Pablo Díez, de la SEC; Roberto Martín-Reyes, de Quirónsalud; y Julián Pérez-Villacastín, presidente de la SEC.
La Cardiología española mira a los próximos cinco año poniendo el foco en la prevención. Actualmente se diagnostica y se trata de manera “correcta”, pero el cardiólogo debe dar un paso más e incidir en
prevenir cualquier evento cardiovascular. Es la conclusión a la que han llegado en la especialidad. “Tratamos a muchos pacientes con enfermedades demasiado evolucionadas. Tenemos que invertir más en la prevención si queremos
cortar esta epidemia de enfermedad cardiovascular”, subraya
Julián Pérez-Villacastín, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (
SEC). Para ello, desde Cardiología apuntan a la necesidad de
organizar toda la asistencia sanitaria que se da en un evento cardiovascular, para hacer del trabajo multidisciplinar el 'fuerte' de la prevención.
Desde la propia SEC inciden en la importancia de la prevención de las cardiopatías, tanto para evitar que la población sufra eventos cardiovasculares como para lograr ahorrar recursos económicamente: “Es como si ponemos más talleres, pero no estamos previniendo los accidentes. Probablemente sea
más eficiente el prevenir que el curar”, señala Pérez-Villacastín. Se trata de una idea que también es compartida por
Roberto Martín-Reyes, cardiólogo intervencionista, profesor en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y jefe de Cardiología en diversos hospitales de Quirónsalud.
En un sondeo que ha realizado a compañeros de profesión,
la mayoría pone la prevención como la 'asignatura pendiente' de la especialidad en cinco años. Apunta a que en un futuro no muy lejano el “foco” estará puesto en la prevención y que para ello en la especialidad cuentan con “cada vez más herramientas”. “Hemos ido hacia
técnicas cada vez menos agresivas, a procedimientos con mejores resultados. Todo eso se ha ido desarrollando, pero lo que es obvio es que si al paciente no se le conciencia y no se le dice que tiene que cambiar una serie de hábitos, realmente no consigues nada porque los pacientes volverán a tener eventos cardiovasculares”, subraya Martín-Reyes. Es por ello que fija la
concienciación dentro del acto de la prevención.
Sin embargo, evitar los accidentes cardiovasculares no está solo en la mano del profesional sanitario, sino que el propio paciente puede aportar su ‘granito de arena’. Martín-Reyes apunta a la importancia de llevar un
control en los factores de riesgo de dichas patologías, como los niveles de la hipertensión o el colesterol. “Tendremos herramientas interactivas que van a permitir ese flujo bidireccional de la información”, añade. “Vamos a un modelo de sanidad en el que lo que hacemos los médicos tiene que estar bien organizado en los procesos asistenciales y de esta forma podremos homogeneizar el tratamiento en todo el sistema sanitario”, explica. Esa organización servirá para lograr un
mayor “beneficio” del paciente, según Martín-Reyes.
Incidencia del envejecimiento en la población
Un factor que marcará el futuro cercano de la especialidad es el
envejecimiento de la población, por dos cuestiones diferentes. En primer lugar, porque una sociedad mayor, supone una
mayor demanda sanitaria. “Cada vez hay pacientes mayores que sufren un evento cardiológico como un infarto al corazón. Viven más años y con una mejor calidad de vida, a consecuencia de las mejorías en el diagnóstico, tratamiento y el avance de las nuevas tecnologías, que permiten
tratar más y mejor a los pacientes”, incide
Pablo Díez, presidente del Grupo Jóvenes Cardiólogos de la SEC. El envejecimiento supone, a ojos de este cardiólogo, que haya más pacientes en una edad avanzada que tengan varias enfermedades y que pasen mucho por consulta.
En segundo lugar, la problemática se encuentra en la cantidad del
personal sanitario. Es decir, que ante la creciente demanda asistencial que habrá en Cardiología, los facultativos ven imprescindible que se
dote con más recursos humanos la propia especialidad, no solo porque aumentará la carga de trabajo, también porque una parte de la población médica estará próxima a jubilarse sin que sus plazas se cubran por los jóvenes cardiólogos. “Los mayores se jubilan y los jóvenes se van de España. Tenemos una situación que nos pide
ser ingeniosos a la hora de optimizar los recursos”, enfatiza Martín-Reyes. Es por ello que apunta a un sistema que “no siempre” tenga que ser presencial: “No solo respecto a las consultas, también en los ingresos. Aquí tenemos un doble reto: optimizar recursos y ser ingeniosos para llegar a la máxima población posible pensando en las nuevas formas de atención”.
El peso de las nuevas tecnologías
Cardiología es una de las especialidades que continuamente está incorporando los avances tecnológicos para llegar a un mejor tratamiento del paciente. No obstante, los próximos años “crecerá” su implementación e impacto, según Pablo Díez: “En
imagen cardíaca se están dando muchos avances, en la
Cardiología intervencionista cada vez se dispone de dispositivos que permiten un mejor tratamiento de
arritmias,
insuficiencia cardíaca, pero también se ha avanzado mucho en la
inteligencia artificial”. Díez augura que gracias a ella se podrá “
predecir” el evento cardiovascular de un paciente.
Pérez-Villacastín, por su parte, apunta a la “
desburocratización” de la Cardiología. Opta por que el médico deje de hacer labores que quizás algún otro profesional pueda llevarlas a cabo para dedicar su tiempo a relacionarse con el paciente y a intentar
encontrar nuevas vías de solución a los problemas. “Esto seguro que va a cambiar muchísimo en los próximos años y permitirá que el especialista pueda dedicar su cerebro a solucionar los problemas clínicos y no a perder el tiempo con los temas burocráticos”, sentencia.
Por otro lado, apunta al papel de la Cardiología en el
corazón artificial y en el trasplante de corazones no humanos. “Son dos cuestiones importantes y que están ilusionando mucho ahora a la ciencia dentro de la especialidad”, explica el presidente de la SEC. Si bien el futuro puede ser prometedor para la Cardiología española según sus profesionales, remarcan el punto de partida en el que actualmente está la especialidad. Los cardiólogos consultados por este diario coinciden que viven un “muy buen momento”, tanto por los avances que están teniendo en las técnicas diagnósticas como los que está habiendo en el tratamiento.
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