Cada especialidad enfermera cuenta con unas características determinadas y un programa formativo distinto.
La
prueba EIR se acerca cada día más. Los aspirantes se enfrentarán al examen para conseguir plaza de enfermero interno residente
el 25 de enero de 2025, fecha en la que se realizarán todos los ejercicios de acceso a la Formación Sanitaria Especializada (FSE). A su disposición,
2.717 puestos en el Sistema Nacional de Salud (SNS),
un tres por ciento más que en la anterior convocatoria, cuando fueron 2.106. Una serie de huecos distribuidos en seis especialidades distintas.
La titulación de Enfermería cuenta con
siete disciplinas desde la publicación del Real Decreto sobre especialidades de Enfermería en 2005. Esta modificación dio lugar a una nueva estructura y encauzó las ya creadas en 1987 -similares a las vigentes-, que vinieron a sustituir a las establecidas en 1957 y primeras de la profesión -Matronas, Fisioterapia, Radiología y Electrología, Podología, Pediatría y Puericultura, Neurología, Psiquiatría, Análisis Clínicos y Urología y Nefrología-. De esta forma, las ramas vigentes en la actualidad son:
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Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona).
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Enfermería Pediátrica.
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Enfermería del Trabajo.
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Enfermería Geriátrica.
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Enfermería Familiar y Comunitaria.
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Enfermería de Salud Mental.
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Enfermería Médico-Quirúrgica.
Los participantes en el examen EIR para 2025 podrán elegir una de estas vías para convertirse en especialista enfermera, salvo una. Y es que
Médico-Quirúrgica todavía no cuenta con plazas propias, ya que no tiene desarrollado ningún programa formativo todavía.
La puerta para la acreditación está abierta desde 2005, la ausencia de un plan de estudios para esta especialidad impide que pueda ofrecer plazas de residencia. De momento, la única manera de obtener la titulación es mediante
un procedimiento extraordinario del Ministerio de Universidades en el que las profesionales pueden acreditar su experiencia en quirófano. De momento, el Ministerio de Sanidad no parece que vaya a avanzar en la evolución de la mencionada rama enfermera.
Enfermería Obstétrico Ginecológica
Esta especialidad es la que debe hacer cualquier profesional que quiere convertirse en
matrona. Se trata de la rama con mayor desarrollo histórico en España y está centrada en la maternidad y la atención integral durante el ciclo vital de la mujer en todas sus fases: salud reproductiva, climaterio y sexualidad. Así, participan en todos los programas relacionados con el desarrollo del embarazo, parto y puerperio, además de promocionar la salud sexual.
Las especialistas pueden trabajar tanto en Atención Primaria como Especializada, pero antes deben de pasar por los dos años de residencia. Su programa formativo de un 26 por ciento de contenidos teóricos y
un 74 por ciento de práctica -el 60-70 por ciento en asistencia especializada y el 30-40 por ciento en Primaria-. Para ello, tiene que completar las áreas de Maternal y Recién Nacido, Mujer y Familia, Educación para la Salud de la Mujer, Administración de los Servicios Obstétrico-Ginecológicos, Investigación en Enfermería Obstétrico-Ginecológica y Legislación y Deontología.
Pese a la alta demanda de matronas en España, esta especialidad es
la única que ha perdido plazas EIR en 2025, respecto a la anterior convocatoria. En concreto, han pasado de 469 a 451, lo que supone un recorte de 18 puestos. Una
decisión criticada por las asociaciones representantes de la profesión.
Enfermería de Salud Mental
La disciplina más relacionada con la Psicología de las presentes. El titulado cuenta con las herramientas enfermeras a nivel clínico y tecnológico para
prestar una atención especializada en salud mental. Se incluye la promoción de esta, pero también la prevención de posibles patologías, el tratamiento y la rehabilitación. Además, se impulsa el reconocimiento de los factores que pueden provocar la aparición de alteraciones.
La enfermera de Salud Mental puede trabajar en hospitales, Atención Primaria, centros especializados, instituciones de rehabilitación, escuelas o centros de acogida. Previamente, tendrá que completar la especialidad, formada por contenidos transversales de Enfermería y más específicos de la disciplina. A nivel práctico, cuenta con
22 meses de rotaciones en distintas unidades clínicas, como las de Rehabilitación de Media y Larga Estancia o centros de salud mental Infanto-Juvenil y Comunitaria.
Esta rama es
una de las que más crece este año, al obtener 26 nuevas plazas, lo que le hace avanzar de las 325 de la convocatoria de 2024 a las 351 de la última aprobada por Sanidad y las Comunidades Autónomas. Su desarrollo coincide con el aumento de
plazas PIR, lo que muestra un mayor interés en Salud Mental.
