Diccionario de enfermedades

Bronquitis crónica

¿Cómo se diagnostica la bronquitis crónica?
La bronquitis crónica es una enfermedad caracterizada por la presencia de tos y expectoración crónicas y, en fases muy evolucionadas, dificultad progresiva para respirar (disnea). Esta enfermedad pertenece al grupo de enfermedades conocidas como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) junto con el enfisema.

En la mayoría de las ocasiones los médicos se refieren a la bronquitis crónica de forma genérica con el nombre de EPOC. Sin embargo, en estadios iniciales, cuando todavía no existe obstrucción para el paso del aire y solo existen tos y expectoración crónicas se debe denominar bronquitis crónica, pero no EPOC.

¿Cuáles son las causas de la bronquitis crónica?


Las causas más frecuentes de bronquitis crónica son las mismas que las que producen otros tipos de EPOC:
  • La mayoría de bronquitis crónicas se producen en fumadores. Existe una clara relación entre el número de cigarros diarios consumidos y los años de tabaquismo con el desarrollo de bronquitis crónica.
  • Probablemente determinados condicionantes genéticos favorecen que, con la misma cantidad de tabaco consumido, unas personas tengan más predisposición a desarrollarla que otras.
  • Otros factores como el tabaquismo pasivo, la polución ambiental, la inhalación de determinados productos químicos u orgánicos, etc. podrían relacionarse también con el desarrollo de bronquitis crónica aunque la relación no se ha demostrado de forma inequívoca.

¿Qué síntomas produce la bronquitis crónica?


Los síntomas de la bronquitis crónica son:
  • En fases iniciales la presencia de tos y expectoración. Para establecer el diagnóstico se requiere que existan tos y expectoración durante al menos 3 meses al año. Característicamente, los pacientes con bronquitis crónica suelen tener tos y expectoración crónica durante muchos años antes de que desarrollen dificultad respiratoria. El abandono del tabaco en estos momentos puede retrasar o evitar la evolución hacia la EPOC.
  • Cuando la enfermedad evoluciona y se produce una obstrucción crónica al paso de aire, aparece dificultad para respirar que inicialmente puede aparecer tan solo ante grandes esfuerzos (subir cuestas o escaleras, caminar muy rápido, etc.), para lentamente ir progresando y llegar a afectar la realización de pequeñas actividades cotidianas.
  • Los pacientes con bronquitis crónica suelen ser obesos.
  • Estos pacientes sufren con frecuencia reagudizaciones como consecuencia de infecciones respiratorias. Estas reagudizaciones se acompañan de aumento de la tos, cambios en la cantidad y coloración del esputo y aumento de la dificultad respiratoria que puede aparecer ante mínimos esfuerzos o incluso en reposo. Puede también asociarse fiebre y dolor en el pecho.

¿Se puede prevenir la enfermedad?


Sí, las personas que no fuman o que abandonan el consumo de tabaco tienen menor riesgo para desarrollar bronquitis crónica.



¿Cómo se diagnostica la bronquitis crónica?


El diagnóstico de bronquitis crónica se realiza por la historia clínica (tos y expectoración durante más de 3 meses al año) y tras descartar otras enfermedades pulmonares mediante una radiografía de tórax y en ocasiones un TAC. En situaciones avanzadas, cuando la bronquitis crónica se asocia a una EPOC, se debe demostrar una obstrucción permanente al paso de aire a través de los bronquios. Para ello se debe realizar una espirometría, una prueba que consiste en soplar por una boquilla para ver la capacidad de los pulmones. La cantidad de aire expulsado durante el primer segundo de una espiración forzada, es decir, todo el aire que se logra expulsar en el primer segundo cuando se solicita al paciente que eche de golpe todo el aire que tiene retenido en los pulmones, se llama FEV1. El FEV1 está disminuido en los pacientes con EPOC, si bien la cantidad de aire que globalmente movilizan los pulmones (capacidad vital forzada o CVF) suele ser normal. La relación FEV1/CVF estará por tanto baja.

En situaciones avanzadas de la enfermedad pueden observarse alteraciones en la cantidad de los gases que son transportados por la sangre, fundamentalmente oxígeno y anhídrido carbónico, al realizar una gasometría. Cuando la FEV1 disminuye mucho, es decir la enfermedad progresa, puede haber una paulatina reducción de la cantidad de oxígeno de la sangre y, en situaciones más avanzadas aún, una retención de anhídrido carbónico (CO2). A veces estas alteraciones sólo se ven cuando hay una complicación (como una neumonía, una infección, un ataque agudo de broncoespasmo, etc.) y cuando ésta se corrige, también se corrigen las alteraciones de los gases. Sin embargo, en fases muy avanzadas de la enfermedad, estas alteraciones están presentes sin que haya complicaciones añadidas.

¿Cuál es su pronóstico?


