El jefe del Servicio de Cardiología del Vall d'Hebron de Barcelona, David García Dorado.
12 dic. 2016 16:10H
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Los adultos que padecen cardiopatías congénitas saben que, entre las opciones terapéuticas de que disponen en España, el Vall d’Hebron ocupa una posición relevante.
El centro ha adquirido fama en el tratamiento de esta clase de enfermedades a partir de la Unidad especializada en cardiopatías del adolescente y el adulto en la que también participa el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, también ubicado en Barcelona.
Tal vez la clave del éxito terapéutico reside, en éste como en otros aspectos de la actividad del servicio, en ese modelo “multidisciplinar”, como lo ha definido a Redacción Médica el jefe del Servicio de Cardiología del Vall d’Hebron, David García Dorado.
Según este especialista, el hospital en que trabaja se ha convertido en referente en esta clase de enfermedades –y en otras muchas de la especialidad– en parte como fruto de su modelo de integración de la asistencia, la investigación y la docencia, financiado en parte con el dinero conseguido en concursos a los que se presentan con regularidad sus responsables para mantener el Servicio a la cabeza en repercusión científica internacional.
El Servicio es muy potente, por ejemplo, en el estudio y tratamiento del síndrome de Marfan, una alteración hereditaria del tejido conectivo muy compleja que requiere de alta tecnología y precisión médico-científica para ser tratada en la edad adulta, es decir, una vez superada su fase inicial en la infancia.
“Distintos profesionales ven a estos pacientes en una Unidad que está integrada en la de Cardiopatías Familiares, que es la que ostenta la acreditación CSUR como centro de referencia del Sistema Nacional de Salud”, ha aclarado.
Programas en que no solo participan los cardiólogos
Los programas multidisciplinares –de que forman parte estas unidades asistenciales– se caracterizan porque no solo reclutan a especialistas del Servicio, en este caso los cardiólogos, sino también a cirujanos cardiacos y vasculares, profesionales de la imagen médica o enfermeros, entre otros –ha enumerado–.
En este contexto –siempre según García Dorado– se encuadra el programa de patología de la arteria aorta, que atañe a los cardiólogos y en la que está especializada el Vall d’Hebron, que incluye el abordaje de sus diversas manifestaciones “como el aneurisma aórtico, la disección o las enfermedades congénitas, entre ellas el síndrome de Marfan”.
Otros programas con la misma filosofía integradora del centro son el dedicado a la endocarditis, que también dispone de su propia Unidad y que trata una infección muy grave de la válvula del corazón que registra un elevado índice de mortalidad (alrededor del 30-40 por ciento) “que no logramos todavía reducir”, ha lamentado el jefe del Servicio respecto a ese dato epidemiológico.
O, por ejemplo, el programa de atención a pacientes con estenosis aórtica grave mediante TAVI (acrónimo de prótesis aórticas transcatéter) “para el que, una vez más, aprovechamos el trabajo conjunto de cardiólogos, cirujanos, profesionales de la imagen médica o anestesistas”, entre muchos otros, y el de insuficiencia cardiaca, que atrae la colaboración de los internistas y en el que el papel de la Enfermería y de la Telemedicina resultan esenciales.
90 artículos científicos de elevado factor de impacto cada año
Con todo, García Dorado insiste en que la vertiente asistencial del Servicio se sustenta en su base investigadora y también docente. Respecto a la primera, contabiliza “entre 80 o 90 artículos científicos publicados en revistas internacionales de elevado factor de impacto cada año”, y que exploran varias líneas de investigación.
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