Los expertos señalan que existe una necesidad de formación en este campo



21 oct. 2014 18:08H
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Ricardo Martínez / Natalia Rihawi. Madrid
Concepción Prados, directora de proyecto del área de Formación del Instituto de Innovación y Desarrollo de la Responsabilidad Social Sociosanitaria (Inidress), Juan Carlos Hernández-Clemente, médico de familia y profesor asociado de bioética de la Universidad Autónoma de Madrid y Emma Fernández, farmacéutica y gestora de ensayos clínicos y proyectos de investigación en el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital Universitario La Paz, en una entrevista a Redacción Médica, han resaltado la importancia de una buena formación en bioética para el profesional sanitario.

De izq. a dcha. Concepción Prados, directora de proyecto del área de Formación de Inidress; Juan Carlos Hernández-Clemente, médico de familia y profesor asociado de bioética de la Universidad Autónoma de Madrid; y Emma Fernández, farmacéutica y gestora de ensayos clínicos y proyectos de investigación en el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital Universitario La Paz (CEIC).


¿Por qué la Bioética cada vez está más presente en la sociedad?

Juan Carlos Hernández-Clemente: En palabras de un maestro, el profesor Diego Gracia, la bioética será posiblemente la ética del siglo XXI.  La medicina con su potencial tecno-científico alcanza todas las partes de la vida de las personas hoy en día, desde la estética a la capacitación, la discapacidad, etc. Las posibilidades científico-técnicas cada día son mayores, pero entran en conflicto con los valores humanos y esto es lo que toca resolver a esta disciplina. Tenemos que tener en cuenta que la evolución de la Medicina y en general de todas las tecnociencias de los últimos cincuenta años ha sido increíble, nadie podía imaginarse, por ejemplo, la reproducción de un ser humano sin haber mantenido previamente relaciones sexuales. Todos estos cambios científico-técnicos generan debates en torno a los valores humanos aquello que técnicamente es posible, pero humanamente tiene sus dudas.

A partir de aquí, aparecen múltiples definiciones de lo que es enfermedad de lo que no lo es, debates abiertos sobre el mundo de los valores, sobre lo que es técnicamente realizable pero que no se corresponde con lo moralmente correcto. La bioética en el siglo XXI tendrá un papel preponderante en todos los campos de la vida del ser humano sobre la Tierra.

¿Existe una crisis de valores éticos?

Juan Carlos Hernández-Clemente:  Todos los días estamos viviendo crisis de valores. Las personas se rigen básicamente por un único valor, el económico, que prevalece sobre todos los demás también prepondera el valor estético. Vivimos en una sociedad donde los valores no es que estén en crisis lo que están es cambiando. Estamos ante valores económicos y estéticos que no se corresponden con los de generaciones anteriores. 

¿En qué momento de su día a día es necesaria la bioética para el profesional?

Concepción Prados: Los valores están a lo largo de todo el momento en el que nos dedicamos a la asistencia del paciente, porque no sólo tiene valores el enfermo y la familia sino cualquier profesional que lo está tratando. Un buen desarrollo de la bioética clínica puede ayudar en el día a día. 

¿Una buena formación en Bioética mejoraría la calidad de la asistencia que prestan los médicos?

Concepción Prados: La formación tiene un papel importante en el momento de crisis de valores. Cuando estamos en cualquier momento de la práctica asistencial la bioética clínica no sólo nos va a ayudar a poder saber cuáles son los principios, etc  sino cómo poder solventar ese conflicto de valores. Esta disciplina nos puede enseñar un método deliberativo adecuado que nos apoye en cualquier momento de nuestra práctica asistencial.

¿Qué cosas deben tenerse en cuenta en relación con la ética cuando se habla de avances científicos?

Emma Fernández: Muchas veces el conflicto surge cuando científicamente las cosas son posibles pero no se sabe si humanamente son correctas o se pueden aplicar. En cuanto a la investigación con medicamentos el pertenecer a un comité de investigación clínica de un hospital grande, es importante también tener en cuenta proteger a los pacientes que participan en estas investigaciones para poder tener estos avances tanto farmacológicos como de otro tipo. 

Hay dos temas que siempre que se habla de bioética aparecen como conflictos donde se puede aplicar, como son el aborto y la eutanasia. Son los dos grandes conflictos a los que se enfrenta la bioética.

