La esteatosis hepática o
hígado graso es una alteración muy frecuente, que puede estar o no asociada con el consumo de alcohol, y que consiste en la
acumulación de grasa en el hígado. Este acúmulo de grasa, si se mantiene durante años, puede llevar a una inflamación del hígado
(esteatohepatitis) y, en un número pequeño de casos, al desarrollo de cirrosis y de cáncer de hígado.
La esteatosis hepática es la causa más frecuente de aumento de transaminasas (GOT o ALT y GPT o AST) en los países desarrollados. Se estima que más del 90% de las personas con obesidad tienen esteatosis hepática, aunque puede aparecer también en personas sin obesidad, incluso en personas en su peso ideal.
¿Cuáles son las causas del hígado graso?
Existen 2 tipos de esteatosis hepática:
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Hígado graso alcohólico. Se debe al consumo de alcohol. Se considera de causa alcohólica cuando el consumo habitual de alcohol supera los 20 gramos diarios en una mujer (2 botes de cerveza o 2 copas de vino al día) o cuando supera los 30 gramos al día en un varón (3 lastas de cerveza o 3 copas de vino al día).
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Hígado graso no alcohólico. No se debe al consumo de alcohol. Se asocia con la obesidad, la diabetes y el aumento de los triglicéridos en sangre. Muchos médicos lo consideran un constituyente más del síndrome metabólico.
¿Qué síntomas produce la esteatosis hepática?
En general la esteatosis hepática y la esteatohepatitis no producen síntomas y son un hallazgo casual al hacer un análisis de sangre en el que se demuestra un aumento de las transaminasas, generalmente la ALT o GOT.
Algunos pacientes con esteatohepatitis refieren síntomas inespecíficos como
cansancio, malestar general y molestias inespecíficas en la parte superior derecha del abdomen.
Si la enfermedad evoluciona, lo que ocurre en un pequeño número de pacientes,
puede acabar en cirrosis o en cáncer de hígado, con los síntomas propios de estas enfermedades.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstico de esteatosis hepática suele realizarse tras descartar otras causas de aumento de las transaminasas en un paciente con diabetes, obesidad o triglicéridos altos. Suele ser necesario pedir
análisis de sangre para descartar hepatitis crónicas producidas por virus y para descartar una hepatitis crónica autoinmune u otras enfermedades del hígado.
La
ecografía y la RMN del hígado pueden ayudar a establecer un diagnóstico al detectar la presencia de un hígado graso. En algunos pacientes en los que no está claro cuál es la causa del aumento de las transaminasas puede ser necesario realizar una biopsia hepática. A veces es necesario realizar una biopsia para conocer cuál es la situación del hígado, si se trata sólo de una esteatosis, de una esteatohepatitis o de una cirrosis.
¿Cuál es el pronóstico de los pacientes afectados?
Solo una pequeña parte de pacientes con esteatosis desarrollan esteatohepatitis, una inflamación del hígado como consecuencia del depósito de grasa, y solo una pequeña parte de estos desarrolla cirrosis. Se estima que la mitad de los pacientes con cirrosis de causa desconocida habían tenido una esteatohepatitis que posteriormente produjo el daño, ya irreversible, del hígado.
Se desconoce qué factores llevan a que una persona tenga solo esteatosis o desarrolle esteatohepatitis, si bien se sospecha que tanto factores ambientales como genéticos contribuyen a esta evolución. Tampoco se conocen los factores que hacen pasar desde esteatohepatitis hacia cirrosis, algo que ocurre en aproximadamente 5 de cada 100 pacientes con esteatohepatitis, aunque de nuevo factores ambientales y genéticos contribuyen probablemente a esta evolución. Los factores que se han relacionado con una mayor progresión de esteatosis hacia esteatohepatitis y cirrosis son:
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El consumo de alcohol.
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La presencia de diabetes.
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La presencia de hipertensión arterial.
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La obesidad.
Los pacientes con hígado graso no alcohólico tienen con frecuencia muchos factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad cardiovascular, como obesidad, hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia,
hipertrigliceridemia, etc. De hecho, la causa principal de muerte en estos pacientes es el infarto de miocardio o el ictus.
¿Puede prevenirse el hígado graso?
Para prevenir la aparición de una esteatosis hepática se debe
evitar el consumo de alcohol y el desarrollo de obesidad y/o de sobrepeso y se debe realizar
ejercicio físico regular. Además, se debe recibir tratamiento dirigido a controlar adecuadamente la diabetes o el aumento de triglicéridos si es que existieran estas enfermedades.
¿Es contagioso?
La esteatosis hepática no es una enfermedad contagiosa.
¿Cuál es el tratamiento de la esteatosis hepática?
Para el tratamiento de la esteatosis hepática es fundamental seguir una serie de hábitos de vida saludables como:
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Reducción de peso en caso de sobrepeso u obesidad. Se ha demostrado que la pérdida mantenida de peso es la única medida que permite parar la evolución de la enfermedad e incluso mejorar la situación del hígado.
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Realización de ejercicio físico.
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Abandono del alcohol y el tabaco.
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Si bien se han probado algunas medicinas para su tratamiento, incluso con un discreto éxito, en la actualidad no se recomienda la utilización de ninguna de ellas.
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Dado el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular de los pacientes con hígado graso no alcohólico, se recomienda un control adecuado de sus factores de riesgo, como la diabetes, la hipertensión o el aumento de colesterol y triglicéridos. Las medicinas para reducir el colesterol (estatinas) son seguras en estos pacientes.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.