El objetivo fundamental de las normas del Código de Deontología Médica (CDM) es la regulación del comportamiento ético y deontológico profesional del médico, con poco margen para la interpretación subjetiva. La seguridad jurídica de las normas éticas, como la de las leyes, se basa en una redacción precisa que evite o limite la variabilidad en su interpretación. La redacción precisa de las normas éticas es una condición necesaria para dentro de lo posible, dificultar arbitrariedades en su aplicación. Sin embargo, esta exigencia condiciona, en algunas ocasiones limitaciones al orientar una determinada actuación profesional médica en circunstancias complejas de difícil ensambladura en las normas.

La medicina conlleva el manejo de la incertidumbre y, en el campo de los valores, la incertidumbre genera situaciones de tensión. Orientar la actuación profesional con la prudencia necesaria en las decisiones difíciles, es una clara intención del BQM. Proporcionar referencias éticas, deontológicas y legales, e identificar elementos que se deben considerar en la toma de decisiones, son aspectos en los que el BQM puede ser de ayuda para los profesionales de la Medicina.

El “Buen Quehacer del Médico” (BQM) no es un código, es una guía y, por tanto, no está sujeto a las restricciones que condiciona la redacción de las normas, cuyo incumplimiento por parte del médico puede conllevar a la abertura de expedientes que pueden derivar en sanciones. El BQM es más abierto, permite repensarlo y reinterpretarlo; se puede actualizar y adaptar con cierta frecuencia, sin los trámites necesariamente engorrosos que tiene la revisión del CDM.

El BQM ya en su primera edición de marzo del 2014, pretendía orientar a los médicos en el camino de las conductas y las actitudes, como una de las garantías para la salud de la población. EL BQM pretendía y sigue vigente el objetivo, proporcionar una guía en forma de recomendaciones para una actuación médica optima, según posibilidades en cada situación, acorde con los estándares de calidad, eficiencia y eficacia, aceptados por la profesión. En el año 2017 el CGCOM presentó la tercera edición revisada y ampliada, no solo con nuevos ítems del BQM, sino que además se amplió con escenarios del “mal quehacer médico”, que complementan y permiten contrastar el buen y el mal quehacer.

El BQM, pretende ser un marco de referencia, sobre conductas y actitudes del buen profesional, entendido como una pauta de la buena práctica médica, orientando la conducta y actitud del médico, siendo un documento abierto en permanente transformación y adecuación al contexto social, contribuyendo al desarrollo de la responsabilidad profesional de los médicos.

La Medicina conlleva el manejo de la incertidumbre y, en el campo de los valores, la incertidumbre genera situaciones de tensión. La actuación profesional siempre conlleva un compromiso con nuestros valores, que pueden no coincidir con los de cada paciente. Orientar la actuación profesional con la prudencia necesaria en las decisiones difíciles es una clara intención del BQM. Proporcionar referencias éticas, deontológicas y legales, e identificar elementos que se deben considerar en la toma de decisiones, son aspectos en los que el BQM podrá ser una ayuda para los profesionales

La quinta edición del BQM del año 2021 demuestra que es un documento vivo, revisado periódicamente para sintonizarlo con a la realidad social y laboral del entorno médico en nuestro país, contribuyendo a reflexionar sobre las conductas profesionales y sintonizarlas tanto a los cambios sociales como a los avances del conocimiento clínico y tecnológico. Como en las dos anteriores ediciones del BQM, la presente edición se complementa con situaciones, actitudes y actos, de lo que no debe ser un buen quehacer del médico y que aparecen bajo el epígrafe de escenarios del mal quehacer médico. Estos escenarios no deben malinterpretarse ni ser considerados como prácticas habituales, ya que son proposiciones provocadoras y tópicas encaminadas a generar reflexión.
 
En cada edición se han incorporado recomendaciones relacionadas con temas que están en discusión e incluso en controversia tanto en la sociedad como en el colectivo médico. No se pueden citar todas, pero indicaremos algunos a título de ejemplos.

El BQM en cuanto a las medicinas complementarias, indica a los médicos que, si en su actividad profesional las utiliza y sobre todo cuando con sus indicaciones dificulta a sus pacientes relacionarse con la medicina basada en la evidencia, actúan al margen de los principios del profesionalismo, del BQM y del CDM. Se recuerda que el médico sin relación profesional con un paciente, no debe ni tiene autorización a acceder a la información confidencial de sus datos clínicos.


"El Buen Quehacer del Médico (BQM) no es un código, es una guía y, por tanto, no está sujeto a las restricciones que condiciona la redacción de las normas"



Recogiendo la excelente labor de difusión de los colegas de cuidados paliativos sobre la atención al paciente terminal, ante la aprobación de la Ley de la eutanasia, se indican unas recomendaciones ante la enfermedad terminal, en que la Ética Médica impone la obligación, no delegable, de acompañar y consolar. El médico utilizará la sedación paliativa como tratamiento éticamente correcto, evitando el encarnizamiento terapéutico en el paciente terminal con síntomas refractarios a los tratamientos disponibles y a dosis adecuadas. Siempre es obligado el consentimiento explícito o implícito del paciente, o por representación en pacientes que no lo puedan efectuar.

Finalmente, como ejemplos de escenarios del “mal quehacer médico” se indica provocativamente que el médico advierte a la familia de un paciente terminal, diciéndoles equivocadamente que “no se dejen engañar, la propuesta que le han hecho de sedación paliativa, es un subterfugio, se trata en realidad de una eutanasia encubierta” o que cree erróneamente que “consultar datos de una historia clínica de un paciente o de un compañero que no trato puede ser un cotilleo, pero no una actuación punible”.

Con la idea de hacer que la guía del BQM sea lo más accesible y de la máxima utilidad posible, se ha complementado con una serie casos prácticos inspirados en los diferentes valores que se suceden a lo largo de sus recomendaciones. Los casos prácticos se presentan en forma de viñetas, que hace amena e interactiva la presentación de los casos clínicos, con preguntas y opciones de respuesta, que van acompañados al final del comentario de un experto. La cumplimentación interactiva servirá además para conseguir una evaluación periódica del profesional y obtener “on line” unos créditos de formación continuada. Su acceso es gratuito para los colegiados, de fácil cumplimentación y al finalizar cada caso se reconocen los créditos.

Animamos a nuestros colegas que entren en esta sección de formación de la OMC, titulada genéricamente “El BQM en acción” y abran uno de los casos prácticos ya publicados, estamos seguros que continuarán de forma escalonada con el resto, ya que son amenos y lo más importante: aportan motivos de reflexión y docencia en Ética y Deontología Médica.

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