Desde que me incorporé hace dos años a la Junta Directiva de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y más aún desde que asumí su presidencia hace poco menos de un mes, mi principal objetivo fue intentar conseguir una microbiología no troncal, y que las enfermedades infecciosas se reconocieran como una Especialidad Primaria y no como un Área de Capacitación Específica (ACE).
Ahora, cuando hemos conocido que el Real Decreto de troncalidad ha incluido a Enfermedades Infecciosas como ACE y Microbiología Clínica no será excluida del tronco de laboratorio, se hace primordial convencer a la Dirección General de Ordenación Profesional que su decisión choca frontalmente con las recomendaciones europeas y no beneficia al SNS.
No se puede formar un infectólogo a través de una ACE de un año de duración. ¿Queremos eso para nuestro SNS?,¿quieren esto nuestros gestores sanitarios?, ¿quieren a facultativos insuficientemente formados que no optimicen y no reduzcan el gasto en antimicrobianos? ¿Que dirán nuestros pacientes infectados por el VIH, los trasplantados, los pacientes ingresados en los hospitales con infecciones por microorganismos multirresistentes a los antibióticos o que padecen enfermedades infecciosas graves? Nuestra especialidad es horizontal y pretende formar especialistas que sepan resolver procesos complejos, que solo se podrán resolver si se alcanza el nivel de excelencia. Sin duda, para el SNS es mucho mejor seguir como estamos que tratar de formar a infectólogo aceleradamente y de forma inadecuada a través de una ACE que no es coste-eficaz. En tiempo de crisis económica, la SEIMC no quiere que el SNS malgaste de forma ineficiente su dinero.
Existen suficientes argumentos para que Ordenación Profesional rectifique: contamos con el apoyo incondicional de la Unión Europea de Especialistas Médicos (UEMS), de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID) y de la propia legislación Europea que indica que el periodo formativo debe ser de cómo mínimo cuatro años; de las 15 asociaciones de pacientes que están vinculadas con las Enfermedades Infecciosas y que apoyan la creación de la especialidad y también de la Organización Nacional de Trasplante (ONT). ¿Qué más necesitan los responsables del Ministerio de Sanidad para, de una vez por todas, reconocer la especialidad?
Desde el punto de vista profesional también se hace necesaria la especialidad para que haya un recambio generacional, dado que la mayoría de los actuales médicos dedicados a las enfermedades infecciosas, muchos de los cuales nos hemos formado en el extranjero, tenemos fecha de caducidad cercana al estar en una franja de edad que abarca desde los 55 hasta los 65 años. Sin la especialidad no existirá recambio generacional y podemos vaticinar que en el SNS se hará un reset se volverá a la situación inicial de hace 40 años.
De la misma forma que con la especialidad de enfermedades infecciosas, llevamos años manifestando el rechazo a la inclusión de la especialidad de Microbiología y Parasitología en el tronco denominado de “Laboratorio y Diagnóstico Clínico”. Para los especialistas en Microbiología, la homogeneización de la formación troncal común implicará que los conocimientos y habilidades de los especialistas serán sustancialmente menores en relación con el modelo actual.
El área de conocimiento de Microbiología y Parasitología no posee competencias comunes, ni transversales y tiene muy pocos puntos en común con el de las demás disciplinas que se han integrado en el tronco de “Laboratorio y Diagnóstico Clínico”, haciendo pues, poco viable y eficiente desde el punto de vista de la formación, la organización de dicho tronco. Por el contrario, las características y singularidad de la especialidad de Microbiología y Parasitología refuerzan la formación futura no troncal de los microbiólogos al igual que se prevé con la formación de los especialistas en Anatomía Patológica.
Debemos pensar que en un hospital, el 35 por ciento de los pacientes tienen una infección y el 40 por ciento está recibiendo antibióticos. Además hay otras patologías como el VIH/Sida, las infecciones en los trasplantados, los brotes epidémicos o infecciones comunitarias graves, que tienen una mayor mortalidad cuando son tratadas por médicos sin formación en enfermedades infecciosas. La creación de esta especialidad aportaría la formación adecuada para tratar estos procesos infecciosos de gran complejidad. Pero sin un reconocimiento oficial de la especialidad y del programa de formación correspondiente el futuro está en peligro ya que no se podrá realizar un recambio generacional adecuado.
Los profesionales de la SEIMC estamos profundamente preocupados porque no se escuchan las voces de los profesionales directamente implicados en estas áreas y se toman decisiones estratégicas del sistema de formación de los futuros profesionales médicos que van claramente en detrimento de lo conseguido hasta ahora.
Hemos hecho un esfuerzo muy importante para explicar personalmente a la Dirección General de Ordenación Profesional y a los Consejeros de Sanidad de la mayoría de comunidades autónomas las razones por la cuales Enfermedades Infecciosas debía ser una especialidad primaria, esos argumentos científico-técnicos convencieron a dichos responsables de sanidad. Sin embargo a la hora de la verdad la mayoría de los Consejeros de Sanidad que asistieron al Consejo Interterritorial no apoyaron esta justa reivindicación de la SEIMC. Los profesionales de la Sociedad nos sentimos decepcionados y engañados y esperamos que con nuestros argumentos la Dirección General de Ordenación Profesional sea capaz de rectificar este error que dañaría irremediablemente a nuestro SNS.