Los psicólogos opinan sobre qué les lleva a escoger una plaza u otra a la hora de hacer la residencia

PIR: ¿Tener vida o aprender? ¿La plaza te elige a ti como en Harry Potter?
Exteriores del Ministerio de Sanidad, antes de iniciar los actos de asignación de plazas de Formación Sanitaria Especializada.


23 may. 2019 16:20H
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El próximo día 27 de mayo todos los hospitales de España se llenarán de los nuevos residentes que durante las últimas semanas han pasado por el Ministerio de Sanidad en busca de su plaza. De ellos, hay un total de 141 residentes de Psicología (PIR) que han pasado largos meses decidiendo sobre el que será su destino durante los próximos años de formación, al igual que los MIR, y resto de titulaciones. Pero, ¿qué criterios han sido determinantes a la hora de elegir un hospital u otro, en el caso de los PIR? O simplemente, la plaza te escoge a ti, como el sombrero seleccionador de Harry Potter. 

Desde la academia APIR explican que “lo primero en lo que se encuentran los estudiantes  es ante la recogida de información sobre cada una de las plazas. En Psicología no son muchas pero es importante elegir ‘la mejor’. Se realizan hasta hojas de cálculo en las que valoran las plazas, según las variables que cada uno tiene en cuenta y que finalmente dan una puntuación total que sirve para ordenar todas las posibilidades”.

Pero ¿cuáles son las variables que más importan a los opositores con plaza?


"El PIR no solo tiene una carga asistencial muy grande. También supone seguir estudiando y formándose teóricamente"



La Ciudad: En este aspecto, según confiesan desde la academia APIR, la mayoría de los residentes estaban de acuerdo. Mar Marañón, número 1 en la actual convocatoria, subraya que “quería cambiar de aires, pero quedarme cerca”. Por su parte, Salvador Moreno, número 39 del PIR 2019, que al igual que Mar Marañón realizó su preparación en la Academia APIR, afirma que “descarté algunas plazas por encima de Madrid, quería quedarme por el sur”.

Precio del alquiler: las páginas web de ofertas inmobiliarias debían estar echando humo antes incluso del acto de asignación de plazas. “Algunos evitaban las grandes ciudades o destinos muy turísticos por miedo a no encontrar un alquiler digno que pudiéramos pagar” nos comenta Miriam Cotaina, número 100 del PIR.

Horas de Atención Continuada: Este punto parece ser uno de los más importantes, tanto en cantidad como en cualidad. Uno de los aspectos que más diferencia los diferentes hospitales son las horas totales de Atención Continuada que ofertan. En Cataluña, por ejemplo, la mayoría de hospitales no las contemplan. Los nuevos residentes lo tenían claro: cuántas más mejor (y no únicamente por el incremento en el sueldo), “no queremos tener vida, queremos aprender” afirma Salvador Vizcaíno, número 76 de la convocatoria. Al margen de la cantidad, también tenían en cuenta a que se dedicaban estas tardes, ya que en algunas plazas se dedicaban exclusivamente a hacer evaluación, punto que valoraban negativamente.

Sueldo: todos convergen en que, una vez superado el límite de poder pagar el alquiler, para ellos era un aspecto más secundario.

Los siguientes puntos son más controvertidos. Y es donde entra en juego el hecho de cada persona es diferente y espera unas cosas diferentes de su formación:

Guardias: hay hospitales en los que existe la posibilidad de hacer guardias junto al psiquiatra adjunto, esto ofrece la ocasión de ver casos y síntomas diferentes que llaman mucho la atención de los nuevos PIRes, siempre que las guardias sean parte de la Atención Continuada y no su totalidad.

Formación, Investigación y la posibilidad de Doctorado: el PIR no solo tiene una carga asistencial muy grande. También supone seguir estudiando y formándose teóricamente. En algunos hospitales se da mayor importancia que en otros a la investigación, la publicación de artículos y la participación en Congresos. Esto para unos era un punto positivo y para otros, negativo. De nuevo, cada residente tiene sus preferencias personales.


La mayoría de las universidades españolas tienden a ofrecer en sus grados una formación muy centrada en la orientación conductual 


Orientación Teórica: la mayoría de las universidades españolas tienden a ofrecer en sus grados una formación muy centrada en la orientación conductual o cognitivo-conductual. Es por eso que los residentes valoraban positivamente que los hospitales contaran con docencia variada que les enseñara otras formas de hacer terapia.

Clima de trabajo: todos preguntaban a los residentes mayores por el ambiente que se respira en la unidad de trabajo, por posibles desencuentros o tensiones entre compañeros o entre adjuntos, por la carga de trabajo o por la dedicación de los tutores. Un punto a favor que tuvieron muy en cuenta fue el número de plazas por hospital: “si era más de una te daba la posibilidad de tener una “Co-R”, una compañera de fatigas que va a estar pasando por la misma situación que tú”, prosigue Mar Marañón.

Intuición: aunque la hemos dejado para el final, por ser el punto más subjetivo, no significa que haya sido el menos importante. Lo que hacía que nuestros nuevos PIRes se decantaran por una opción u otra era un pálpito como comenta Salvador Moreno: “sentir que es tu lugar. Encontrar el lugar en el que sientes que encajas”.




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