Una
bronquitis aguda es una
infección de los bronquios, los conductos del pulmón por los que pasa el aire hasta llegar a los alvéolos. Es una de las infecciones más frecuentes de las vías respiratorias. En general
no se trata de una infección grave a no ser que afecte a personas que ya tienen una
enfermedad crónica del pulmón, como una EPOC, una
bronquitis crónica, un enfisema, etc.
En estas circunstancias, las bronquitis pueden producir una
reagudización del EPOC, con aumento de la dificultad respiratoria que obliga en muchas ocasiones al ingreso hospitalario. Cuando la bronquitis aguda se produce en personas sin enfermedad pulmonar previa no suele producir dificultad respiratoria, y el tratamiento se realiza de forma ambulatoria.
En ocasiones, sin embargo, la infección de los bronquios produce una irritación de los mismos que hace que se cierren, dando lugar a una especie de
asma denominado
broncoespasmo o
hiperreactividad bronquial, que se acompaña de pitos en el pecho (sibilancias) y dificultad respiratoria (bronquitis asmática).
Causas de la bronquitis aguda
Las bronquitis agudas suelen ser
infecciones por virus y, más raramente, por
bacterias. Son más frecuentes en fumadores, en personas expuestas a humos y gases, y en personas con enfermedades previas del pulmón.
Síntomas de la enfermedad
Los síntomas más frecuentes de las bronquitis agudas son:
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Tos, inicialmente seca, aunque posteriormente puede acompañarse de abundante expectoración que puede ser blanca, amarilla o verdosa.
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Ruidos respiratorios (tener el pecho como una locomotora o como una olla hirviendo). Si se asocia a broncoespasmo pueden escucharse sibilancias, unos pitidos que generalmente se oyen al expulsar el aire.
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Puede haber fiebre aunque generalmente no muy alta, junto a malestar general y a opresión en el pecho.
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Dificultad respiratoria (disnea). Se produce cuando la bronquitis afecta a una persona que ya estaba mal de los pulmones por una enfermedad pulmonar crónica (EPOC, bronquitis crónica, enfisema, fibrosis pulmonar, etc.) o cuando la bronquitis se asocia con la irritación y cierre de los bronquios (broncoespasmo), produciendo una especie de asma que puede acompañarse de dificultad para respirar.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de las bronquitis agudas es clínico. La
radiografía de tórax no suele mostrar alteraciones o éstas son inespecíficas, ésta es la prueba fundamental para diferenciarla de una neumonía. Se puede solicitar un cultivo del esputo para determinar los gérmenes responsables de la infección.
¿Puede prevenirse?
La prevención de la bronquitis aguda es la misma que la del resto de
cuadros catarrales, evitar la exposición a personas con un catarro.
¿Cuál es el pronóstico de la bronquitis aguda?
El pronóstico de las bronquitis agudas suele ser satisfactorio. En general dura un par de semanas aunque la tos puede mantenerse unas semanas más.
¿Cuál es el tratamiento de la bronquitis aguda?
La mayoría de las bronquitis son víricas por lo que no suele ser necesario tratamiento antibiótico, tan solo
tratamiento sintomático bebiendo abundantes líquidos, tomando medicinas para la fiebre o el malestar general y pudiendo tomar alguna medicina para reducir la tos y favorecer la expectoración.
Si después de unos días con este tratamiento no hay mejoría, la bronquitis puede ser bacteriana o puede haberse complicado con una infección bacteriana por lo que, en estas circunstancias, debe valorarse la toma de antibióticos.
Cuando la bronquitis afecta a una persona con enfermedad pulmonar previa se debe poner
tratamiento con antibióticos y, si hiciera broncoespasmo, con medicinas para abrir los bronquios (broncodilatadores) en forma de inhaladores o aerosol.
En pacientes con broncoespasmo importante o con enfermedad pulmonar previa puede ser necesario el ingreso hospitalario, la
administración de oxígeno, la utilización de corticoides por vena y los antibióticos potentes por vena.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.