Redacción. Murcia
La Consejería de Sanidad de la Región de Murcia deberá indemnizar con 93.000 euros a la familia de un paciente que murió de una infección cuando los médicos equivocaron el diagnóstico y dijeron que tenía un cáncer terminal, según la sentencia dictada por la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
La sentencia señala que las autoridades sanitarias reconocieron el error y la relación de causalidad entre el mismo "y la desgraciada muerte del marido de la demandante", recoge la Sala. "Los hechos -asegura el TSJ- evidencian la existencia de una mala praxis, una conducta sin la que no se hubiese producido el resultado dañoso, por lo que la responsabilidad de la administración es clara y reconocida".
El tribunal recoge como probado que el enfermo ingresó en Urgencias por dolor abdominal y otros síntomas, se le practicaron diversas pruebas y se le prescribió "cirugía de vía biliar con carácter de no urgencia". Al reaparecer el dolor abdominal, "se le hizo un TAC y, erróneamente, se le diagnosticó cáncer en fase terminal, pero la necropsia determinó que no tenía cáncer y que su muerte fue por una sepsis generalizada, que, de haberse operado, hubiera tenido posibilidades de recuperación".