Y a los 50 ... ¿por qué no? 

Esta fue la pregunta que me hice hace más de un año cuando por primera vez pensé en una estancia formativa en un centro de referencia.

Verano de 2012. Estaba en un campamento para niños oncológicos en Barretstown, Irlanda. Allí coincidí con otra médico española que, tras haber hecho su residencia en pediatría en España, se fue a Canadá para una estancia formativa, fellowship, en oncología pediátrica de tres años. Tuve envidia sana, no lo puedo negar. La formación en oncología pediátrica en nuestro país no está contemplada como tal y sin embargo es una subespecialidad donde se requiere mucha experiencia y el manejo de patologías muy distintas con fármacos muy específicos. Tenemos la opción de aumentar nuestros conocimientos durante el período de residencia en la especialidad y hacer una rotación externa en un hospital de referencia con gran volumen de pacientes y con avanzados estudios de investigación de primera línea, pero una vez que estamos trabajando en una plaza más o menos estable el acceso a la formación más específica es complicado.

La Sehop, Sociedad Española de Hemato Oncología Pediátrica, aglutina prácticamente la totalidad de facultativos y hospitales españoles donde se tratan pacientes con esta patología. De esta manera podemos utilizar los mismos protocolos, tenemos la seguridad y la tranquilidad de poder ofrecer a los niños el mismo tratamiento, vivan donde vivan. Y en un plano personal, la Sehop nos da la oportunidad de conocernos entre los facultativos que trabajamos en esta especialidad para mantener contactos periódicos y poder comentar casos de pacientes más difíciles, en los que es muy importante la opinión de los expertos en otros hospitales. Tenemos nuestra reunión anual de la sociedad y otras muchas jornadas a lo largo del año, organizadas por distintos miembros donde realizamos una puesta al día de temas generales o monográficos.

La oncología y la hematología en adultos son especialidades donde la investigación en nuevas terapias ha sido y sigue siendo fundamental, pero sin ser ajenos los niños. Hay muchos estudios de investigación, nuevas estrategias de diagnóstico, nuevos marcadores biológicos y genéticos, nuevos fármacos, nuevos tratamientos, etc. que definen mejor las enfermedades y se traducen en terapias  personalizadas más tolerables y con mejores resultados. Todo ello nos obliga a estar al día. Y cuando ves la disposición e ilusión que tienen los jóvenes para la formación es cuando nos preguntamos… y a los 50 ¿por qué no?

Contacté con el doctor Carlos Rodríguez Galindo, profesor asociado del Departamento de Pediatría de la Universidad de Harvard y director médico de la sección de ensayos clínicos y terapia experimental de oncología pediátrica y director del programa para tumores sólidos del Instituto para el Cancer Dana-Farber / Boston Children’s Hospital. Mi perfil se adecuaba muy bien al programa de formación que me han ofrecido y después de muchos papeles y organización, aquí estoy, dispuesta a irme durante 10 semanas para hacer una inmersión en oncología pediátrica.

Quiero agradecer al Colegio de Médicos de Navarra por su iniciativa en la Beca Senior para formación e investigación porque también ha considerado que es fundamental y debería ser obligatorio un reciclaje cada cierto tiempo para confirmar conocimientos y aplicarlos a nuestros pequeños pacientes. Quiero agradecer a mis compañeros de pediatría del Complejo Hospitalario de Navarra su apoyo y especialmente a mi compañero y jefe de la Unidad de Oncología Infantil, doctor Javier Molina, quien me ha facilitado el poder disfrutar de esta estancia en el Boston Children’s Hospital y quien deberá asumir en gran medida mi trabajo durante mi estancia en el citado hospital.

Nos vemos a la vuelta. ¡Feliz año!


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