Juan Carlos Hernández-Clemente: Yo creo que son los dos temas más mediáticos, pero no creo que, en estos momentos, sean los más problemáticos para la bioética. Yo estoy convencido que una buena distribución de los recursos sanitarios va a empezar a ser más importante de lo que es la eutanasia y el aborto. Éstos dos son relevantes porque están en la frontera de lo que denominamos vida humana frente a lo que consideramos vida biológica.

La bioética lo que da es la pluralidad de valores trata de que éstos y los conflictos salgan dañados lo menos posible y se contextualicen en cada caso concreto tanto para el aborto como para la eutanasia. Al  principio como al final de la vida las preguntas son las mismas, cuando, por ejemplo, ante una señora que ha sido vida humana pero que en este momento sus posibilidades son prácticamente nulas pero la técnica le permite permanecer con un corazón latiendo. Para quienes entiendan que la vida humana es algo sacro que no nos pertenece estarán en contra de cualquiera de estas manifestaciones: aborto, trabajar con células madres, etc. Por el contrario, para quienes piensan que somos un producto de una evolución biológica y que todo esto lo está posibilitando la técnica pues se darán cuenta que hay unos límites a partir de los cuales nos debemos al menos plantear si esa vida es plenamente humana o si estamos ante una vida biológica.

¿El uso racional de recursos también tiene componentes bioéticos?

Juan Carlos Hernández-Clemente: La gran asignatura pendiente de todos los bioeticistas va a ser cómo vamos a conjugar la eficiencia con la justa utilización de recursos. El gran asunto de la bioética del siglo XXI será la igualdad en la  distribución de las tremendas posibilidades que tiene la medicina científica en estos momentos: cómo hace para llegar a toda la ciudadanía y no sólo a una parte, ya que entraríamos en desigualdades importantes no solamente entre ciudadanos de un país sino entre países. Desde mi punto de vista, si algunos temas tales como la eutanasia y el aborto ha sido lo que más han salido en los medios de comunicación, yo creo que a partir de ahora tendrá un mayor protagonismo la justa distribución de los recursos para salvaguardar la equidad y ser eficientes. 

¿Qué opinión le merece la proliferación de comités de ética?

Concepción Prados: Yo no creo que sea malo que haya comités de ética, cada centro debería tener el suyo propio sobre todo porque las características de un centro pueden variar al otro. Con lo cual ser un centro de referencia de otro hospital a lo mejor resulta problemático porque no tienen las mismas características. Que existan comités de ética más centralizados en los que formen parte miembros de los comités de ética, por ejemplo, de una comunidad también me parece bien porque se pueden poner en conjunto dudas, problemas y conflictos que puedan ayudarnos a todos. Cuando se forman determinados comités que de repente tienen que solucionar un problema que ha surgido, a mí me parece bien que se recurra a los miembros de los comités de ética ya sean locales de cada hospital o un poco más generales de cada comunidad porque probablemente son los que más puedan ayudar a solventar. No que de repente se forme un comité de ética con personas que a lo mejor forman poca parte de otros comités. Muchas veces se les tacha de no tener el suficiente peso específico lo que les hace poco resolutivos.

Concepción Prados: Dependiendo de como estén regulados los comités de ética de cada centro pueden ser más o menos participativos. Muchas veces te llega una carta y tú desde el comité la contestas, hay otros que desde las partes en conflicto intentan saber exactamente cuál es el problema y de ahí llegar a un resolución. Esos segundos comités que son más coactivos, son los que más se van a seguir porque han tenido en cuenta a cada una de las partes. También es verdad que hay  muchos comités que solamente están en el despacho pues a lo mejor tienen menos consultas porque no saben a quien dirigirlas. Alguna reglamentación no estaría mal cambiarla, no digo que vayamos a ir por delante pero si el profesional quiere o las personas que te han establecido la pregunta ética quieren pues ser un poco más participativos y proactivos ayudará mucho más.

En algunas comunidades hay representantes de la ciudadanía en comités de ética asistencial, ¿qué le parece?

