo tenía plasmado", explica la enfermera, que no sucumbió a los nervios el día del homenaje.


"No sé si hay que invertir más o mejor, pero se ha dec cuidar la sanidad pública"


"Ese día estaba muy tranquila, pese a tener la responsabilidad de que saliera bien porque iba en nombre de miles de profesionales, tenía la serenidad de que era una experiencia vivida y sentida. Lo que transmitía era el reflejo de lo que habíamos vivido", traslada López a Redacción Médica.

Las sensaciones aquél día, rememora, "estaban a flor de piel", con los profesionales sanitarios y los familiares de las víctimas entre los asistentes. "Fue muy emocionante porque era una valoración directa de lo vivido", resalta la sanitaria, que guardia con especial cariño el recuerdo de una enfermera jubilada con quien entabló conversación.  

"Venía en calidad de familiar porque su marido había fallecido en el hospital en el que había trabajado. Que ella me dijera que se había sentido muy representada, fue un orgullo"; confiesa la enfermera, que recuerda cómo la mujer le dijo que la atención a su marido por parte de los profesionales sanitarios "fue la mejor"

"Se ha intentado acompañarles, desde dentro nos hemos convertido casi en los familiares directos (de los pacientes porque estaban solos", resalta López, que pide a la ciudadanía que "respete las recomendaciones sanitarias porque si un grupo pequeño no es consciente y se la salta, pone en peligro a toda la sociedad". 

Además, exige a los poderes públicos que "cuiden a la sanidad publica y sus profesionales"." No sé si hay que invertir más o mejor, pero se ha de cuidar y mantener con buena salud la sanidad pública", reivindica enfermera. 
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