La Consejería de Sanidad de Madrid ha dado un gran paso en lo que a recursos humanos se refiere: la conversión de 5.000 eventuales en interinos. Es un gesto valiente en tiempos como los que corren y ha sido muy valorado por los profesionales e incluso ‘copiado’ por otras autonomías como Aragón. Dar mayor estabilidad laboral a los profesionales sanitarios será siempre bien recibido por sus representantes, los sindicatos. Sin embargo, cambios de este calado deben siempre sacarse adelante con el mayor consenso posible. Y es que aunque los médicos madrileños recibieron con alegría el anuncio que el presidente Ignacio González hizo el pasado mes de abril, ahora que comienza a darse forma al proceso muestran cierto rechazo en cuanto a la manera de proceder. La Administración basará la selección de los aspirantes basándose en tres criterios: mérito, capacidad y una entrevista personal que valorará estos dos aspectos del baremo y dirimirá los empates. Este último criterio podría introducir cierta subjetividad a la hora de seleccionar a un candidato u otro, y resta importancia a otro que debería primar: la antigüedad. La realidad, no solo en Madrid, sino en casi la mayoría de las comunidades, es que existen eventuales que llevan prestando sus servicios durante más de dos años, por lo que debería crearse una plaza estructural y el eventual convertirse en interino. Siempre que sea una crítica constructiva la Administración debería pararse a escuchar y replantear sus propuestas para sacar adelante una buena reforma que aúne los intereses de todos los implicados. Seguro que el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, cuyo carácter dialogante ya ha mostrado en otras ocasiones, trata de llevar esta importante tarea de una manera en la que tanto la Administración como los profesionales vean mejorada su situación.