Enfermería del Trabajo
La especialista del Trabajo aborda
el estado de salud de los pacientes respecto a su ambiente laboral, con la misión de mejorar el bienestar de los empleados. Para ello, la sanitaria debe conocer las características de las plantillas, su entorno y las patologías que más pueden incidir en ellos. Por lo tanto, requiere conocimientos específicos de los distintos grupos profesionales.
Esta clase de enfermera puede desarrollar su carrera laboral en centros públicos, pero también en los
servicios asistenciales de las empresas. Su formación se focaliza en cinco áreas de actuación: preventiva, asistencial, legal y pericial, gestión y docente e investigadora. El programa cuenta con un componente práctico basado en un sistema de rotación de 19 meses, distribuidos en cinco y medio en Atención Especializada, uno en Atención Primaria, dos en servicios de gestión administrativa y 12 en unidades de prevención, que incluye clases en protección radiológica.
A pesar de que la especialidad
ha ganado seis plazas en 2025 -de 87 a 93-, esta es una de las que presenta un menor número de puestos para interesados.
Enfermería Geriátrica
Este perfil profesional se centra en la
atención a pacientes con una edad elevada. El objetivo de esta enfermera es cuidar de los más mayores de la sociedad, a la par que fomenta su autonomía sin dejar de tener en cuenta las consecuencias de las patologías que puede parecer. A su vez, interviene en la asistencia a familiares y entorno de la persona que solicita los cuidados.
La especialista Geriátrica tiene
el hospital, el centro de salud y la residencia como los principales lugares de trabajo. Previamente, recibe conocimientos teóricos en Gerontología General, Experimental, Psicológica y Social, así como en políticas sociosanitarias y competencias transversales. En cuanto a la práctica, durante 24 meses, la sanitaria rota 44 semanas en Atención Especializada, 24 en Atención Primaria, 24 en instituciones sociales -residencias, centros de día o viviendas tuteladas- y cuatro semanas en otros recursos -comisión de ética, docencia, investigación, servicio de Farmacia...-.
Esta disciplina es la que
cuenta con un menor número de plazas, pese al envejecimiento de la población española y por ende la mayor incidencia de enfermedades crónicas. Así, Geriátrica suma siete huecos más, de 85 a 92.
Enfermería Familiar y Comunitaria
Se trata de la especialidad
líder de la Atención Primaria -aunque también puede hallarse en otros niveles asistenciales-, por lo tanto, suelen ser las primeras en atender a los pacientes que recalan en la infraestructura sanitaria. Su rol se basa en el
cuidado de los miembros de la familia en los distintos momentos de la vida, por lo que acostumbra a ser el perfil más diversificado de Enfermería. Su labor se centra en la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el tratamiento y la rehabilitación, aunque se pretende potenciar su capacidad de diagnóstico durante las primeras visitas que realizan los pacientes.
Más allá de los contenidos teóricos, la formación práctica radica en un
sistema de residencia de 22 meses, en el que la enfermera pasa 13 semanas en
Atención Primaria, cinco en Atención Hospitalaria, cuatro en Servicios Centrales de Salud y dos en una unidad de Salud Mental. Además, se incorporan periodos en Urgencias y Transporte Sanitario -ambulancias-.
Esta especialidad es
la más nutrida del SNS, al contar con 919 plazas, 38 más que las 891 de 2024. No obstante, la Federación de Enfermería Familiar y Atención Primaria (Faecap) considera que
no son suficientes.
Enfermería Pediátrica
Esta especialidad está centrada en "la atención a infancia y adolescencia en todos los niveles asistenciales", según el Consejo General de Enfermería (CGE). Así,
se encarga de cualquier tipo de actuación que tenga que ver con recién nacidos, niños u adolescentes. Esto incluye el trabajo en los centros de salud, pero también en los ámbitos de docencia e investigación.
Su presencia pasa de los hospitales y servicios de Atención Especializada a la
Atención Primaria, donde su figura se ha incluido en el marco estratégico para este nivel asistencial. Antes, las especialistas deben de pasar por 22 meses de rotaciones, con siete desarrollados en Primaria, dos en Urgencias Pediátricas, cinco en Unidades de Pediatría, dos en Unidades Neonatales, tres en Cuidados Intensivos Neonatales y otros tres en Cuidados Intensivos Pediátricos.
La disciplina para infancia y adolescencia
aumenta en 19 huecos su presencia en la convocatoria de FSE de 2025, con lo que avanza de 246 a 265 plazas. Es la cuarta especialidad en la oferta de este año.
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