Ricardo Martínez Platel / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
La ausencia de consentimiento informado (o su poca concreción) es una de las principales causas que motiva las reclamaciones que los pacientes vierten sobre los facultativos. El Foro Sanidad y Derecho, que organiza el Hospital La Paz de Madrid, ha analizado la información y comunicación clínica al paciente menor de edad y ha quedado reflejado que una de las principales dificultades que encuentran los médicos es que la normativa actual es demasiado genérica a la hora de señalar los pasos a seguir en este tipo de situaciones.
Antonio Baño Rodrigo, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. |
Hay quien todavía valora el consentimiento informado como un tema burocrático y como un medio que utilizan los médicos para eludir responsabilidades civiles o penales, pero los expertos han explicado que "es un acto legitimador de la actividad médica". En el caso de los menores de edad, el niño es un sujeto pleno de derechos, a los que hay que sumarles los propios por su condición de menor, lo que implica que el consentimiento informado cobra especial relevancia dado que su derecho de autogobierno lo alcanza en función de su edad y de su madurez.
Este punto genera una cuestión problemática debido a que la voluntad del menor tiene a ser sustituida por la de sus padres o representantes legales, aunque la evolución legal ha propiciado que se haya pasado del paternalismo al principio de autonomía. Al médico, además de sus funciones habituales, le corresponde analizar las condiciones de madurez suficiente y capacidad natural de juicio o discernimiento, lo que supone "un ejercicio de interpretación" que puede llegar a derivar en una "medicina defensiva o una judicialización de las actuaciones".
Antonio Baño Rodrigo, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, ha expresado que se ha percibido "una evolución del reconocimiento de los derechos de los menores" y ha asegurado que "los niños tienen capacidad para dar su opinión cuando se les deja" y ha recordado que la Ley de Autonomía del Paciente obliga a los pediatras a informar adecuadamente a los pacientes.