La Organización Médica Colegial (OMC) ha resuelto este fin de semana tres cometidos que prepara con ahínco desde hace meses. Por una parte, el encaje de sus presupuestos generales para 2016, que ha dispuesto del apoyo mayoritario de su Asamblea General pero que se ha encontrado, al igual que en 2014, con la oposición del Colegio de Médicos de Barcelona, quien condiciona esta ver por carta el pago de su deuda al Consejo General a la creación de una comisión bilateral, aspecto en el que el presidente de éste, Juan José Rodríguez Sendín, no da su brazo a torcer. Y, en segundo lugar, los médicos españoles han plasmado un voluminoso informe sobre las víctimas de la talidomida, a quienes defienden a ultranza del engaño de la farmacéutica Grünenthal. Por último, el foro no ha obviado un problema recurrente desde hace unos pocos años: la progresiva desviación de un solo objetivo común de la Fundación Patronato de Huérfanos, ya que, en varios colegios, se han establecido convenios particulares con ella desligándose así de la vocación homogénea con que fue creada hace 99 años. También aquí toma distancia, entre otras entidades colegiales, la de Barcelona. Y esgrime idéntico argumentario que en lo relativo a los presupuestos para justificar su postura.