Diversos estudios han evaluado la eficacia de la
dieta y del
ejercicio para mejorar la calidad de vida y la supervivencia en personas que ya han superado un cáncer.
En general, la obesidad, la
inactividad y una dieta poco saludable se han asociado con una menor supervivencia tras el cáncer. Sin embargo, son pocos los estudios dirigidos a controlar el peso, aumentar la actividad física y modificar la dieta hacia un patrón saludable, que han demostrado ser eficaces para prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Dieta después del cáncer
Los estudios que han evaluado la eficacia de la dieta sobre la progresión o recurrencia del cáncer se han realizado fundamentalmente en mujeres con cáncer de mama o en varones con cáncer de próstata.
Cáncer de mama
Si bien no existen estudios concluyentes, una
dieta baja en grasas podría mejorar discretamente el pronóstico de las mujeres con
cáncer de mama diagnosticado en fases tempranas. Sin embargo, los resultados de los estudios son contradictorios y actualmente no puede recomendarse ningún tipo concreto de dieta para prevenir la recurrencia o mejorar el pronóstico. Es posible que los efectos beneficiosos observados en alguno de estos estudios, se deban más a la pérdida de peso observada en el grupo que consumió la dieta baja en grasas, que al tipo de dieta en sí mismo.
Cáncer de próstata
Al igual que con el cáncer de mama, existen datos que sugieren que una
dieta baja en grasas, fundamentalmente
baja en grasa saturadas (de origen animal) y
rica en frutas y verduras, se asocia a un mejor pronóstico en pacientes con cáncer de próstata en estadios tempranos. Sin embargo, los resultados de los diferentes estudios no coinciden completamente y, actualmente, tampoco puede recomendarse ninguna dieta concreta con la seguridad de que efectivamente vaya a mejorar el pronóstico.
Cáncer de colon y recto
Si bien diversos estudios sugieren que algunos aspectos de la dieta podrían influir en el pronóstico de los pacientes con cáncer de colon,
no se ha podido demostrar que modificaciones en la dieta mejoren dicho pronóstico. Por este motivo tampoco existen actualmente recomendaciones dietéticas para pacientes que ya han sido tratados de un cáncer de colon.
Ejercicio físico después del cáncer
Globalmente el ejercicio mejora numerosos aspectos de los pacientes con cáncer como el cansancio, el estado de ánimo y la calidad de vida. Su efecto sobre el pronóstico ha sido también estudiado en diferentes tipos de cáncer.
Cáncer de mama
Numerosos estudios de observación han demostrado que las mujeres con cáncer de mama que realizan ejercicio físico tienen un mejor pronóstico que aquellas que no practican ejercicio, si bien
ningún estudio ha demostrado de forma definitiva este efecto en ensayos clínicos bien diseñados. En cualquier caso, el ejercicio mejora la autoestima, la percepción corporal, reduce la ansiedad y depresión, aumenta la fuerza y capacidad muscular y, globalmente, mejora la calidad de vida.
Cáncer de próstata
Estudios de observación sugieren que la
actividad física regular (en general caminar un cierto número de horas a la semana), se asocia con una menor rapidez de progresión del cáncer y una mayor supervivencia. No existen, sin embargo, estudios específicamente diseñados para evaluar si aumentar la actividad física mejora el pronóstico de estos pacientes.
Cáncer de colon y recto
Diversos
estudios epidemiológicos sugieren que la actividad física se asocia a un mejor pronóstico en estos pacientes.
Relación entre el peso y el cáncer
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diferentes cánceres pero también con un peor pronóstico y un mayor riesgo de recurrencias tras el tratamiento.
Cáncer de mama
Cuanto mayor es el peso de la paciente en el momento del diagnóstico, peor es su pronóstico. También se ha observado que
la ganancia importante de peso después del tratamiento se asocia con un peor pronóstico. Sin embargo no existen estudios concluyentes que hayan demostrado que un programa activo de pérdida de peso después de tratado el cáncer tenga algún impacto sobre su recurrencia y supervivencia.
Cáncer de próstata
También
la obesidad se asocia con un peor pronóstico en los pacientes a los que se les diagnostica de un cáncer de próstata. Sin embargo no existen estudios que hayan demostrado que el perder peso modifique el pronóstico.
Cáncer de colon y recto
Al igual que para el resto de cánceres, la obesidad implica un peor pronóstico en estos pacientes sin que se haya evaluado si la pérdida de peso mejora la supervivencia.
Recomendaciones de la Sociedad Americana de Cáncer y del Colegio Americano de Medicina del Deporte
Estas dos Sociedades realizan las siguientes recomendaciones generales sobre dieta y ejercicio físico para los pacientes que hayan superado un cáncer:
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Mantenga un peso adecuado. Si es obeso o tiene sobrepeso intente reducirlo.
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Mantenga una vida físicamente activa realizando un mínimo de 30 minutos al día de ejercicio físico moderado o intenso, un mínimo de 5 días a la semana.
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Realice una dieta rica en frutas y verduras y baja en grasas de origen animal.
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Limite el consumo de alcohol.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.