Acabamos de conocer la información que nos revela que el Tribunal de Cuentas determina que hasta ahora el rescate bancario que el Gobierno de Rajoy acometió en 2012, nos habría costado 69.700 millones de euros.
Esa es una cantidad similar al presupuesto anual del SNS y aunque sé que no han sido los recortes en sanidad las únicas partidas que se han sacrificado para acometer este rescate, sí que es cierto que la sanidad pública ha sido uno de los sectores más sacrificados para hacer posible el rescate bancario ya que en materia de presupuesto sanitario, el recorte acumulado ha sido de unos 28.000 millones en el periodo 2012-2016.
Rajoy siempre ha negado que España haya sido rescatada gracias a su gestión política pero esta es una afirmación que no es cierta. España fue rescatada a través de este rescate bancario que se pudo acometer accediendo a las exigencias de Bruselas en forma de un memorándum en el que nuestro Gobierno comprometía una serie de medidas de ajuste y de recortes que periódicamente son revisadas por los llamados "hombres de negro".
Bruselas y Rajoy usaron el rescate de la banca como la excusa necesaria para el ajuste presupuestario que interesaba en la UE.
En estas medidas acordadas para recibir el apoyo de Bruselas a este rescate, se incluían también todos los recortes que ha acometido Rajoy en el SNS.
Recortes puros y duros que, (sin reformas estructurales), hacen que ahora en 2017 el SNS tenga problemas estructurales para ser viable, sea un sistema sin políticas ni fondos de cohesión, un sistema con una pérdida de más de 25.000 profesionales respecto a 2011 y con una política profesional caracterizada por la precariedad, un sistema que ha perdido su característica de universalidad para cualquier ciudadano, un sistema con récord en listas de espera y desigualdades de acceso y un sistema que tiene un déficit anual entre los 7.000 y los 10.000 millones de euros.
En el caso de las listas de espera según datos oficiales del sistema de información de listas de espera del SNS aprobados por el Consejo Interterritorial y publicados en la web del ministerio, el balance de la legislatura del gobierno del señor Rajoy es enormemente negativo.
Así, el número de pacientes se ha incrementado en la pasada legislatura hasta un 20% pasando de 459.885 pacientes a 549.424 pacientes siendo el tiempo medio de espera un 22% mayor que al inicio de la legislatura (73 días de media en diciembre de 2011 mientras que son 89 días en diciembre de 2015). También se ha incrementado un 7% el número de personas que esperan más de 6 meses a una intervención quirúrgica.
Pero es que también en las esperas para consultas el balance es negativo porque se ha pasado de un 38% de personas que esperan más de 6 meses a su consulta con el especialista de hospital en diciembre de 2011 a la cifra de 42% en diciembre de 2016.
Y lo peor es que las diferencias entre CCAA se han agrandado ante la pasividad del ministerio.
Por lo tanto, el coste del rescate bancario por el precio pagado debido a los recortes acordados en el memorándum de entendimiento entre el Gobierno de España y Bruselas ha sido un coste elevado para nuestro SNS.
Es por eso que se requiere un abordaje diferente en lo referente a la política sanitaria a seguir. Estamos en una legislatura que nos ofrece la oportunidad de cambiar el rumbo y hacer posible un conjunto de medidas y reformas estructurales para hacer viable el SNS en los próximos años. Para ello, el Gobierno y la ministra de sanidad deben entender que es imprescindible ceder y acordar con el resto de grupos parlamentarios y en especial con el PSOE.
Todos debemos poner por encima de los intereses legítimos de partido el interés general de la ciudadanía que merece tener garantías de un SNS sostenible.
Un SNS con características de universalidad por razón de ciudadanía, financiación pública mediante impuestos y con equidad, calidad y cohesión territorial.
Quizás más que otras veces, esta legislatura puede ser juzgada en base a la capacidad de acordar o no esas reformas estructurales que la sanidad necesita rectificando las políticas equivocadas.
Hoy, gracias a la actualidad informativa del coste del rescate bancario, se pone de nuevo en evidencia que nada ha sido gratis para nuestro sistema de bienestar en este periodo negro de crisis económica.