Redacción. Madrid
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado al Servicio Madrileño de Salud (Sermas) a pagar una indemnización de 125.000 euros por omitir las pruebas adecuadas para detectar una metástasis a un paciente operado de un cáncer de recto.
La resolución del TSJM señala que hubo sospechas al menos desde finales del año 2004 y muy especialmente en enero de 2007 de la posibilidad de la existencia de metástasis que podrían haberse detectado mediante pruebas que no se llevaron a cabo. La sentencia estima que se ha producido una infracción de la lex artis consistente en la omisión de las pruebas adecuadas para la detección de las metástasis que sufría el paciente debiendo haberse valorado "adecuadamente" las sospechas de su existencia.
Ello determina la concurrencia de la responsabilidad patrimonial de la Administración, por lo que se fija una indemnización por importe de 125.000 euros. En el año 2003, el hombre fue intervenido de un cáncer de recto y el 23 de marzo de 2004 tuvo lugar la primera revisión en la consulta de Cirugía, en la que se realizó una exploración superficial, se ordenó un TAC, una radiografía de tórax y una analítica completa.
El 28 de mayo de 2004 se realizó el TAC y se detectó la existencia de densidad de partes blandas en región presacra, por lo que el radiólogo aconsejó exploraciones complementarias o control radiológico. A pesar de los hallazgos del TAC, el Servicio de Cirugía restó importancia al cuadro y le emplazó a revisión en consulta en seis meses. El 16 de diciembre de 2004 se realizó un nuevo TAC que detectó una masa de densidad en la región presacra con retracción posterior de la vejiga y una radiografía de tórax que confirmó la presencia de imágenes pulmonares.
En la posterior revisión de enero de 2005 no se prescribió TAC, radiografía o analítica que permitieran valorar la evolución de su estado hasta la revisión de junio de 2005. En el año 2006, el paciente fue intervenido de una hernia y se realizó un TAC abdominal en el mes de septiembre que puso de manifiesto un aumento de partes blandas en la localización presacra y cambios post-quirúrgicos en el colon.
A pesar de estos hallazgos, no se completó el estudio y se emplazó al paciente para revisión en seis meses. A petición del Servicio de Cirugía, se realizó un TAC el 2 de octubre de 2007, un año después que el anterior, que puso de manifiesto la persistencia de la masa en la zona presacra, sin que se adoptara ninguna medida al respecto. El paciente presentaba muy mal estado general, con continuos episodios de obstrucción intestinal e insuficiencia respiratoria, exudación en zona perianal, pérdida de peso de 8 kilogramos y dolor lumbar.
El afectado fue derivado en octubre de 2007 a otro centro para recibir un tratamiento por otra patología y falleció el 15 de febrero de 2008 a consecuencia de una metástasis de pulmón e hígado derivadas del cáncer de recto.