La deficiencia estrogénica provoca cambios en la piel.
17 oct. 2016 16:40H
SE LEE EN 3 minutos
El 18 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Menopausia, una etapa que se produce entre los 45 y los 55 años en el 65-70 por ciento de las mujeres, un 25 por ciento antes de los 45 años, y un 5-10 por ciento después de los 55, sobre todo en las sociedades más desarrolladas. La menopausia repercute sobre la piel de las mujeres ya que, como explica Aurora Guerra, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la deficiencia estrogénica provoca una serie de cambios que incluyen una disminución de su funcionalidad, produciendo menos grasa, menos sudor, reduciendo parcialmente su temperatura y aumentando la permeabilidad y reactividad vascular, acortando el espesor de la dermis y epidermis, evidenciándose un descenso del colágeno cutáneo y un envejecimiento global de la piel.
Como consecuencia de estos cambios fisiológicos la piel se vuelve más seca, escamosa y menos elástica, con el consiguiente aumento de las arrugas cutáneas, incide la especialista. Las uñas crecen más lentamente, se hacen más frágiles, y con facilidad aparecen estrías y surcos en su superficie. El vello en general, y sobre todo el axilar y pubiano, disminuye, pudiendo llegar a menos de la mitad de la densidad previa. El ciclo del cabello se reduce, resultando un pelo cada vez más fino y más corto, que da lugar a cierto grado de alopecia de forma similar a la que se presenta en el varón. Por el contrario, en muchas mujeres aparece un aumento del pelo de la zona de la barba y del bigote que les da aspecto masculino. Las mucosas pierden su grado de humedad y se afectan de forma especialmente intensa durante la peri y post-menopausia, por lo que es común la sequedad vaginal y el prurito vulvar.
Sin embargo, Guerra asegura que existen medidas compensatorias: “Algunos tratamientos tópicos como el ácido retinoico, el ácido glicólico y la vitamina C aumentan la tasa de colágeno cutáneo y revierten algunos de los cambios producidos durante el climaterio”. Además, recomienda la actividad física, ya que un trabajo realizado en España sobre 25 mujeres perimenopáusicas y 19 mujeres posmenopáusicas que valoró la repercusión del ejercicio físico moderado sobre la capacidad antirradical libre enzimática (super-óxido dismutasa y catalasa) y no enzimática (vitaminas A y E) y el proceso de peroxidación lipídica reveló un aumento de los antirradicales libres.
Del mismo modo, un estudio más amplio sobre 5.990 mujeres peri y posmenopáusicas de entre 46 y 62 años valoró mediante un detallado cuestionario los síntomas cutáneos y extracutáneos más frecuentes, encontrando que aquellas mujeres con una educación más elevada, que hacían ejercicio de forma habitual y que mantenían un tiempo libre para actividades creativas, intelectuales o no, tenían menos síntomas que las que no cumplían estos requisitos.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.