Emma Fernández: En cuanto a la representación de la ciudadanía incluso de los pacientes que se quieren incluir en los comités de ética de investigación la nueva regulación europea propone esto a los comités de ética, aunque deja que luego cada país miembro regule el tema de los comités de investigación, pero hay países que son un poco reticentes a la participación de estos representantes de los pacientes o de los ciudadanos en los comités de ética de investigación, porque consideran que la formación que tienen los pacientes no es suficiente, que pueden entorpecer su labor y sí que los comités de ética y de investigación están muy regulados y además tienen unos plazos muy marcados tanto por Europa como por las legislaciones españolas para cumplir plazos para el tema de los nuevos ensayos clínicos que ponen en el mercado los nuevos medicamentos y sí que hay comités que incluso consideran que posibles representantes de asociaciones de pacientes pueden tener otros intereses o que puede estar ahí la industria, puede haber cierto conflicto de interés.

¿Por qué surge la idea de poner en marcha el Máster de Bioética Clínica?

Juan Carlos Hernández-Clemente: Surge de una necesidad en formación en todos estos aspectos que estamos tratando de más  la bioética clínica en la vida diaria del sanitario no solamente del profesional de la Medicina sino de todas las Ciencias de la Salud e incluso para otras disciplinas filosofía o derecho etc nosotros lo vemos muy necesario. Algunas aplicaciones prácticas de la Bioética como puede ser todo el conocimiento sobre la confidencialidad; consentimiento informado; justa distribución de recursos. Todo estos y muchísimos más ejemplos son abordados desde la bioética, pero para ser abordados desde la bioética se necesita formación en esta disciplina. Lo que pretende este máster no es otra cosa que formar a profesionales que puedan responder a los conflictos de valores con las herramientas propias de la Bioética: el método deliberativo, etc.

Concepción Prados: Se trata de es un máster sin ideología, arreligioso. Sin tener en cuenta posicionamientos, nos vamos a entrar en ello porque cada uno deber tener sus propios valores. En segundo lugar, en un futuro dentro de las regulaciones de los comités de ética se va a pedir que haya más formación dentro de los miembros de los comités. Ahora en los comités de ética asistencial no se pide que haya una formación específica pero probablemente en el futuro esto cambie. 

¿Por qué han dividido el máster en 9 módulos?

Juan Carlos Hernández-Clemente: Las asignaturas del máster son las propias de la Bioética Clínica, que son las diferentes corrientes éticas que abarcan a lo largo de la historia han ido solucionando los conflictos de valores de manera distinta.

La división que se hace por asignaturas dentro de este máster tiene que ver con una primera parte muy teórica se aborda al inicio del máster y luego pasamos a toda la parte práctica la bioética en la práctica clínica cotidiana,  la confidencialidad, con posterioridad pasamos a los temas estrellas hasta los que ahora han sido más mediáticos como son: el principio y el final de la vida, los recursos sanitarios y cómo se van a distribuir , investigación biomédica  para nosotros este tema es importantísimo porque a lo largo de la historia se han hecho auténticas aberraciones en el nombre de la ciencia podríamos recordar los campos de concentración de la Alemania nazi y todos los experimentos en biomedicina que se llevaron a cabo.

Nos centramos también en la comunicación, la bioética y la comunicación clínica prácticamente van de la mano a lo largo de los últimos cuarenta años la necesidad de informar a los pacientes para que de manera compartida se tomen decisiones es fundamental, sino comunicamos a los pacientes las alternativas al tratamiento no podrán tomar una decisión compartida.

También abordamos la Medicina narrativa, la que llamamos la medicina del siglo XXI. Se denominada clásicamente la medicina muda que solamente ve los signos, los análisis, los datos. Esta es una Medicina hablada donde se escucha al paciente, donde se le comprende, mucho más amplia, que tiene que ver mucho con el mundo de valor del propio paciente, con sus preferencias, sus creencias. Todo ello acompañado de muchísimos caso prácticos tanto de películas como de lecturas y un método que trataremos que todos los estudiantes que se apunten al máster manejen con habilidad, el método deliberativo en la resolución de los conflictos morales que surgen ante situaciones críticas.

¿Piensan traer a algún experto en Bioética Clínica?

Emma Fernández: Hemos procurado hacer una selección de los profesores no sólo por sus conocimientos en bioética sino por su práctica habitual tanto como investigadores como médicos de las diferentes áreas que hemos tratado en el máster, ese es uno de los grandes valores del máster, el profesorado con el que va a contar es gente que no es sólo teórica sino que además vive en la práctica y que nos pueden mostrar mucho con su casuística y su experiencia en el día a día.

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