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19 jun. 2024 12:00H
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Llega el verano y aumentan las temperaturas, la inclinación del Polo Norte hacia el Sol hace que la Tierra reciba más luz solar directa, por lo que los días son más largos y las temperaturas más cálidas. Con la llegada del verano también aumenta la temperatura ambiente en los Centros de Salud de Atención Primaria, donde la falta de Médicos y de profesionales en general, vuelve a cogernos, como cada año, “con las manos en la masa”, título de la canción de Sabina y Vainica Doble, para el programa de cocina de Elena Santonja en TVE:

“Siempre que vuelves a casa, me pillas en la cocina, embadurnada de harina, con las manos en la masa”.

Con las manos en la masa - sintonía del programa de tv · Vainica Doble y Sabina.

La Medicina Familiar y Comunitaria no es una especialidad atractiva para la mayoría de los nuevos licenciados en Medicina, y desde hace años quedan plazas libres, que nadie elige para formarse. Las condiciones que ofrece la plaza no son atractivas para un personal con altas aspiraciones, como tampoco lo son las limitaciones que muchos encuentran o el escaso reconocimiento y prestigio al que aspira la especialidad.

Como cada verano, vuelven a aparecer titulares en los medios de comunicación que reflejan el malestar en los centros sanitarios y las protestas en la calle: “La falta de Médicos de Familia se vuelve endémica”, “En España hay un déficit de 4.500 Médicos de Familia, y en los próximos años faltarán mil más”, “El turismo satura la AP en verano”, “Andalucía sopesa cerrar centros de salud en verano por falta de médicos”, “La falta de médicos en 'el peor verano' llevará a cerrar centros de salud”… Y podríamos seguir.

¿Hay solución para este problema o el problema es otro?

Desde luego nos estamos jugando cada año el prestigio de la sanidad pública, que debe de ser integral y no parcelar. Seguro que no hay recetas mágicas, pero sugiero recurrir a través de la música al arte de la cocina, para tomar notas que nos ayuden a confeccionar con lo básico el mejor menú de verano posible.

“Niña, no quiero platos finos, vengo del trabajo y no me apetece pato chino, a ver si me aliñas un Gazpacho con su ajo y su pepino”.

La función directiva, ya sea en Gestión Sanitaria o en la buena cocina, tiene muchas semejanzas, y desde luego, el buen resultado no es cuestión de suerte, sino de saber hacer para crear una experiencia positiva. La buena cocina necesita que se cuide el detalle, disponer de un espacio limpio y ordenado, emplear buenos ingredientes, seguir un orden en la preparación de platos, y poner paciencia y mucha pasión en lo que haces.

De la misma manera, en Gestión Sanitaria y dirección de equipos de Atención Primaria, es necesario cuidar y atender las pequeñas cosas, disponer de entornos ordenados, con equipos técnicos que ayuden a resolver los problemas de los pacientes y con equipos humanos comprometidos con su trabajo, hacer la secuencia de cambios necesarios de manera ordenada, abierta y flexible, y por último, pero no menos importante, poner paciencia y mucha pasión en lo que se hace.

Atención Primaria es calidad, resolución y seguridad, pero sobre todo empatía, cuidados y cercanía con los pacientes. Los cambios que se lleven a cabo no pueden convertirse en el recurso fácil del sistema o de cualquier directivo para “modernizar” su institución ni para dejar su impronta. Tampoco pueden convertirse en campo de experimentación, después de asistir a un curso sobre innovación y cambio en salud, sin planificación y sin estar convencido de la oportunidad del momento para llevarlos a cabo. Es necesario que las organizaciones, sus profesionales y los usuarios estén preparados para los cambios, y si no lo están, ese es el primer reto.

Antes de iniciar un cambio para llegar a la Atención Primaria que queremos, hay que ordenar y hacer atractivo el entorno laboral. Hemos pedido innovación cuando Médicos de Familia o Enfermeras no disponían de consulta propia en el Centro de Salud. Es necesario poner en valor el trabajo diario de los profesionales que forman el equipo de AP, humilde y esforzado, que ofrece respuestas con calidad y seguridad, pero por más estándares, ratios o mejoras posibles, seguro que habrá profesionales y sobre todo pacientes que apuesten por lo más básico, dar una atención cercana, humana y resolutiva.

“A ver si me aliñas un Gazpacho con su ajo y su pepino. Papas con arroz, bonito con tomate, Cochinillo, caldereta”.

Quien ama la buena cocina sabe que hay que cuidar además la experiencia completa del proceso de cocinar, planificar la receta, aplicar las dosis correctas, utilizar los utensilios adecuados y de calidad, manejar la sal y las especias con sumo cuidado, y por supuesto, dar el tiempo necesario a cada alimento. Con estas premisas solo falta prepararse para disfrutar de la experiencia y compartirla con los tuyos, aunque sea un simple “Lacón con grelos, bacalao al pil-pil y un poquito 'e perejil”.

Para los amantes de la cocina sofisticada, David Chang, uno de los mejores chefs del mundo, ha confesado que “Los patrones muestran que el éxito de los platos no se debe al azar. Sus claves para que la comida sea deliciosa son dos:

  • La fórmula mágica de la sal: El éxito de un plato depende de encontrar su proporción exacta.
  • El equilibrio entre lo exótico y lo familiar, convirtiendo en vanguardista lo familiar y haciendo que lo exótico te resulte familiar.

Tampoco en Gestión Sanitaria el éxito se debe al azar. La Gestión y la Comunicación no es cuestión de suerte, como bien defienden desde hace años en doctortrece, mi admirada agencia de Comunicación.

Para realizar el tránsito exitoso de un proceso de cambio en Atención Primaria hay que adoptar nuevas perspectivas y buscar nuevos horizontes en los que podamos ver otras oportunidades que hasta ahora no logramos visualizar.

Para ello habrá que disponer de las herramientas prácticas y la tecnología adecuadas, así como el asesoramiento experto para aplicarlas, porque en la planificación no puede haber errores.

Finalmente, en el cambio habrá que garantizar que sea un proceso de cambio humanista, que refuerce la confianza de los profesionales y de la ciudadanía, para que ese cambio lo hagan suyo.

La actriz Sofía Loren escribió 'Recetas y Recuerdos', un maravilloso libro con hermosas fotos de Alison Harris, y cuya dedicatoria dice: “A mi abuela Nonna Luisa, no solo por todo lo aprendido de ella, sino por su habilidad para transformar la comida más vulgar en un manjar delicioso”. Sin duda una receta para los cambios transformacionales que quieran hacerse en Atención Primaria y en la sanidad pública en general, porque la mayoría, estaríamos de acuerdo en ello.