El pronóstico de las bronquitis crónicas es bueno si el paciente no ha desarrollado una EPOC y abandona el consumo de tabaco. Numerosos estudios han demostrado que el pronóstico posterior depende del valor en el que se sitúe la FEV1. La pérdida de la capacidad pulmonar es progresiva y puede detenerse si se abandona el tabaquismo. Las infecciones pulmonares, frecuentes en estos pacientes, pueden producir una pérdida acelerada de la capacidad de los pulmones. El pronóstico se establece de acuerdo a los estadios GOLD:

Estadio GOLD Gravedad Síntomas Espirometría
0 Riesgo de padecer EPOC Tos y expectoración Normal
I Leve Con o sin tos crónica y producción de esputo FEV1 > 80% de la teórica y FEV1/CVF < 0,7
II Moderada Con o sin tos crónica y producción de esputo FEV1 entre 50% y 80% de la teórica y FEV1/CVF < 0,7
III Grave Con o sin tos crónica y producción de esputo FEV1 entre 30% y 50% de la teórica y FEV1/CVF < 0,7
IV Muy grave Con o sin tos crónica y producción de esputo FEV1 <30% de la teórica y FEV1/CVF < 0,7 ó FEV1<50% o signos de cor pulmonale

¿Cuál es el tratamiento de la bronquitis crónica?


Tratamiento crónico

El tratamiento crónico en personas con bronquitis crónica estable está dirigido a aumentar la supervivencia de estos pacientes y a mejorar los síntomas. Las únicas acciones que han demostrado mejorar la supervivencia son:
  • El abandono del tabaco en los fumadores.
  • La utilización de oxígeno cuando haya indicación.
  • Algunos datos sugieren que la utilización de corticoides inhalados podría reducir también la mortalidad.
El resto de tratamiento es sólo para mejorar los síntomas pero no para modificar el pronóstico. Entre estos tratamientos se encuentran:
  • Broncodilatadores. Se administran en forma de inhalación, bien utilizando una cámara especial (como una botella donde se respira dentro) o un inhalador en espray. Existen varios tipos de broncodilatadores:
  • Agonistas beta-2: salbutamol, salmeterol, indacaterol o formoterol.
  • Anticolinérgicos: bromuro de tiotropio o ipratropio.
  • Corticoides: fluticasona.
El efecto es más prolongado para alguno de ellos, con lo que pueden administrarse 1 o 2 veces al día, mientras que otros requieren una utilización más frecuente. En muchas ocasiones los distintos medicamentos vienen mezclados en el mismo inhalador.
  • Teofilinas. Es muy dudoso que su utilización realmente produzca mejoría.
  • Oxígeno domiciliario. El oxígeno domiciliario se utiliza en personas con un nivel de oxígeno en sangre (pO2) menor de 55 mmHg, o menor de 60 mmHg si se asocia cor pulmonale. Cuantas más horas esté puesto, mayor es la supervivencia.
Los pacientes con EPOC deben vacunarse de la gripe y del neumococo.

No hay indicación para utilizar tratamiento con antibióticos de forma rotatoria para reducir el riesgo de exacerbaciones.

Algunos estudios han demostrado que programas de rehabilitación respiratoria y cardiovascular, mejoran la calidad de vida y reducen el número de exacerbaciones.

En pacientes jóvenes, generalmente menores de 65 años, sin enfermedades añadidas y con una situación pulmonar dramática, puede existir indicación para el trasplante de pulmón.

Tratamiento de las reagudizaciones

Las reagudizaciones suelen ser debidas a infecciones pulmonares sobreañadidas, mucho más frecuentes en estos pacientes que en la población general. Durante una reagudización, los pacientes suelen recibir tratamiento con:
  • Oxígeno en forma de mascarilla o gafas nasales.
  • Antibióticos si se sospecha una infección. Estos antibióticos pueden ser más o menos potentes en función de si hay o no una neumonía, y de si ésta ha podido ser adquirida en el interior de un hospital u otra institución cerrada. Algunos pacientes con EPOC de larga evolución están crónicamente infectados (colonizados) por gérmenes muy resistentes a los antibióticos, fundamentalmente estafilococos o pseudomonas. En estas circunstancias es muy difícil erradicar la infección y suele ser necesario administrar antibióticos por vena de forma prolongada y, ocasionalmente, antibióticos inhalados.
  • Corticoides, generalmente por vena o por boca.
  • Broncodilatadores en aerosol (nebulización) o mediante inhaladores.

Otras recomendaciones

  • La legislación indica que no se debe conducir si se padece de dificultad respiratoria (disnea) en reposo o ante pequeños esfuerzos.
  • Muchos pacientes con EPOC no comen adecuadamente por la aparición de dificultad respiratoria al cocinarse la comida. Esto conduce a desnutrición, la cual empeora los síntomas, facilita el desarrollo de infecciones pulmonares y agrava la enfermedad. Por este motivo se deben seguir los siguientes consejos:
  • Coma de poco en poco y cantidades pequeñas pero con un gran valor nutritivo (huevos por ejemplo).
  • Coma alimentos precocinados y que no requieran especial preparación.
  • Algunos suplementos nutricionales en forma de batidos pueden ser recomendables.
  • Descanse antes de prepararse la comida.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.