A pesar de que le "encanta" la Psicología, el sueño de esta madre es convertirse en neuróloga

Yolanda Armando, PIR, ha conseguido cumplir su sueño de entrar a estudiar Medicina.
Yolanda Amador, PIR y estudiante de Medicina.


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Retomar un sueño que a priori dabas por perdido es una de las cosas que más reconfortan en la vida. Yolanda Amador lo sabe bien y por eso mismo no puede evitar emocionarse al recordar que, por fin, ha logrado entrar en la carrera que le permitirá convertirse en médica. Y es que esta psicóloga de 30 años lleva toda la vida queriendo alcanzar ese objetivo, pero, en un primer momento, sus resultados académicos no fueron lo suficientemente altos. “Llegué a pensar que no era mi destino”, ha reconocido. Aun así, ningún obstáculo le ha impedido alcanzar su meta y actualmente compagina el PIR -de cuyo examen quedó en el puesto 22 en 2021- con ser madre y con sus estudios en Medicina. “El camino es difícil, pero todo se puede conseguir con esfuerzo”, ha subrayado.

Durante este último año, Amador no ha dejado de ver cómo su alrededor se sorprendía por su capacidad de compaginar toda esa actividad dentro del sector sanitario, con su rol como madre. “Para mí, la maternidad nunca ha sido un impedimento, más bien te ayuda a conseguir tus sueños”, ha reconocido a Redacción Médica. "De hecho, su objetivo con esta entrevista es concienciar a las personas que quieren entrar a Medicina, pero no se ven capaces, de que, con esfuerzo y sacrificio, se puede lograr." 

Entrar a Psicología para sustituir a Medicina


 A pesar de que Amador tenía claro que quería ser médica, al no conseguir en la EBAU la puntuación suficiente tuvo que buscar otras alternativas. La primera fue entrar al Grado Superior de Nutrición y Dietética , pero a los tres meses lo abandonó. Perdida y sin saber qué hacer ya que todos sus planes estaban ligados a la Medicina, pensó que sería una buena idea probar suerte con Psicología. “El primer año me fue fatal, aprobé solo tres asignaturas porque no estaba segura de querer formarme en esta profesión. De hecho, estuve a punto de dejar la carrera. Pero, al final, me empezó a gustar, conseguí aprobar todo y tener una media de 8,78”, ha relatado.

Tras estos resultados, la idea de hacer Medicina pasó a un segundo plano. Prácticamente se había desvanecido. Además, Amador tenía la certeza de que, si no había conseguido acceder ya al grado, es que ese no era su destino. Así, con “mucha ilusión” por su futuro laboral dentro de la Psicología, comenzó a prepararse el PIR. Eso sí, compaginando el estudio con el cuidado de su hijo, el cual nació durante el último año de carrera. Y es que, a pesar de las dificultades, con la ayuda de su marido y su madre pudo salir adelante y centrarse en su objetivo.“La primera vez que me presenté al PIR me salió fatal porque estaba muy nerviosa, pero la segunda vez lo hice muy bien y conseguí el número de orden 22”, ha explicado.

Hacer el PIR pero querer formarse en Medicina


Ese resultado la llenó de ilusión. Contenta y emocionada por poder formarse en Psicología Clínica, comenzó su residencia, pero los pensamientos de hacer Medicina volvieron justo en el momento que puso un pie dentro del hospital. “Estaba con los psiquiatras y me interesaba más por las cuestiones médicas que por mí formación”, se ha sincerado.

Aún así, en ese momento todavía no se planteaba seriamente entrar a la carrera. Pero la falta de conciliación durante el PIR y su pasión por la profesión acabaron por confirmar lo que ella ya sabía: tenía que conseguir convertirse en médico a toda costa.

Hacer el PIR, estudiar Medicina y cuidar de dos hijos


Y así lo hizo. En la actualidad está en el último año de residencia y en primero de Medicina. No es fácil su día a día, ya que para poder cumplir con sus tareas tiene que estudiar entre semana por las noches y, los findes, levantarse a las 6 de la mañana. A pesar de este sacrificio, reconoce que sigue teniendo vida social. Eso es, en parte, porque su intención es ir "poco a poco", disfrutar de las asignaturas y, por supuesto, tener tiempo para cuidar de sus dos hijos. "Solo me he cogido cuatro asignaturas este cuatrimeste. Sé que no terminaré la universidad en seis años, pero pretendo que no sean más de diez", ha reconocido. Aún así, tiene claro que cuando termine el PIR intentará trabajar como psicóloga adjunta mientras estudia su segunda carrera.

La Psicología es algo que le encanta y cree que los conocimientos que tiene actualmente de la profesión pueden ser muy beneficiosos para el paciente una vez se convierta en médica. Por eso tiene claro que quiere especializarse en Neurología y, así, compaginar estos dos conocimientos. "Los dos mundos me van a servir", ha concluido. 
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