Según el Informe
Salud Mental España 2023 de la
Confederación Salud Mental España, “6 de cada 10 españoles se sienten preocupados, temerosos, deprimidos o tristes un año después del fin de la pandemia, y 4 de cada 10 valora negativamente su salud mental”.
El
doctor Salvador Casado (@DoctorCasado), médico de
Atención Primaria, consideraba estos días en la red social X, que “la
gestión de las emociones es una de las asignaturas que más nos cuestan. Todos los días llegan a consulta personas desbordadas por sus emociones”. En este sentido, el científico asturiano
Carlos López-Otín, autor de 'La levedad de las libélulas', piensa que hacen falta medidas integradoras que se anticipen "la
ola de ansiedad y tristeza que nos invade”. Se trata de una nueva realidad social, que como no podría ser de otra manera, también afecta a los miles de
directivos y profesionales comprometidos con la gestión sanitaria, haciéndose necesario desarrollar estrategias para recuperar la salud, no solo mental, sino emocional e integral, de las personas.
Los
hospitales y centros de salud son organizaciones vivas que, como el ser humano, también pueden enfermar, necesitando atención y cuidados que promuevan su salud, entornos favorecedores libres de tóxicos y directivos que ejerzan un
liderazgo sano y efectivo, porque se enfrentan en el día a día a situaciones y problemas que van cambiando e interactuando entre sí y que, a la larga, si no se resuelven contaminan a la organización y terminan afectando a sus profesionales, que pueden sufrir
estrés, desmotivación y un mal ambiente de trabajo.
"Los hospitales y centros de salud son organizaciones vivas que, como el ser humano, también pueden enfermar, necesitando atención y cuidados que promuevan su salud"
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La salud del directivo va desde gozar de buena salud personal a la capacidad de
adaptación al cambio, ejerciendo un
liderazgo cercano y empático, que inspire a los profesionales a dar lo mejor de sí, porque en los tiempos de la inmediatez, son la
comunicación y las
relaciones honestas con los equipos lo que transforma los problemas en
oportunidades, el estrés en
pragmatismo y la desmotivación en
colaboración y crecimiento.
Aunque los directivos sanitarios tienen la responsabilidad de cuidar de su salud, también tienen que
cuidar de la salud de sus equipos y la de la organización que dirigen, y para ello propongo tres recetas:
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1. Cuidar la salud física y mental, convirtiendo en hábito llevar un estilo de vida sana, libre de tóxicos, con alimentación equilibrada, descanso reparador y practicando ejercicio físico de manera continuada. Igual de importante es cuidar la alimentación mental, porque la mente también consume nutrientes, y lo hace a través de los cinco sentidos, cuyos estímulos el cerebro convierte en datos e información, para posteriormente convertirse en conocimiento y sabiduría. Si los datos y la información son tan importantes para la mente, hay que cuidar y poner nuestra atención en lo que nos enriquece, eligiendo bien las fuentes y la información que recibimos, porque las conexiones intersinápticas que se generan en nuestro cerebro van determinando el mapa cerebral, el aprendizaje y la memoria, y por lo tanto, hay que evitar el consumo de información falsa, bulos, mentiras y trampas, porque será información tóxica que generará conocimientos equivocados.
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2. Cuidar la Salud emocional. El directivo, además de conocerse a sí mismo, tiene que conocer a sus equipos para entender sus fortalezas, debilidades y motivaciones. Es fundamental cuidar la gestión emocional, como se cuidan la gestión económica y los resultados, porque las habilidades blandas (soft skills) ejercen como potentes agentes antioxidantes de las organizaciones.
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3. Cuidar la salud relacional, porque a los directivos que conectan y crean equipo, les ocurre como a las conexiones neuronales, que generan nuevos mapas cerebrales, comparten retos y construyen relaciones emocionales que trasciendan de la organización a la sociedad. Porque los hospitales y centros de salud no están aislados, sino inmersos en la sociedad, y en el mundo conectado que nos ha tocado vivir, con lo bueno y con lo malo, hay que entender a la opinión pública, aunque no sea la opinión de la mayoría, y gestionar las redes sociales, porque como decía Elisabeth Noelle-Neumann, se trata de “nuestra piel social”, y por lo tanto, también necesita cuidados para su salud.
La práctica directiva de recetas que cuiden de la salud física, mental, emocional y relacional, probablemente forme parte de esas medidas integradoras que se anticipen a "la ola de ansiedad y tristeza que nos invade”, que decía el profesor López Otín, ejerciendo de
muro protector de la salud de los directivos, de los profesionales y de nuestras organizaciones sanitarias.