Y ello, porque siguiendo las conclusiones alcanzadas por la Junta Médico Pericial Superior de la Sanidad Militar, entiende que en el caso del citado alférez se puede confirmar que existe relación de causa efecto entre la patología causante del óbito –mesotelioma inicialmente informado como un tumor maligno pulmonar- y el servicio prestado como mecánico de barcos. Máxime si tiene en cuenta que los estudios científicos actuales avalan un índice de proporcionalidad elevada de producirse durante largas exposiciones a la inhalación del amianto o asbesto.
La segunda resolución en la que el Ministerio de Defensa asume su responsabilidad por los daños que la exposición al amianto ha causado a cientos de militares, se trata de la reciente resolución de 30 de diciembre y por la que se reconoce una indemnización a los hijos del cartaginense que fuera sargento primero del Cuerpo General de la Armada.
Si bien la indemnización en este caso asciende a 60.000 euros pues son seis los hijos reclamantes y de nuevo se aplica el baremo de tráfico, lo importante es que una vez más, siguiendo la doctrina del Consejo de Estado, se reconoce que la Administración conocía la peligrosidad del insalubre material que se conoce como amianto.