La
calidad en las organizaciones sanitarias es la suma de múltiples componentes complejos. Bajo esta premisa, la
Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y la
Fundación Avedis Donabedian (FAD), con el apoyo de la
Fundación Tecnología y Salud —de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, Fenin—, han desarrollado un modelo para la
Acreditación de la calidad clínica y organizativa de aquellos Servicios de Medicina Intensiva (SMI) que quieren mejorar cada faceta de la atención a los pacientes.
El modelo ha sido elaborado de forma conjunta por diferentes grupos de trabajo de estas organizaciones y con la participación de un nutrido grupo de expertos, entre los que se encontraban jefes de servicio y supervisoras de servicios de Medicina Intensiva (SMI), expertos en gestión clínica, presidentes de sociedades científicas de diferentes comunidades autónomas y pacientes que han estado ingresados en SMI.
Esta acreditación representa una guía para apoyar a los servicios /unidades en su camino hacia la excelencia. El viaje se inicia con el conocimiento y aplicación de los criterios definidos en el Manual de Acreditación. Se trata de mejorar la calidad en todas sus dimensiones. Los contenidos que se incluyen en el modelo incluyen aspectos como:
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Un compromiso sostenido con la atención centrada en la persona, buscando la mejor atención y el máximo bienestar para el paciente y su familia.
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Un mantenimiento de estándares elevados de aspectos técnicos y clínicos del servicio.
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Se aplica la Medicina basada en la evidencia alcanzando alto nivel de cumplimiento de las recomendaciones clave consensuadas internacionalmente en las patologías que se atienden en el servicio/unidad.
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Gestión adecuada de los recursos para la mejor consecución de los objetivos.
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Contribución a la mejora continua de la prestación de los servicios. A través de procesos de mejora de la calidad clínica,
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Desarrollo de actividades de investigación que contribuyen a la mejora del manejo de los pacientes.
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Se pueden demostrar tendencias positivas y de alto nivel en los principales indicadores de calidad y seguridad de la especialidad.
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Realización de actividades de formación continuada basadas en las evaluaciones de los profesionales.
De esta manera, los servicios que alcanzan la acreditación de la excelencia clínica y organizativa de la Semicyuc-FAD pueden demostrar que desarrollan un esfuerzo continuado por la mejora de la calidad a sus pacientes, a su organización y a la sociedad en general. Un servicio que camina hacia la
excelencia clínica y organizativa aumenta la probabilidad de que sus pacientes estén más satisfechos y vela por conseguir y mantener un clima laboral altamente satisfactorio para los profesionales que trabajan en él. Conseguir esta acreditación puede ser un estímulo muy positivo para el conjunto del servicio y fuente de inspiración para otros.
Como en todas las acreditaciones, se realiza una evaluación externa profesionalizada del grado de cumplimiento del servicio de los criterios predefinidos relacionados con objetivos de la práctica como es proporcionar
servicios que sean seguros, que tengan resultados clínicos medibles y efectivos y que produzcan una experiencia positiva a los pacientes, así como realizar innovaciones o contribuir a la investigación o a las evidencias para la mejora de la calidad.
Los criterios que se evalúan están incluidos en diferentes secciones, unas que se denominan “Generales” —Atención centrada en la persona, ACP; Seguridad del paciente, SP; Gestión clínica del SMI, GES; Procesos asistenciales generales, PAG; Formación continuada e investigación, FCI— y otras “Especializadas”: Cuidados cardiológicos y reanimación cardiopulmonar (CRD); Insuficiencia respiratoria aguda (IRA); Neurointensivismo y traumatología (NIT); Enfermedades infecciosas (INF); Metabolismo y nutrición (NTR); Cuidados nefrológicos (NFR); Analgesia, sedación y delirium (ASD); Hemocomponentes (HEM). Toxicología (TOX) y Trasplantes (TRP).
Ya se ha realizado una prueba piloto en la que se ha podido comprobar que los criterios elaborados son fácilmente interpretables y evaluables y
se espera que el modelo se pueda aplicar a partir del 2024 en los SMI que lo deseen.