Judit Peña Rivero en la biblioteca este verano.
Tres años trabajando de
enfermera en Alemania y uno preparándose el
EIR. El esfuerzo de
Judit Peña Rivero (22 de Julio de 1990) ha merecido la pena.
La número 1 del EIR 2019 recibe la llamada de
Redacción Médica desde la incredulidad de quien
“tenía la ilusión” pero no se esperaba “tanto”.
Natural de Córdoba pero
residente en Fuengirola, esta enfermera ha obtenido 147 respuestas válidas y 49 errores superando en casi una décima la puntuación del año pasado con su 101,2011. Pero, pese a ser provisionalmente
la primera en elegir especialidad, no tiene claro qué quiere hacer. “No me quería hacer ilusiones hasta que no salieran los resultados. Ahora me tengo que poner a investigar las dos o tres opciones que tengo”, afirma.
“Al principio
pensé en especializarme en Pediatría porque me gustaría seguir con la parte de
UCI y Urgencias que es en lo que hasta ahora mismo he estado trabajando”, enumera en una lista en la que también salpica su ilusión por
Familiar y Comunitaria y
Ginecología y Obstetricia. Es esa especialidad, la que la convertiría
en matrona, la que ve "muy bonita y la que más reconocimiento tiene en España”.
Su historia es esa que tanto sale en las noticias bajo el titular de ‘Fuga de Cerebros’. Estudio Enfermería en el
Centro Universitario de Osuna, dependiente de la Universidad de Sevilla, y realizó un máster en la
Universidad de Córdoba especializado en
Urgencias y Emergencias.
Con toda esa formación partió a
Alemania, concretamente a Heidelberg, donde trabajó como enfermera en UCI. Tres años y medio después, Judit decidió volver a España y prepararse el EIR. Unas semanas entre diciembre y enero trabajando para el Servicio Andaluz de Salud (SAS), y se puso con ello. Todo un 2018 preparándose para
el examen de la mordedura de serpiente y el esputo. “Ha sido mucho trabajo y esfuerzo, pero ha salido”, comenta con el
nerviosismo y emoción que, asegura, le va a marcar toda la jornada.
En su historia personal, Judit recuerda a su tío, también
enfermero de profesión. “Ha sido una vocación propia de toda la vida.
Hice Enfermería porque me gustaba y, al final, me encantó”, se despide recordando como su hermana, más pequeña que ella,
ha seguido por el mismo camino de la Enfermería.
Judit remite a este medio una fotografía suya con
una enorme sonrisa en la biblioteca. "Es de verano y había poca gente". Ahora, que echa la vista atrás y
solo tiene palabras de agradecimiento para su familia y pareja por el apoyo prestado, le toca barajar opciones. El
22 de abril debe elegir la que será su
especialidad enfermera.
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