Atención de rutina
Se debe consultar con el pediatra siempre que se tenga cualquier duda sobre la salud del niño, incluso si es por temas de rutina, como el uso de medicamentos, enfermedades menores, lesiones, cuestiones relacionadas con el comportamiento o incluso consejos sobre cómo criarlos. Sin embargo, recuerde que es posible que su pediatra no pueda responder sus preguntas sin antes ver a su hijo.
Síntomas que requieren cita preferente con el pediatra
A veces, es difícil decir si su hijo está enfermo o no. Sin embargo, por lo general, no es necesario obtener atención de urgencia ni ir al hospital por un simple resfriado o tos, diarrea leve, estreñimiento, o problemas para dormir. Pero si su hijo tiene alguno de los siguientes síntomas, comuníquese con el pediatra para que le atienda en menos de 24 horas:
-
Vómitos y diarrea que duran más de algunas horas en un niño de cualquier edad.
-
Cualquier tipo de tos o resfriado que no mejore en varios días, o un resfriado que empeore y esté acompañado de fiebre.
-
Cojera o incapacidad de mover un brazo o una pierna.
-
Dolor de oído con fiebre.
-
Secreción por un oído.
-
Dolores graves de garganta o problemas para tragar.
-
Dolores punzantes o persistentes en el abdomen o el estómago.
-
Dolor que empeora o que no desaparece después de varias horas.
-
Fiebre y vómitos repetidos al mismo tiempo.
-
Sangre en la orina.
-
Diarrea con sangre o diarrea que no desaparece.
-
No poder beber líquidos durante más de 12 horas.
Atención de urgencia
Acuda al servicio de urgencias de un hospital en el caso de observar que el niño aparentemente se encuentra gravemente enfermo o lesionado, o si su bebé o su niño tienen alguno de los siguientes síntomas:
-
Una temperatura rectal de 38 °C o más alta en un bebé menor de 2 meses.
-
Un corte o una quemadura que sean grandes, profundos o que involucren la cabeza, el pecho, el abdomen, las manos, la ingle o la cara.
-
Cortes que puedan necesitar puntos de sutura.
-
Sangrado que no se detiene aplicando presión directa sobre la herida.
-
Sospecha de intoxicación.
-
Convulsiones (sacudidas rítmicas y pérdida de la conciencia).
-
Dificultad para respirar.
-
Piel o labios de color azul, púrpura o gris.
-
Rigidez en el cuello o erupción con fiebre.
-
Una lesión en la cabeza con pérdida de la consciencia, confusión o vómitos.
-
Pérdida repentina de la energía o incapacidad de moverse.
-
Pérdida del conocimiento o falta de respuesta.
-
Intolerancia a la toma de cualquier líquido (lo vomita) de horas de duración.
Consejos antes de llamar a un médico y durante la llamada
Antes de realizar la llamada, tenga preparado un bolígrafo y papel para escribir cualquier instrucción y pregunta. Es fácil olvidarse de las cosas, especialmente si está preocupado por su hijo. Durante la llamada, asegúrese de que su hijo esté si es posible cerca del teléfono, por si necesita responder cualquier pregunta.
-
Fiebre. Si usted cree que su hijo tiene fiebre, tómele la temperatura antes de llamar. Si su hijo tiene fiebre, anote la temperatura y la hora en la que la tomó.
-
Problemas médicos. Recuérdele al médico los problemas médicos anteriores (como asma, convulsiones u otras afecciones). Este atiende a muchos niños por día, y es posible que no recuerde la historia clínica de su hijo.
-
Medicamentos. Asegúrese de mencionar si su hijo está tomando algún medicamento, incluidos los fármacos recetados y los de venta libre, los inhaladores, los suplementos, las vitaminas, los productos a base de hierbas o los remedios caseros.
-
Vacunas. Tenga los registros de las vacunas aplicadas al alcance de la mano. Estas son especialmente útiles si su hijo tiene algún problema que pueda requerir una vacuna.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.