A finales del pasado mes de junio, Ángel López Hernanz publicaba en estas mismas páginas "Qué pasa en la sanidad rural", un artículo donde se citaba la carta a la revista de Atención Primaria El atractivo de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria en la elección de plazas MIR 2023" de Yoseba Cánovas. En ella, junto a voces cada vez más numerosas, reivindican la preferencia de la Medicina de Familia frente a otras especialidades en la elección de plazas MIR. ¿En cuántas especialidades se quedarían plazas sin cubrir si ofertaran la misma cantidad que de Medicina de Familia?

Pero, dicho esto, es necesario analizar y hacer autocrítica sobre por qué la especialidad que es el corazón y la columna vertebral del Sistema Nacional de Salud no cubre todas las plazas ofertadas.

Para analizar los datos de las convocatorias MIR, es imprescindible referirse a los trabajos de Vicente Matas, al frente del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada. En la pasada convocatoria se presentaron 12.721 aspirantes, de los cuales superaron el corte 11.755, para 8.768 plazas, de estas 2.492 para la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, el 28,42 por ciento de todas las plazas.

En la elección del primer turno quedaron desiertas 459 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria y en el segundo se ocuparon 213, quedando sin cubrir de forma definitiva 246 plazas. En la convocatoria del 2023 fueron 131, en la de 2022, 93 plazas, mientras que en los años anteriores se agotaban todas las plazas ofertadas, lo que supone un aumento preocupante de plazas vacantes.

Por CCAA, excepto en Madrid, Canarias, Cantabria y Castilla-La Mancha, en todas las demás quedaron plazas libres, que van desde 49 en Extremadura, lo que representa el 50 por ciento de las plazas ofertadas; La Rioja, 9 (36 por ciento); Castilla y León, 47 (24 por ciento) hasta las 4 de Asturias (6,4 por ciento) o las 22 de Cataluña (6 por ciento). El problema se agrava por los aspirantes que no toman posesión de la plaza o renuncian a una vez ocupada. En 2021 fueron 61 y 29, respectivamente, en Medicina Familiar y Comunitaria, la especialidad con los datos más preocupantes.

Esta falta de cobertura de todas las plazas, una vez completada la especialidad, disminuye, lógicamente, la incorporación a los puestos de trabajo y, de forma más acentuada, a los de Medicina rural y de difícil cobertura. En muchos casos, las preferencias de los nuevos especialistas son los puestos en hospitales como médicos de urgencias, grandes o medianos núcleos de población y, finalmente, núcleos pequeños y/o aislados.

Para intentar saber cuántos médicos faltan en la zona rural es necesario, en primer lugar, hacernos tres preguntas: ¿hay suficientes médicos? Si los hay, ¿funcionan adecuadamente? Y, por último, si los hay y funcionan adecuadamente, ¿funcionan para toda la población y grupos sociales? Mucho me temo que las respuestas son negativas en gran parte de las situaciones.

"Para revertir las plazas vacantes de Familia es necesario un abordaje desde todos los puntos de vista y aprender de experiencias en otros países"



La falta de médicos en el medio rural, extendida en Europa


La falta de médicos en el medio rural ocurre de forma casi generalizada y sistemática, en mayor o menor medida, en casi todos los países europeos y no europeos, con problemas comunes de atracción, reclutamiento, retención, financiación, prestigio, reconocimiento, edad elevada o carencia del título de especialista en Medicina de Familia como los más importantes.

Para revertir la situación de plazas vacantes en la convocatoria MIR de Medicina Familiar y Comunitaria y la falta de médicos en el medio rural, es necesario un abordaje desde todos los puntos de vista y aprender de experiencias en otros países.

Aunque la presencia de la Atención Primaria (Medicina Familiar y Comunitaria y Pediatría de AP) en la universidad ha mejorado en los últimos años, es necesario que los estudiantes de Medicina conozcan todas sus facetas e importancia dentro del sistema sanitario, cuerpo de conocimiento propio, posibilidades de desarrollo profesional, etc., para situarla al mismo nivel que el resto de otras especialidades.

Desde la sección nacional de Tutores y Atención Primaria Rural del Cgcom venimos trabajando para que los centros y médicos que ejercen en centros rurales se incorporen como tutores con plenas garantías a la formación, tanto de pregrado como de MIR; ya que hay un gran número de profesionales bien formados y con ilusión cuya experiencia, capacidad de trabajo y docencia está desaprovechada.


Estudiantes y MIR con consultas obligatorias de Familia


Pensamos que es imprescindible que todos los estudiantes de Medicina y MIR, cualquiera que sea su especialidad, pasen unos meses en la consulta del médico de Familia. Esto beneficiaría tanto el conocimiento, relación y valoración de nuestro trabajo por otros especialistas como el ejercicio de su propia especialidad. Así ocurre en Dinamarca, donde todas las especialidades pasan 6 meses en la consulta del médico de Familia.

Uno de los objetivos de la Unión Europea de Médicos Generales/Familia es la inclusión de la especialidad de Medicina Familiar y comunitaria en el anexo 5.1.3 de la directiva 2005/36/EC del Parlamento Europeo, donde se enumeran todas las especialidades médicas y en la que, por el momento, no está incluida. Esperamos que sea incorporada en un plazo corto de tiempo. Esta inclusión la situaría al mismo nivel que el resto de las especialidades y favorecería su prestigio y reconocimiento.

Las medidas que merecen la pena ser exploradas son las de Alemania, donde se reserva hasta un 10 por ciento de las plazas de Medicina para estudiantes, independientemente de la nota que saquen en su selectividad, si se comprometen a trabajar 10 años en zonas de difícil cobertura, y a la que se han incorporado 11 de los 17 estados federados alemanes, con buenos resultados. O la de Kazajstán, un país muy implicado con la Atención Primaria y donde se celebró la célebre conferencia de Alma-Ata de Atención Primaria de Salud y recientemente la de Astaná, que presenta graves problemas de atracción de médicos a zonas rurales y busca solucionarlos con el aumento del estatus social del médico, apoyo social, oferta de casas, estímulos para la familia y motivación financiera, con aumento anual del 30 por ciento del sueldo.

Todos juntos debemos encontrar la senda adecuada que incluya universidad, MIR, incentivos, motivación, condiciones de trabajo, desarrollo profesional, prestigio, conciliación laboral, familiar y social, innovación, tecnologías, telemedicina... Todos, profesionales, instituciones, gestores y pacientes, debemos implicarnos en la lucha por la mejora de la Atención Primaria rural que será, en definitiva, en beneficio de nuestros pacientes, de los profesionales que en ella ejercemos nuestra profesión y de todo el Sistema Nacional de Salud.

Si no actuamos con decisión en la crisis de plazas MIR y la escasez de médicos en áreas rurales, corremos el riesgo de condenar a nuestras comunidades a una atención médica insuficiente. No debemos olvidarnos de que Dante sitúa en el anteinfierno de la Divina Comedia a los pusilánimes, aquellos que en las decisiones de su vida no actuaron con determinación y se ven condenados a correr desnudos, por toda la eternidad, perseguidos por avispas y moscones en el círculo que precede al infierno en su obra inmortal.